16 Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios”
Rut era una mujer moabita que se había casado con uno de los hijos de Noemí, pero en esta época, la encontramos en una circunstancia que cambiaría el rumbo de su vida, ya que había enviudado recientemente, y su suegra la despide junto con la otra nuera quien también enviudo, Noemí había perdido a sus dos hijos.
Hoy no te hablare de Noemí, sino de Rut, quien cargaba con su propio dolor y aun así, en el momento en el que su suegra le dice que la deje, ella se niega firmemente.
Cuanta lealtad y fidelidad veo en Rut, ella toma la decisión de no abandonar a aquella mujer que lo ha perdido todo, aun sin saber a dónde ira, o cómo será su futuro, de algún modo veo que no está pensando en ella, sino en Noemí.
Viene a mi mente en este momento que seguir a Dios sin tomar la cruz es caminar a medias con el, quien sigue a Dios toma decisiones firmes y se niega a si mismo muchas veces, es leal con aquel que lo dio todo por cada uno de nosotros.
De Rut podemos aprender muchas cosas, entre ellas, reconoció la autoridad de Noemí y se sometió a ella aun cuando su suegra no se lo exigía, sino todo lo contrario, pero ella sabía quién era Noemí y que Dios tenia.
Valentia
Aprendamos a ser mujeres valientes como Rut, a pesar de cualquier tormenta por la que podamos atravesar, la valentía, la firmeza y su determinación son algunas de las cualidades dignas de imitar en esta mujer gentil que decide hacer del Dios de su suegra, su Dios.
Rut emprende el camino con Noemí sin saber lo que hay delante, pero sabiendo que sigue los pasos de quien admira y que su deber es estar donde ella este.
Dios recompensa esta actitud de Rut, ya que más adelante y será tema de otra charla, veremos como encamina sus pasos y vuelve a rehacer su vida, y su futuro y el de Noemí cambian para bien en forma radical.
Es que cuando consideramos que todo está perdido, y no sabemos cómo salir de las cuevas de la vida, solo tenemos que caminar y seguir a Dios, confiar en su palabra y Él nos sorprende con oportunidades que jamás creímos que podríamos tener.
Mujer, se valiente…
Mujer, confía en El, se valiente, decidida, fija tus ojos en aquel que alumbra tu camino y no desistas, porque el futuro que te espera si lo haces te sorprenderá.