La sabiduría que viene de Dios, no es lo mismo que los conocimientos que podemos tener como humanos, o cuanto hemos estudiado, va mucho más allá.
Este pasaje nos describe como no solo la sabiduría viene de lo alto, sino de cómo El forma nuestro carácter.
1 Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud.
2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,
3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.
4 Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.
5 Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
La dependencia de nuestro Dios, esto es algo que el Señor ha tratado con mi vida muy particularmente y estoy segura que contigo, que estás leyendo esto también el Señor está interesado en que aprendas a estar en dependencia de Él.
Esta carta fue escrita por Santiago y fue dirigida a los hermanos en la iglesia que se encontraban atravesando por pruebas y dificultades y necesitaban una palabra de aliento y dirección del cielo.
Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros, y a pesar de que a veces pasamos por desiertos y circunstancias que ponen a prueba nuestra fe, las mismas son usadas por Dios para enseñarnos y prepararnos.
La paciencia viene por las pruebas y todo lo que vivimos nos capacita y nos forma en el carácter de Cristo.
Si tú eres cristiano y te encuentras atravesando distintas pruebas, no creas que Dios te ha puesto a prueba sino que va a utilizar esas pruebas y dificultades, que todos vivimos, para formar tu carácter y que la obra sea completa.
Dice que para que no nos falte cosa alguna, y esto no solo se refiere a lo económico, que podríamos entender que no tendremos falta de ningún bien.
Y eso es así y Dios no quiere que sus hijos estén en necesidad, sino que también se refiere a todos los aspectos que hacen a nuestro carácter.
Si tú eres un hijo de Dios pero no tienes paciencia, tienes mal carácter, o no eres prudente, o impetuoso, no tengas duda que en su inifito amor, Él te formara.
Una cosa es que Dios nos ame con un amor eterno y nos acepte como somos, pero otra es que no nos eduque.
Dios al que ama disciplina dice su palabra, como a hijos por tanto, Él te ama, y tanto te ama, que te educara y sacara lo mejor de ti.
Y como lo hace? Por medio de pruebas y circunstancias de las que podemos aprender.
Si, aun de aquellas cosas que no entendemos y que pensamos, “esto es algo que no debería de pasarme y no es justo”, quizá puedas pensar eso.
Pero, aun de ese tipo de cosas, aprenderás y serás formado.
Si no eres una persona sabia, si por momentos en la vida no sabes que hacer, o como proceder, o como relacionarte con alguien, pídele a Dios esa sabiduría.
Dice este versículo que Él nos dará la sabiduría cuando se la pidamos, sin reproche, esto es, sin queja, sin decir por ejemplo “otra vez me está pidiendo”.
Conclusión:
Jamás el Señor se quejara por nada de lo que le pidas, Él es nuestro padre y se goza en que nosotros le pidamos a Él, en que dependamos de Él.
Tienes la promesa de que si no eres una persona sabia, si tus acciones te llevan para un lado y para otro y eres de aquellos que dicen “cada vez que hago algo me sale mal”.
Quizá tienes falta de sabiduría, entonces…, es momento de pedírsela a tu Padre Celestial.
Pídele, que te la dará abundantemente y sin reproche.
Dios no es hombre para prometer y no cumplir, Él es bueno y nada de lo que venga a nuestra vida será por encima de lo que podamos soportar.
En medio de tu circunstancia, ábrete al conocimiento y la formación de Dios en tu vida.