Cómo enfrentar los cambios de la vida, la historia de Noemí es un gran ejemplo.
19 Anduvieron, pues, ellas dos hasta que llegaron a Belén; y aconteció que habiendo entrado en Belén, toda la ciudad se conmovió por causa de ellas, y decían: ¿No es ésta Noemí?
20 Y ella les respondía: No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara;porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso.
21 Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos vacías. ¿Por qué me llamaréis Noemí, ya que Jehová ha dado testimonio contra mí, y el Todopoderoso me ha afligido?
Aquí encontramos una Noemí que sale con su nuera Ruth de Moab hacia su antiguo hogar en Israel, luego de haberlo perdido todo en la tierra de Moab, acaba de perder lo más amado, lo único que un ser humano no está preparado jamás para perder, un hijo.
Es que el ser humano no está diseñado para enterrar un hijo, sino al revés, pero a veces la vida da esos vuelcos y solo la paz y el consuelo de Dios pueden traer sanidad y restauración.
En el caso de Noemí, no solo perdió un hijo, perdió los dos y a su esposo, quedo viuda y sin hijos en un país extraño y decide despedir a sus nueras y volver a la tierra de sus padres.
Ella siente que ya no tiene nada en aquel lugar. Una de ellas se va, pero la otra, Rut, decide quedarse a su lado y desde ese momento, juntas emprenden el camino.
Todos pasamos por momentos duros
Cuantos de nosotros hemos pasado por situaciones de cambios tan bruscos en la vida que nos dejan sin ánimo, con una tristeza absoluta y con la sensación de que Dios se la ha tomado con nosotros.
Tal es el caso de Noemí, que dice “llámenme a partir de ahora Mara”, que significa “Amarga”, porque Dios me ha amargado la vida.
La amargura muchas veces toca la puerta de nuestra vida, y pensamos que Dios nos ha dejado o que el pecado nos ha traído castigo y juicio.
Esta mujer decide empezar de nuevo en otro lugar pero llena de esta amargura que no la deja ver nada bueno en su futuro.
Dios nos lleva a descubrir cómo enfrentar los cambios de la vida
La historia más adelante nos cuenta como su vida cambia y Rut es protagonista de esos cambios y las alegrías que llegan a la vida de Noemí.
Esta mujer vuelve a tener un bebé en sus brazos producto de la unión que ella ayuda a generar entre Rut y Bos.
A veces podemos creer que nuestra historia ya no tendrá un buen final, que nada nos espera adelante, que lo hemos perdido todo.
La buena noticia es que para los hijos de Dios siempre hay un nuevo capítulo, porque sus planes y pensamientos para con nosotros son más altos y no alcanzamos a verlos o imaginarlos siquiera.
Los más fuertes finales en la vida, siempre son el preludio de nuevos comienzos, así que aprendamos a cerrar capítulos bien y a mirar al cielo para recibir lo nuevo que Él tiene para nosotros.
La biblia dice en 2 Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.
Por fuertes que sean las tormentas en tu vida, siempre llegara la calma, si te aferras a la fuente de vida que es El Señor, el dolor cesara, habrá consuelo y todo será hecho nuevo.
Dios puede sorprenderte de modos que jamás has soñado, créelo, abraza esa promesa y esa esperanza para tu vida.