Biblia, Versículos

Zacarías 4:5-7. Es con su Espíritu.

Es con su Espíritu, y no con nuestras fuerzas.

Y el ángel que hablaba conmigo respondió y me dijo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: No, señor mío.

Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.

¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a llanura; él sacará la primera piedra con aclamaciones de: Gracia, gracia a ella.

No podemos hacer con nuestras fuerzas, lo que hay que hacer con su Espiritu.

Pongámonos en contexto de quien era Zorobabel y cuál era la tarea que tenía por delante, Zorobabel, era un gobernante sobre Jerusalén, luego de que el pueblo saliera de Babilonia, y es a quien dios le encarga la tarea de reconstruir el templo que se encuentra devastado.

Y de pronto mira hacia su alrededor y se encuentra no sabiendo cómo hacer la obra que tenía por delante, esta palabra vino de parte del Señor en ese preciso momento.

La obra de Dios sea cual fuere, no puede ser hecha por la fuerza humana, sino por el poder del Espíritu Santo de Dios, tu puedes hablar muy bien, o cantar muy lindo, pero, si no tienes al Espíritu Santo en tu vida, los frutos de tu trabajo serán en vano.

Nada de lo que hagamos con nuestras fuerzas o lo que intentemos hacer desde nuestra carnalidad tendrá la calidad y la belleza que puede tener si lo hacemos con la guía del Señor y con sus fuerzas.

La obra es del Señor a traves del Espiritu Santo.

Para permanecer, necesitas al Espíritu Santo, para hacer lo que sea, necesitas al Espíritu Santo.

2 Corintios 10:4-5 dice porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,

derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”

No se pelea con un ejército humano, ni con armas humanas o físicas, sino que peleamos la buena batalla con armas espirituales porque nuestra lucha es espiritual, por eso todo lo que hacemos si queremos tener éxito debemos hacerlo de la mano del Espíritu Santo.

Ser dependientes de El.

Si hay algo que debemos ejercitar es nuestra dependencia del Señor, en todo, no somos seres independientes de Dios, sino dependientes de Él.

Esta palabra dada a Zacarías, viene en un tiempo de desánimo, de no saber cómo hacer para que la obra fuera completada, y es que cuando estamos buscando hacer algo en nuestras propias fuerzas, seguramente el cansancio físico y sobre todo emocional nos va a embargar pronto.

Hay cosas que no podemos hacer solos, hay personas que buscan hasta servir a Dios con sus fuerzas, o por emociones, pero, en la primer fuerte prueba se caen porque su fundamento no está bien plantado.

Busquemos esos cimientos que nos hacen permanecer de pie ante todo lo que emprendamos.

No hay nada que el Señor te mande a hacer, que no puedas lograr.

Si Él te ha mandado y te ha dado alguna inquietud acerca de lo que sea, si te ha mandado Él te respaldara.

El Dios que te ordena, es el Dios que respalda, porque nunca nos mandara a hacer algo que previamente Él ya tenga la forma y la solución.

Si hay algo que Dios te ha dicho que tienes que hacer, y estas dejándolo para después, recuerda que Dios bendice la obediencia y no las intenciones, y recuerda que nada podrás hacer si no tienes una relación cercana con el Espíritu Santo.

Se trata de relación.

Solo aquellos que están llenos del Señor, y que han rendido su voluntad y su vida, son aquellos en los que el Espíritu Santo puede obrar, Dios jamás te obligara ni te invadirá, sino que esperara que tu decidas dejar que El reine en tu vida.

Y solo cuando tengas una relación fluida con el Señor, será que entonces podrás llegar a las metas y sueños que tengas en la vida.

Conclusión:

Busca una relación con el Espíritu Santo que te lleve a nuevos niveles y a los nuevos escenarios que Dios tiene planeado para ti.

El te ha escogido, busca una relacion con El y llenate de su Espiritu Santo y tendras la victoria.

Quizá creas que eres pequeño, como Gedeón, o que no sabes hablar, como creía Moisés, pero Dios no busca personas perfectas, El busca personas rendidas.

Rendidas a su poder y su amor, personas que busquen su presencia de día y de noche, y con su Espíritu Santo llegaran en victoria a donde Dios ha prometido llevarlos.

Si tú nunca le entregaste tu corazón a Cristo, te invito a hacerlo, dile conmigo “Señor Jesús, perdona mis pecados, límpiame, y hazme tu hijo/a, te rindo mi voluntad y mi vida, lléname con tu Espíritu Santo, en el nombre de Jesús. Amen”.

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