Biblia, Versículos

Jeremías 18:6 Quieres ser discípulo?

Quieres ser discípulo de nuestro Señor? Hay un precio a pagar.

¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel.

Si tú quieres ser un discípulo de nuestro Señor, serás moldeado y pasado por diferentes procesos.

Recorre el camino hacia el discipulado, Dios te moldeara en el proceso.

En la biblia se nos compara, en una numerosa cantidad de veces con la arcilla y el barro, este último siempre se ha usado a lo largo de la historia para crear diferentes objetos, algunos utilizados como utensilios, otros como adornos.

Un alfarero o artesano, cuando decide trabajar en una pieza, le dedica tiempo, la coloca en la rueda del torno, y con su pie comienza a hacerla girar, y este gira a tal velocidad que la arcilla es presionada hasta comenzar a darle la forma deseada.

Los procesos de Dios.

Este proceso que puede llevar mucho tiempo, encuentra similitud en la palabra de Dios, con sus tratos hacia nosotros.

Somos sometidos a diversas pruebas, que todos pasamos y todos estamos siendo moldeados de una manera o de otra por el Señor cada día si verdaderamente le hemos dado nuestro corazón y hemos rendido nuestra vida a Él.

Tú puedes escoger simplemente ser parte de su pueblo, y si lo has aceptado la salvación es para ti, alcanzada por gracia.

Tú no tienes que pagar nada por tu salvación, Jesús pago por ti y la salvación es tuya.

Jesus pago el precio por ti.

Pero si quieres ser un discípulo del Señor, servirlo y llevar al pueblo su palabra, entonces si deberás pagar un precio, el camino de Dios es como entrar en esa puerta estrecha de la que habla la biblia.

Pablo o Saulo fue interrumpido por el Señor en el tiempo donde perseguía a los cristianos para darles muerte, se convierte, pero cuando comprende que El Señor lo está llamando para ser instrumento de Él, se aparta de todo y se conecta con la palabra y acepta pagar el precio.

Si eres discipulo, pagaras un precio por servirlo.

El precio que Pablo tuvo que pagar por llevar la palabra a todas las regiones que lo hizo, fueron muchos desprecios, azotes, cárcel, y peligro de muerte, pero lo acepto con gozo porque había conocido al Dios de misericordia y que lo había librado de una vida vacía.

Nuestro precio quizá no sea de vida o muerte, pero quizá debamos en el proceso de preparación, disponer nuestro tiempo, dejar a un lado nuestro cansancio.

Aceptar las diferentes pruebas que se presentan como una oportunidad en la que Jesús nos enseña.

Si quieres ser un discípulo, acepta este reto, dile que si al Señor, y síguelo.

Estando Jesús en la tierra llamo a 12 hombres que decidieron seguirlo y servirlo, aprendieron de Él, y llevaron la palabra por todos lados.

Esta es la razón por la que nosotros hoy conocemos la verdad de Cristo.

Cuantas personas aún no conocen la palabra y la salvación de nuestro Dios, es hora que aceptemos pagar el precio y decidamos convertirnos en discípulos.

No tiene nada de malo tampoco, si tú quieres ser pueblo y no discípulo mientras tu corazón este en adoración y sigas a Jesús, pero te perderás de lo maravilloso que es alcanzar esa madurez espiritual que nos lleva a otro nivel de intimidad con El.

Conclusion:

Dios nos ama en toda circunstancia, pero anhela que aceptes el reto de ser su discípulo, paga el precio que tengas que pagar, porque la bendición que hay para aquellos que sirven al Señor es tan grande.

Cristo te ama y entrego su vida por ti, amalo tanto y entrega de verdad tu vida a Él.

Consagra tu vida y pídele al Señor que te moldee como a la arcilla aunque la vida gire y muchas veces sientas que tambaleas, y cuando eso suceda, no temas, es el alfarero que está moldeando tu carácter, tus reacciones y tu vida entera.

Confía en el y síguelo.

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