No temas, nos dice este salmo, es David proclamando la cobertura de Dios, en todo tiempo, en toda hora y en todo lugar.
5 No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,
6 Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya.
7 Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará.
8 Ciertamente con tus ojos mirarás
Y verás la recompensa de los impíos.
9 Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
Al Altísimo por tu habitación,
10 No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada.
11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,
Que te guarden en todos tus caminos.
El temor en los hijos de Dios.
Todos en algún momento hemos experimentado el temor, ya sea por alguna situación límite que nos toca vivir, o sea por cosas que vienen a nuestra mente para robarnos la paz.
Lo contrario al temor, es el valor o la valentía, es mostrar fortaleza cuando todo alrededor indica que algo grave sucedería o que estamos en peligro.
Todos en algún momento en mayor o menor medida hemos sentido temor, pero somos hijos del Dios altísimo, y hemos sido llamados a ser guerreros fuertes por medio de la oración y la fe.
David tenía muchas razones para sentir temor.
El Rey David fue perseguido por Saúl antes de convertirse en rey, fue amenazado, y estuvo en batallas muchas veces, y quizá no era un joven musculoso que a simple vista metía miedo, pero era un grande y musculoso espiritualmente hablando.
Y la batalla de los hijos de Dios se gana primero con las rodillas, delante de nuestro Señor.
Que promesa dada en este Salmo, cada salmo escrito por David, así como cada palabra escrita en la biblia, ha sido inspirado por el Espíritu Santo, por Dios mismo, por lo tanto son promesas dadas a nuestra vida.
Cuando más peligro había, David más confesaba la protección de Dios.
Tomate de esta palabra que es para tu vida, y escudríñala porque hay mucha riqueza en ella.
Nos está diciendo que por nada de lo que pueda venir a tu vida, ningún ataque, en ninguna hora del día, tengamos temor, porque hemos puesto al Dios de Israel, al Señor de Señores como nuestro escudo.
Dice “lo has puesto por habitación”, y yo me imagino que estamos inmersos en El, estamos dentro de Él, guardados bajo su omnipotencia.
El enemigo siempre querrá meternos miedo.
De todas las formas posibles, tratara de asustarnos, vendrá con el desánimo, nos traerá los recuerdos de todo lo que en algún momento hemos vivido y nos atacara de todas las formas pero, estamos guardados por el Señor, que ya lo venció.
No temas porque Dios te guarda de día, y de noche, El no precisa dormir.
Salmo 121: 2-4 dice “Mi socorro viene de Jehová,
Que hizo los cielos y la tierra.
3 No dará tu pie al resbaladero,
Ni se dormirá el que te guarda.
4 He aquí, no se adormecerá ni dormirá
El que guarda a Israel”.
El Señor siempre te ve.
Este salmo 121 dice que jamás se duerme, y que te guardara cada día, es solo cuestión que le creas.
Antes que todo aconteciera, Jesús fue llevado al desierto, donde ayuno, y donde dice la palabra que fue tentado en todo pero venció.
Lucas 4:10-12 dice:
10 porque escrito está:
A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden;
11 y En las manos te sostendrán,
Para que no tropieces con tu pie en piedra.
12 Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.
El enemigo conoce la palabra perfectamente, y en esta oportunidad le recito a Jesús, este pasaje donde le dice que se tire por ese acantilado porque escrito esta que Dios a sus hijos guarda y “a sus ángeles mandara acerca de ti”.
Él puede conocer la palabra, pero esta fue escrita para nosotros, y lo que fue dicho se cumple en nosotros.
No permitamos que el la use en nuestra contra, tengamos siempre al Espíritu Santo como nuestro mejor aliado que nos dé luz cuando las tinieblas quieran confundir.
Es maravilloso ver como todo lo que está escrito se cumple en nosotros cuando realmente la creemos y como Dios nos guarda aunque estemos caminando en medio de los leones.
Así como Dios guardo a David, así como Dios guardo a Daniel, y así podríamos seguir, ocúpate de conocerle más para que no ignores todos los beneficios que tienes por ser un hijo/a suyo.
Es normal tener temor.
Somos humanos, y ciertas situaciones pueden generarnos esta sensación, a veces hay personas que le temen a la muerte, pero te cuento que para los hijos de Dios, como decía Pablo, vivir es Cristo y morir es ganancia.
Sabemos que nada de lo que venga a nuestra vida se aleja de la vista del Señor, porque Él es el Dios que todo lo ve y estamos guardados bajo sus alas.
Conclusión:
Si tienes temor, entrégale ese temor al Señor, dile este es mi temor, esto me quita el sueño, y no te dejes robar la paz.
Si aún no has conocido a este Dios te invito a hacerlo, y a dejarlo entrar en tu vida, te invito a experimentar el poder y el amor más grande que nunca te haya abrazado.
Dile conmigo “Señor Jesús, te abro mi corazón, perdóname de todo pecado, guárdame y anota mi nombre en el libro de la vida, me pongo en tus manos, en el nombre de Jesús, Amen”.