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Jeremías 15:19-21 Vuelve a los brazos de Dios.

Vuelve a los brazos de Dios, si tú te has alejado del Señor, esta palabra es para ti, Dios ha puesto una palabra en mi corazón para ti, Él te está esperando y promesa hay para tu vida.

19 Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.

20 Y te pondré en este pueblo por muro fortificado de bronce, y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dice Jehová.

21 Y te libraré de la mano de los malos, y te redimiré de la mano de los fuertes.

Él siempre esta esperando por ti.

Todos en algún momento nos hemos alejado en mayor o menor medida de nuestro Dios, y no porque sea más o menos es más o menos la consecuencia, sino la misma, solo que hay algunos que se alejan y nunca más pisan una iglesia y ni siquiera vuelven a hablar con el Señor, y otros, están alejados de Dios, dentro de las paredes de la iglesia.

Porque no solo nos alejamos de Dios cuando nos vamos en rebeldía, nos alejamos también cuando nuestro corazón se pone frio o deja de oír la voz del Señor para comenzar a oír la de su propio intelecto.

Vale decir que tú puedes decir que eres  un cristiano y hasta servirlo, pero, aun así, estar alejado de Dios en tu corazón, y sin darnos cuenta, le damos la espalda.

A veces sin darnos cuenta,nos alejamos de DIos y nos secamos.

Te hablo y comparto desde mi propia experiencia, desde muy joven abrí mi corazón a Cristo, y comenzó a servirlo, a predicar su palabra, pero, mis tiempos de oración personales eran escasos.

De pronto estaba olvidándome del Dios a quien servia, y estaba priorizando el servicio en vez de al Dios a quien servia, y mucho cuidado, porque eso, no es un servicio que agrade a Dios.

Muy pronto caí, porque mi caída era inminente, ya que no tenía el cimiento de Dios en mi vida, no estaba en comunión con el único que nos hace fuertes para resistir la tentación, y era presa fácil para el enemigo.

Si estas sirviendo cuida tu vida espiritual.

Es que ser ministro de Dios, o servirlo no te garantiza nada ni garantiza que estés en santidad, pero, lo único que si nos garantiza que Dios está con nosotros es convertirnos verdaderamente, o en otras palabras, cambiar el rumbo o la dirección por la que iba, e ir hacia y como donde Él nos guía.

Serás como boca, dice este pasaje, es que las palabras son poderosas, lo que hablamos bendice o maldice, por lo cual, si tú eres duro, o en el fervor de un momento eres capaz de decir cualquier cosa, entonces tu no estas siendo guiado por el Espíritu Santo.

Por eso, es importante la comunión con El, sacar de nosotros lo vil, y que sobresalga lo precioso de Dios, y entonces seremos como su boca.

En nuestra boca estarán Sus palabras, Su bendición para el pueblo y para nosotros mismos.

Si permanecemos en comunión con El,sus palabras estaran en nuestra boca.

Vivimos en el mundo, y Dios no nos manda a hacer “rancho aparte” nos mandó al mundo, pero, nos dice claramente que ellos se conviertan a nosotros, no nosotros a ellos.

Por lo cual, donde estemos debemos dejar huella, y esa huella será la que Dios desee que dejes si tu estas en comunión y si Cristo vive en ti.

Que promesa tenemos en este pasaje, que si nos convertimos, si nuestra boca se convierte en la suya, no solo nos restaurara, sino que nos defenderá, y nadie podrá vencernos.

Puede venir el enemigo, o un ejército contra ti, pero, si tu estas plantado en la roca que es Cristo, y su palabra está en ti, no hay enemigo que te venza, dice este pasaje que te pondrá como muro fortificado de bronce.

Imagínate ir en contra de un muro de bronce, imagínate golpear un muro de bronce, pues eso mismo eres tu si estas plantado en sus promesas, podrá el enemigo levantarse contra ti, sí, pero Dios pelea por ti.

Pero todo esto tiene un precio, y es el convertir nuestro corazón a Él, no te pide más que eso, no te pide sacrificios ni nada que tú no puedas hacer, lo que era difícil y duro, ya Jesús lo hizo por ti.

Si estas sirviendo al Señor, cuida tu corazón y tu mente y guárdate en oración cada día, porque el diablo anda como león rugiente buscando a quien devorar, y tú eres muro fortificado en bronce solo y siempre y cuando tu corazón este alineado al del Señor y tu boca sea su boca.

Conclusión:

La palabra es la espada con la que el creyente pelea las batallas, no es un arma física, sino espiritual, y solo quienes buscan cada día de su presencia son los que permanecerán.

Dios anhela restaurarte, convierte tu corazón, saca lo precioso y aleja lo vil de ti, y Dios te promete que estarás delante de Él siempre, y serás como su boca, y serás un muro fortificado que nadie te podrá vencer.

Si no sientes que estas en ese lugar, y crees que como creyente aun tambaleas, hoy es el momento de que te pongas a cuenta con El, y Él es amoroso y misericordioso para borrar tus pecados, recibirte y restaurarte.

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