Donde está el espíritu de Dios allí hay libertad, en este capítulo de 2 de Corintios nos muestra como ese velo que no nos permite ver, solo el Espíritu Santo es capaz de hacerlo a un lado.
“14 Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado.
15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos.
16 Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará.
El Espíritu nos da libertad
17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”
Hay muchas oportunidades en las que la biblia habla acerca del velo, por ejemplo Moisés decía que se ponía un velo luego de estar en la presencia de Dios.
También en el nuevo testamento con la muerte de Jesús, dice que el velo del templo se rasgó, hay varios pasajes donde se nombra el velo, pero hoy hablamos acerca de lo que es el velo espiritual.
El velo espiritual es lo que les impide a aquellos que tienen el corazón endurecido y el entendimiento embotado poder oír y ver.
A traves de Jesus el velo cayo
Por eso dice que aunque leen, les queda el mismo velo, no pueden ver o entender, pero que por causa de Cristo es quitado. Es que solo a través de Jesús ese velo se rasga y cae.
En el verso 16 nos da la promesa y la tranquilidad de que cuando se conviertan al Señor, ese velo se quitara.
Hay Procesos.
Quizá hoy estés orando por algún familiar, por tus hijos o cónyuge, y a lo mejor les hablas y no quieren nada, o no te oyen, hay personas que ni siquiera nos dejan hablarles acerca de nuestro Señor.
Y nos preguntamos porque, o como algo que yo leo en la palabra de Dios lo puedo entender y quizá el mismo texto si se lo lees a alguien que aún no ha sido convertido no lo puede comprender.
Es que lo primero es convertirse, y para convertirse hay que nacer de nuevo, son procesos que van juntos.
Cuando entregamos el corazón al Señor, nacemos de nuevo, y somos procesados por Dios en este proceso de conversión, de volver de nuestros caminos.
Convertirse es eso, es volverse, es darse vuelta, es un comenzar de nuevo, luego de ese nuevo nacimiento y comenzar a aprender a vivir en dependencia absoluta de nuestro Dios.
Cuando Dios entra el Espiritu te hace libre
Y es en ese momento, cuando nacemos de nuevo, y nos convertimos que el velo cae.
Lo que antes no veíamos, ahora lo vemos, lo que antes no queríamos hacer, ahora corremos a hacerlo, si nos costaba orar, ahora deseamos estar en la presencia del Señor
Esto es porque lo hemos experimentado y conocido de un modo que jamás lo habíamos conocido.
Es que donde está el Espíritu de Dios allí hay libertad, y esa libertad la vas a sentir.
Él es quien te hace libre de tus adicciones, de las cadenas de opresión, o de lo que el enemigo por años te ha convencido de que tú eras, Dios te da la libertad.
El te procesará hasta verse reflejado en tí.
Y Dios va a trabajar en ti, y lo hará de tal modo, que como si estuvieras mirándote en un espejo, veras la obra de Dios terminada en ti, y Él se podrá ver en ese reflejo.
El Espíritu Santo, quitara el velo, te dará la libertad y te procesara, para convertirte en imagen de Dios en la tierra.
Somos hechos a imagen y semejanza de Dios, no existe otro ser creado por Dios, que la biblia nos indique que haya sido creado a su imagen y semejanza, solo el ser humano.
Y tu podrás decirme, como puede ser entonces que haya tanta maldad en el mundo y como es que hay tanta gente mala.
Yo debo responderte que ese es el producto del pecado en la vida de nosotros, y ya nacemos con la herencia de pecado, por más bellos que seamos como bebes, nacemos en pecado.
Pero El no planeo eso para nosotros, sino que en sus planes siempre estuvo nuestra bendición.
Y a pesar de nuestra desobediencia y nuestro pecado, el envió a Jesús para acercarnos de nuevo y darnos la posibilidad de ser aquello para lo que fuimos creados.
Conclusión:
Si te sientes atado a algún pecado, o a tu carácter, o estas orando por algún ser amado y aun no has podido vencer, no te desanimes, Dios está obrando.
Deja que tu corazón sea tratado por El, el velo cae, el Espíritu Santo obra.
Donde está el Espíritu de Dios allí hay libertad, y el día llegara para ti y para tus seres queridos, que como en un espejo, podrás ver el reflejo de Dios en tu vida.