Dios nos acompaña en todo momento a lo largo de nuestra vida, y en cada lucha El pelea por nosotros cuando somos obedientes.
25 Y tomaron en sus manos del fruto del país, y nos lo trajeron, y nos dieron cuenta, y dijeron: Es buena la tierra que Jehová nuestro Dios nos da.
26 Sin embargo, no quisisteis subir, antes fuisteis rebeldes al mandato de Jehová vuestro Dios;
27 y murmurasteis en vuestras tiendas, diciendo: Porque Jehová nos aborrece, nos ha sacado de tierra de Egipto, para entregarnos en manos del amorreo para destruirnos.
28 ¿A dónde subiremos? Nuestros hermanos han atemorizado nuestro corazón, diciendo: Este pueblo es mayor y más alto que nosotros, las ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo; y también vimos allí a los hijos de Anac.
29 Entonces os dije: No temáis, ni tengáis miedo de ellos.
El va delante de nosotros siempre.
30 Jehová vuestro Dios, el cual va delante de vosotros, él peleará por vosotros, conforme a todas las cosas que hizo por vosotros en Egipto delante de vuestros ojos.
31 Y en el desierto has visto que Jehová tu Dios te ha traído, como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta llegar a este lugar.
Moises relata como ha sido el trayecto de Israel y vemos a un Moises con mucha pasión por el Señor casi instruyendo a este pueblo que había sido rescatado hace ya años de Egipto y que por sus muchas rebeldías habían estado casi 40 años en el desierto.
Pero en todo ese desierto y en sus muchas luchas la misericordia del Señor los había acompañado.
Se comenzaron a levantar Jueces que ayuden a Moises porque el pueblo se había multiplicado, espias habían sido seleccionados para ir y explorar la tierra y ver cual era el mejor camino y de hecho vinieron y dijeron que la tierra que el Señor les había dado era una muy buena tierra.
Sin embargo, vieron y miraron los obstáculos, las dificultades y el temor los paralizaban, hasta que este Moises, líder por gracia del Señor les alienta a ir y a no temer porque el Señor es quien pelea por ellos y los acompaña como un padre lo hace con sus hijos.
La duda te deja en el desierto mas tiempo.
Aun recordando como el Señor los había acompañado, alumbrando en la noche con fuego su recorrido y en el dia con una nube, sin dejarlos ni un solo momento, aun asi, la duda y la rebeldía en su corazón persistía por eso toda una generación perecio en el desierto.
Pero otra podría llegar a la tierra prometida.
Ojala tu seas la generación que pueda llegar y alcanzar la tierra y la bendición que el Señor te ha prometido, todos tenemos promesas de parte de Dios en las que todos los días meditamos, leemos en nuestras biblias, pero cuantas de ellas alcanzamos y se hacen carne en nuestra vida?.
Dios quiere que alcanzemos la bendición.
El Señor te ha prometido pasarte al otro lado, El es el Dios que abre los mares y alimenta a un pueblo en el lugar mas arido de la tierra, el desierto, porque no podemos simplemente confiar en que si Jesus fue capaz de dejar su trono y morir por nosotros, para darnos la libertad, entonces solo debemos creer que no nos dejara por el camino.
Lo que El ha comenzado en ti, lo terminara.
Dios no te saco de “Egipto” para dejarte en el camino, tiene un propósito con tu vida, y de seguro que tendras muchos obstáculos, exteriores y aun internamente para poder alcanzarlo, pero en ese proceso que todos los cristianos pasamos El nos acompaña.
A veces venimos muy llenos de mundo, muy acostumbrados a hacer las cosas a nuestra manera y como nos parece, pero, cuando comienzas a caminar en la senda donde Dios te pone, todo eso cambia, y hay un proceso de desconstrucción de nuestra mentalidad que tiene que darse.
Si no cambiamos nuestro parecer, por el parecer del Señor, no podremos llegar al puerto donde debemos desembarcar.
La batalla que se libra en tu mente es entre tus pensamientos carnales y como debemos actuar como hijos de Dios, y creeme que es clave que te empapes de sus pensamientos e instrucciones para que puedas llegar al propósito que Dios tiene para ti.
Conclusión:
Las circusntancias te diran que tu no puedes, tu mente te dira quizá que no estas capacitado, y el enemigo desplegara sus armas para tratar de engañarte, pero Dios es el que pelea por ti, por tanto, refugiate en su presencia, busca cada dia su voluntad y se dócil.
Aprende a oir su voz.
Asi como estuvo y alimento a su pueblo en el desierto, del mismo modo lo hace con nosotros, porque su mano no se ha quedado quieta, y sigue hablando a su pueblo.
Busca su presencia, cree a sus palabras, óyelo a El, no escuches la voz de tu propia mente, mas bien, cuando escuches “tu no puedes”, dile “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.