Hoy quiero cenar contigo, eso fue lo que en otras palabras, le dijo Jesús a Zaqueo y eso es lo que hoy te dice a ti que estás leyendo.
1Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad.
2 Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico,
3 procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura.
4 Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí.
5 Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.
6 Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso.
7 Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador.
8 Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.
9 Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham.
10 Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Dios mira a quien el mundo no miraría.
Cuenta la biblia la historia de Zaqueo, un hombre al que se describe como pequeño, de baja estatura, recaudador de impuestos, muy rico, un hombre que fácilmente uno puede deducir que por tener la actividad que tenía, no era un hombre querido sino todo lo contrario.
A pesar de todo esto, Zaqueo supo que Jesús pasaría por aquel lugar y nada de lo anterior expuesto lo detendría, él quería ver a Jesús, así fuese de lejos, su fama ya había llegado a sus oídos, y en su interior Zaqueo sabía que era un pecador.
Tú necesitas un encuentro con Jesús.
Alguien que necesitaba un encuentro, quizá nunca imagino lo que sucedería aquella tarde pero era ese el día en el que sería sorprendido por el amor de Dios.
La multitud estaba rodeando a Jesús a su paso, de modo que si quería verlo debía recurrir a lo que fuese, y se subió a aquel árbol desde donde podría tener una visión más amplia, Dios ya tenía preparado el árbol para Zaqueo.
Quiere cenar contigo.
Grande fue su sorpresa cuando Jesús levanta la mirada, y le dice por su nombre la frase que cambiaría la vida de este hombre y que en cortas palabras fue “Zaqueo, baja y cenare contigo”.
El busco a Jesús con todo lo que era, no le importo trepar a aquel árbol con sus costosas ropas, ni que la gente se burlara de él, ni lo que pensara la gente.
Y a Jesús tampoco le importo, cuando al cabo de decir que iría a cenar con Zaqueo, la gente empezó a murmurar.
Es que Jesús vino a buscar a los perdidos, a aquellos con los cuales nadie se junta, él se rodeaba de ellos, no compartía sus maneras ni se dejaba llevar por ellos, sino que se acercaba para romper sus realidades y cambiar sus vidas.
Eres luz en medio de las tinieblas.
Si tú eres un cristiano y crees que Dios te llamo para encerrarte en tu circulo creyente y en la iglesia solamente, estas errado, Dios te mando al mundo, para ser luz en medio de las tinieblas.
Ese pecador, usurero, odiado por lo injusto que era, busco a Dios, y recibió de Él, e inmediatamente su corazón se convirtió, porque tuvo una oportunidad, Jesús le dio la oportunidad que ningún religioso le dio.
Es que fue tanto el impacto que genero Jesús en el corazón de ese hombre, que no solo se entregó al Señor, sino que decidió devolver a todos los que había estafado multiplicando el valor de lo robado.
Una de las muestras más claras de que alguien realmente ha decidido encaminar su vida, y convertir su vida, es que lo que antes hacía mal deja de hacerlo y si daño a alguien aparece el deseo de enmendar el error.
Es que Dios conoce y pesa los corazones, Zaqueo a pesar de su pecado, era un hombre tímido, que solo quería verlo, creo que hay algo de humildad aun en el corazón más pecador, quizá el nunca imagino que tendría el honor de recibir en su casa nada más y nada menos que al Mesías.
Hoy Jesús te está diciendo, invítame a cenar a tu casa, el anhela aceptar tu invitación, y date prisa, eso mismo le dijo a Zaqueo, no te demores, el tiempo de aceptar al Señor y cambiar tu vida es hoy.
Jesus vino por los perdidos.
Jesús vino a buscar lo que estaba perdido, aquello que no tiene valor para el mundo, para él es más que valioso, aquello que el mundo ignora, o cree de menos, o que por su pecado es despreciado, a ellos El los vino a buscar.
Jesús rompía esquemas, no era un religioso, era Dios hecho hombre, entraba a lugares, cenaba con personas con las que un religioso no cenaría, hablaba con prostitutas, y daba oportunidades.
Ese es el Dios que tenemos, si tú no actúas como El, entonces replantéate tu actitud de cristiano y pídele a El que te enseñe a ser como El.
Conclusion:
Y si tú eres alguien que hasta el día de hoy ha vivido en el pecado de tu corazón, en tu orgullo o soberbia pero hoy estás leyendo esto, eres como Zaqueo buscando a Jesús desde un árbol, y Jesús ha levantado la mirada hacia ti, y te dice, “hoy quiero cenar contigo”.
Ábrele tu casa al Señor hoy, ábrele la puerta de tu corazón y déjalo entrar y El limpiara tu vida, dile, “Señor entra en mi vida y perdóname”, Él te perdonara y restaurara, ponte a cuentas con El, y sorpréndete con el amor de Dios inundando tu vida.