Padre nuestro, un modelo de oración que Jesus nos dejo y que es muy interesante que podamos entender y desglosar la riqueza de esta oración y de lo que Jesús nos ha dejado como modelo, como un mapa para saber cómo acercarnos al Padre.
9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
Modelo de oracion.
Desde todos los tiempos el hombre, el ser humano busca acercarse a Dios, y la realidad es que Dios es quien más desea acercarse al hombre, hay muchos que no saben cómo hacerlo o como hablar con Él.
He conocido y hablado con muchas personas que me dicen, no sé qué decirle o como orar, y que tremendo es que algo que parece tan sencillo, haya quienes no saben de qué modo poder ir a Dios a simplemente tener una charla con El.
A veces creemos en Dios pero de una manera tan lejana que no sabemos cómo relacionarnos con El.
Este modelo de oración, que oficia como modelo, no es para que la repitamos, es para que sepamos como acercarnos, porque simplemente la repetición se torna en algo frio, en algo no sentido, o en algo que se hace simplemente por religión.
Y Jesús no ha venido a establecer una religión sino una relación.
Podríamos separar el Padre nuestro en cuatro partes, la primera es la magnificencia, “Padre nuestro que estas en los cielos”, es de algún modo como debo acercarme, me acerco reconociendo ante que Dios estoy, que estoy ante un Dios que es inmenso, que está en los cielos, un Dios magnifico pero que a la vez es Padre.
De tal manera, que así como lo magnifica, también lo acerca, y lo acerca con el título e imagen de un Padre, y quien no quisiera acercarse a un Padre bueno?
La segunda parte de esta oración, diría yo que es la parte que todos esperamos, y es poder pedirle lo que necesitamos, “el pan nuestro dánoslo hoy”, y acá podemos hablar de varias cosas.
Lo que necesito por encima de lo que deseo.
Lo que necesitamos muchas veces no es lo que deseamos, por lo cual a veces pedimos y no recibimos, y esto no es porque Dios no nos ha escuchado, sino porque Dios sabe hasta mejor que nosotros mismos lo que realmente estamos necesitando.
En ocasiones lo que pedimos, el Señor sabe que nos haría más daño recibirlo, que no recibirlo y esos son los “no” de Dios o los silencios de Dios frente a una petición.
Por lo cual, ese Padre bueno, pesara lo que necesitas, y te dará conforme a su voluntad para tu vida, y créeme cuando te digo y mejor, créele a Él, cuando te dice que te dará, todo lo que necesites conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús, como dice Filipenses 4:19.
Es por esto, que cuando pedimos, hagámoslo pero pidamos su perfecta voluntad para nuestras vidas, porque si confiamos en El, sabemos que su voluntad es la que nos hará disfrutar las mejores cosas, porque que padre bueno no quiere lo mejor para sus hijos?, potencia eso al nivel de Dios.
La tercer parte de esta oración es “perdona nuestras deudas como también nosotros perdonamos”.
Y acá en esta parte, notamos que hay una estrecha relación entre todo lo que se nos perdona frente a todo lo que perdonamos.
Si bien es cierto que estamos en la gracia de Dios, y que Jesús perdona y limpia a través de su sangre nuestros pecados, nos está diciendo que en la medida que nosotros perdonamos a otros, también seremos perdonados.
No sé si hay algo que no has perdonado en tu vida, pero recuerda que cuando tú perdonas, sea algo tremendo que haya que perdonar o no, debes hacerlo, por ti, no por el otro si no quieres hacerlo por el otro, perdona por ti, porque Dios mira eso y te perdona en esa misma medida.
Imagínate que si nosotros nos aferramos muchas veces al enojo por muchas cosas, y tú dirás, son cosas tremendas las que me hicieron, yo debo decirte que a Jesús también, lo azotaron, lo escupieron, insultaron, lo desnudaron y lo clavaron con clavos en una cruz.
Y allí, colgando y sangrando, perdono a quienes lo estaban matando, y rogo por ellos.
Esto nos marca que no hay una medida límite entre lo que se puede perdonar o no, todo debemos perdonar, si no lo hacemos por el otro, debemos hacerlo por nosotros mismos en obediencia, y déjame decirte algo mucho más interesante aun acerca del perdón.
El perdón no se siente, nadie siente perdonar a quien nos ha herido, el perdón se decide.
Yo decido perdonar aunque no lo sienta, lo hago por obediencia a mi Padre, que quiere perdonarme y bendecirme a mí, y es en ese momento que yo le paso la pelota a mi Padre.
Así que no te aferres a la ofensa, o al rencor, sea lo que sea que te hayan hecho, si no lo sientes, dilo, decídelo, y repítelo hasta que en tu corazón la paz de Dios te haga sentir que estas libre, porque el rencor ata.
La cuarta parte seria guardarnos debajo de El, no hay otro lugar más seguro que debajo de la protección de Dios, la tentación viene a nuestra vida siempre mientras estemos vivos.
Jesús también fue tentado, pero no peco, de modo que nosotros podemos resistir lo que venga a nuestra vida.
Podemos pedirle esa protección divina al Señor, y aquellos que estamos en sus manos, estamos protegidos por nuestro Padre, y lo que está en su mano, nadie lo arrebata.
Conclusión:
Si no sabías como acercarte a Dios, este es el modo, como un hijo lo hace con su padre, de modo humilde, sabiendo a que Dios tremendo y poderoso te acercas, pero también sabiendo que también es tu Padre y que desea oírte más que cualquier otra cosa de ti.
La oración y ese momento de comunicación con Dios, nos bendice y nos edifica a nosotros, si no sabías que era lo que tenías que hacer, es simplemente tener en cuenta que debes saber quién es El, que debes perdonar si quieres ser perdonado, que Él puede suplir todas tus necesidades y guardarte de todo mal.
Pero todo y con todo puedes ir a sus pies, y así como estés Él te recibe, y si te recibe no te dejara como vienes, sino que te transformara, te procesara, y a veces en el proceso tendrás altos y bajos, pero si te mantienes firme en El, la victoria será tuya.