Biblia, Versículos

Hebreos 13:14-16. Te alabare.

Te alabare, en medio de la tormenta más fuerte, en el desierto, en mis alegrías y tristezas, porque no depende de mi estado lo que siento por ti Señor.

Ojala esa sea también tu oración.

 14 porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir.

15 Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.

16 Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios.

La alabanza no es algo que hacemos solo cuando estamos felices, lo alabamos porque El es bueno y digno, la verdadera alabanza no solo es a traves de la musica, sino que es una expresion del corazon hacia Dios.

La alabanza.

Muchas veces creemos que alabar a Dios es algo que solo tiene que ver con la música, cantar en la iglesia o en casa, y no es así, la alabanza es la expresión de lo que sentimos por Dios que nace desde el corazón.

Y no es un sentimiento ni una expresión que es generada solo por lo bueno que pase en nuestra vida, sino en los momentos de más angustia por los que podamos atravesar.

Ejemplos para nosotros.

Job fue un hombre justo que paso por muchas cosas que no debería a ojo humano haber pasado, lo perdió todo desde sus hijos, economía y salud, pero jamás dejo de alabarlo.

David en medio de sus batallas más feroces daba de continuo alabanza a su creador.

Quizá hoy me puedas decir, no estoy bien, no me siento con ganas de alabar o de cantar, pero este pasaje en hebreos dice “ofreceré sacrificio de alabanza”.

Sacrifica alabanza, no lo alabamos solo porque nos sentimos bien, lo alabamos porque Él es merecedor de toda la gloria y honra.

Porque en medio de la alabanza de su pueblo, Dios obra.

En medio de tu tristeza, el Señor mira tú alabanza como una ofrenda de amor en la cual se contenta y su misericordia te abraza y consuela.

Recuerda que estamos aquí de paso, nuestra ciudad está en el cielo, en las alturas junto a nuestro Padre.

No importa la situacion en la que te encuentres, dale al Señor tu alabanza porque El te ama y ahi donde estas, si le buscas de corazon, su fortaleza vendra sobre ti.

Lo que pasamos aquí es momentáneo.

2 Corintios 4:17 dice 17 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria;

Pablo se refería a todo lo que le sucedía como una “leve tribulación momentánea”, y es impresionante leer esto cuando sabemos que estaba sometido a cárcel y castigos por llevar la palabra.

Recordemos estas cosas para que en nuestro corazón despierte la seguridad de que no estamos solos en nada de lo que nos sucede, y que en lo bueno y en lo malo alabaremos a nuestro Dios.

Lo alabamos porque Él es bueno, porque es Santo, porque dio su vida en sacrificio a El mismo en nuestro lugar, y porque estamos tomados de su mano todos los días de nuestra vida.

Tienes motivos para alabarle.

Aunque el mundo te quiera convencer que todo en tu vida está mal, tienes muchos motivos para alabarle, quien sino Él puede sanar tu corazón, limpiar tus heridas y darte la seguridad de la salvación?

Quien tiene de ti más misericordia y paciencia? Con toda seguridad, nadie, Él es bueno.

Oye su llamado y atiende a su voz cuando te habla, a veces en la angustia nos quedamos como sordos y quitamos nuestra mirada del que nos guía.

Su palabra es nuestra luz y nuestra guía.

Fijemos nuestros ojos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe, el que nos pasó de tinieblas a luz, el que nos ha dicho que su palabra es lumbrera a nuestro camino.

Salmo 23:4 dice Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tú vara y tu cayado me infundirán aliento
.

David entonaba este salmo aun en la angustia y en la persecución, y confiaba, sabía que aquel que lo había enviado estaba con él, y que Él lo fortalecía.

El cayado en los pastores era como un palo que en el borde superior tenía una curvatura que servía para atraer o direccionar a las ovejas.

De ese modo, como buen pastor, el Señor te “enganchara” y atraerá hacia donde debes ir, y no significa que no encontraras problemas, significa que estará ahí para fortalecerte y cuidarte.

Alábale con todo tu ser.

Eleva tu alabanza, tu adoración a Dios desde el fondo de tu corazón, con las fuerzas que tengas, porque El mira tu corazón y conoce la profundidad de tu amor por El.

Por tanto así sea en el silencio y en el pozo más profundo, elévale tu alabanza, y Él te exaltara y levantara si estas caído.

Porque nada toca más el corazón del Padre que un hijo con lágrimas en sus ojos agradeciéndole aun en medio de la tristeza.

Asi como un buen pastor encamina y direcciona a sus ovejas, El es nuestro buen pastor, el que nos fortalece y nos guarda.

Eres hijo/a de Dios.

No eres un huérfano, eres hijo, eres bendito y amado, si el mundo te da la espalda, Dios está frente a ti, y su fortaleza es su promesa para aquellos que son suyos.

Conclusión:

Si estas triste, alábale, si estas alegre, alábale.

Y si quieres conocer a ese Dios de misericordia y amor del que te hablo, ábrele tu corazón a Jesús, y deja que ese buen pastor enderece tus pasos.

No te promete el Señor que no pasaras tormentas, te promete estar ahí en medio de ellas contigo.

Dile conmigo “Señor Jesús, te abro mi corazón, entra en él y perdóname de todo pecado, enséñame a alabarte en todo momento y a buscarte cada día de mi vida hasta mi último aliento, en el nombre de Jesus, Amen”.

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