Biblia, Versículos

1 Samuel 17:41-47 Siendo entrenados por Dios.

Siendo entrenados por Dios es la mejor manera de pelear todas nuestras batallas, confiados que tenemos el mejor de los maestros. David lo tuvo.

41 Y el filisteo venía andando y acercándose a David, y su escudero delante de él.

42 Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer.

43 Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses.

44 Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo.

David sabia quien lo respaldaba.

45 Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.

46 Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel.

47 Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.

Cuando leemos este pasaje podemos imaginarnos a un David, jovencito, de mediano porte y de hermoso parecer según se nos cuenta, y podemos imaginar a un Goliat que ya su aspecto intimidaba.

Dios nos entrena para enfrentar todos los retos.

Como es que este pequeño joven se había atrevido a ofrecerse a ir a pelear con este filisteo que prometía derrotar a quien se pusiera adelante?

Que me responderías si te preguntara cual es el gigante que tienes delante de ti hoy que te intimida y al que crees que no puedes vencer?

Si leemos la historia completa de cómo David derrota a Goliat, vemos que antes de este enfrentamiento él debe ir y convencer al rey Saúl, que le permita enfrentarse a él.

Siendo entrenados por Dios.

Allí David le expone que él se ha dedicado desde siempre a cuidar las ovejas de su padre, y que por las noches cuando los leones, o los osos han querido llevarse a alguna de sus ovejas, el mismo las ha rescatado de sus fauces y ha acabado con estas fieras con sus propias manos.

Es que cuando Dios quiere prepararnos para gigantes grandes, primero nos va entrenando con pruebas de menor porte.

El Señor había preparado a David en esas noches, así como nos prepara a cada uno de nosotros para pelear contra nuestros gigantes, en la enseñanza de la vida diaria cuando nos encontramos librando batallas cotidianas.

Pero David no peleaba solo, y no peleaba en sus fuerzas. Dios peleaba por él.

A lo largo de la vida todos pasamos por diferentes pruebas en las cuales, cuando peleamos solos terminamos cansados o heridos, pero cuando peleamos en el espíritu, la victoria es nuestra.

David le dijo “tu vienes a mí con espada y jabalina, pero yo vengo a ti en nombre de Jehová de los ejércitos, la batalla es de Él y Él te entregara en mi mano”

El sabía que así como había derrotado a las fieras del campo, del mismo modo Dios estaba delante de él como un escudo y derrotaría al enemigo.

La palabra de Dios,espada del espíritu.

Si tú te encuentras delante de un gigante, toma la armadura de la fe, y pon al Señor como escudo, ora, y Dios te librara de la mano del enemigo.

No pelees solo, ve a la batalla de la mano de tu Dios.

Conclusión:

Tenemos un guía que nos enseña y nos entrena y es el Espíritu Santo, aprende a oírlo.

El Espíritu Santo es quien nos va guiando día a día y en cada prueba que se nos presenta, si aprendemos a oírlo, como lo hacen los jugadores de un equipo de futbol que oyen y se dejan guiar por su entrenador, del mismo modo nosotros tenemos al mejor.

Y corremos con una gran ventaja, Cristo ya conquisto la victoria para nosotros, o sea que solo tenemos que arrebatarla, vamos a la batalla sabiendo de antemano que ya está ganada para nosotros.

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