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Salmos 34:7-8. Él nos defiende.

Él nos defiende, ese es el mensaje que traigo para ti en este artículo, a través de este pasaje del Salmo 34.

El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen,
Y los defiende.

Gustad, y ved que es bueno Jehová;
Dichoso el hombre que confía en él.

Resiste el temor, confía en El.

Aunque a veces vienen momentos que nos asustan, nuestra confianza esta en El, no temas, El no te dejara.

Es muy claro y directo el Señor cuando nos dice que a nada debemos temer, porque Él nos defiende, Él es bueno, y cuando lo conocemos sabemos que podemos dejarnos caer en sus brazos.

Quiero ilustrarte esto con una experiencia personal, una noche me sentía intranquila, pocas veces me tocaba estar sola en la casa en la noche, y por alguna razón no estaba descansando bien.

A cuantos de nosotros nos ha pasado algo por el estilo, creo que a todos en mayor o menor medida alguna vez sentimos como cierto temor que nos invade, ya sea a la soledad, a la oscuridad o tantas cosas que vienen a nuestra mente cuando estamos un poco vulnerables.

Pero, el Espíritu Santo, nunca duerme, y siempre nos habla, y trajo a mi mente esa palabra que me alentó y me dio la seguridad de que no hay nada a lo que yo deba temer porque aunque creo que estoy sola, en realidad no lo estoy.

Él nunca nos deja.

El Señor como poderoso gigante y el mejor de los padres, siempre esta y nunca nos deja, Él siempre sabe lo que nos sucede, pensamos o sentimos y cuando lo llamamos se hace presente.

Pero hay un principio que no puedes desconocer.

Cuando tú te sometes a Dios primeramente, dice la palabra que es entonces cuando puedes resistir al enemigo y huira de ti.

Santiago 4:7 dice Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.

Y como la palabra jamás se contradice, tanto este pasaje del Salmo, como acabamos leer en Santiago 4, siempre el secreto es primero estar bajo la cobertura del Señor.

Y como estamos bajo la cobertura?

Sometiéndonos diariamente al Señor, reconociéndolo en todas las áreas de nuestra vida, y que nuestro temor sea El.

Reconocelo en todos tus caminos, que El sea tu temor, por encima de cualquier cosa, estas escondido en su mano.

Si tienes temor de Dios, entonces ahí estas cumpliendo este principio.

Que es temer a Dios?.

No significa tenerle miedo, ni tampoco hacer cosas o seguirlo por miedo a ningún tipo de juicio, eso no es temer a Dios, y son acciones que realmente no tienen ningún beneficio.

Cuando la palabra de Dios habla acerca de tener temor de Dios, no habla de miedo, está hablando de respeto, se refiere al lugar y la posición en la que tengo a Dios en mi vida.

Se refiere al lugar que ocupa en mi corazón y mente, por esta causa y porque Él es lo primero para mí, dependo de El en todo.

Y entonces sé que estoy esculpido en su mano, que mi vida es suya, y no me soltara jamás.

Dios todo lo ve.

Sé que nunca me voy de su vista, y que nada de lo que me suceda le es ajeno.

Nuestra vida está escondida en El, conoce todos nuestros movimientos y nada de lo que me pasa se le sale de control, entonces podemos saber que nuestra vida, solo nos la da, y nos la quita El.

El enemigo no tiene poder sobre aquellos hijos de Dios que tenemos al Señor en primer lugar.

Ningún temor puede quitarte el sueño, si tienes a Dios de tu lado y te pones diariamente debajo de su cobertura, echa fuera el temor.

Del cielo viene nuestro socorro, nuestro pronto auxilio en toda situacion.

Somos humanos.

Todos tenemos momentos en nuestra humanidad en los cuales el temor nos ronda y el enemigo aprovecha a querer meternos miedo, nos ronda, pero no puede tocarnos.

Hay situaciones o viejos temores que quizá siempre nos molestaron, cosas o debilidades que por momentos pueden venir a molestarnos.

Por ejemplo, de niña me asustaba la oscuridad, aun hoy no me gusta, pero sé que mayor es el que está conmigo que el que está en el mundo.

Quiza sientes que eres muy pequeño frente a una situacion tan grande y temible, pero, recuerda, mayor es el que esta contigo que el que esta contra ti.

Un conocido pastor diría, “el ángel de Dios acampa alrededor de los que le temen y los defiende” y agregaría “y se acabó”.

No hay lugar a dudas.

La palabra es clara, y las promesas de Dios son fieles, Él no dice una cosa y hace otra como los seres humanos.

Si hoy te sientes temeroso de cosas que vienen a tu mente, o a situaciones de las que no sabes cómo salir, quizá estas sin trabajo, o a lo mejor durante la pandemia has perdido seres amados y no sabes cómo seguir adelante.

Yo te animo a que confíes en ese Dios maravilloso del que te hablo y que te ama profundamente, como nunca nadie te ha amado.

Conclusión:

Si hoy estas en alguna encrucijada en la vida y decides que tu temor principal sea El, y que el único Dios al que adoraras sea El, te puedo asegurar que tu historia cambiara.

Todos los que hoy le gritamos al mundo que la única salida es Jesús, somos personas que en algún momento también vivíamos empujados por nuestras emociones humanas y también sabemos lo que es vivir situaciones de desesperanza.

Pero un día decidimos seguir a Cristo y conocer a ese Dios del que alguna vez oímos hablar, pero no un Dios que cuelga en una cruz, sino en ese que estuvo en esa cruz pero se levantó, tuvo la victoria y esa victoria también es nuestra por El.

Si nunca lo hiciste entrégale tu corazón a Jesús, y permítele obrar un cambio en tu vida, dale una oportunidad a quien te está llamando por tu nombre hoy.

Dile conmigo, “Señor Jesús, te entrego mi corazón y mi vida, entra en ella y cámbiame, ayúdame a conocerte más y guía mis pasos, anota mi nombre en el libro de la vida, en el nombre de Jesús, Amen”.

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