Volver a Jesús, tiene por título este artículo, que está basado ni más ni menos que en mi testimonio con el Señor, un testimonio que espero que sea de bendición para tu vida y si has pasado por algo similar puedas volver a Jesús.
8 Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo.
9 Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché.
10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
Promesas de Dios.
Todos, sin excepciones, en algún momento recibimos una palabra de parte de Dios, una promesa que marcara nuestra vida y nunca la olvidaremos.
A veces es una promesa que se cumplirá enseguida, otras, pueden ser promesas que se harán realidad en otro tiempo.
Yo recibí esta palabra en Isaías a la edad 15 años, cuando en un viaje a Argentina recibí a Cristo, al irme a vivir con mi padre, ya que mis papas se divorciaron a mi corta edad de 3 años.
Mi infancia no fue fácil, mis padres rehicieron sus vidas, cada uno armo su propia familia, y yo quede en medio de esas dos familias sin saber cuál realmente era la mía, cual era mi lugar, un lugar que no encontraba y en su lugar había rechazo.
El rechazo.
Y seguramente tu que me estás leyendo alguna vez hayas sufrido rechazo, y el mismo marca nuestra vida, nuestro comportamiento y por consecuencia todas nuestras relaciones.
Por tanto si estas en una situación como esa, y jamás has sentido el abrazo, la seguridad que te da tener tu lugar y la protección que todo niño merece tener, hay salida y sanidad para esa herida.
No me explayare demasiado en ese tiempo de mi vida, pero si cabe contar que fue muy complicada, un padrastro que no me quería y un padre que se había ido lejos con su nueva familia, de modo que fui a vivir con una tía.
Darte hoy mi testimonio es alentarte a que no importa cuál es tu situación, hay esperanza en Cristo, y este pasaje de Isaías se cumplió en mi vida, más adelante en la lectura lo veras, así como también las promesas de Dios se cumplirán en ti.
Conocer a Jesús en medio de un corto tiempo de viaje en Argentina, marco mi vida y mi destino, porque aunque no me afirme y en mi inmadurez no entendí mucho, si pase a ser una hija de Dios y por fin había un padre para mí.
Hay un Padre para ti.
No sé cómo fue tu infancia, si has crecido sin papa, o puede ser sin mama, no eres huérfano si le abres tu corazón a Jesús, estarás más abrigado que nunca entre los brazos poderosos de un Padre que jamás abandona.
Nosotros somos infieles, El no, nosotros nos alejamos, pero El jamás se aleja.
Pasaron los años, comence a servir en una iglesia pero sin sanidad en mi corazón, deseosa de una familia que jamás había tenido así que apure los tiempos y no me deje guiar por Dios y me case con alguien que no estaba en los planes de Dios para mí.
Es que a veces podemos ir a una iglesia, y aun servir pero, sin estar realmente sanos, sin rendir rincones oscuros en nuestro corazón.
Por eso es tan importante abrir el corazón hasta en los más pequeños detalles, y dejar que Dios se meta más profundo, sin reservas.
Para resumir lo que vino después, hubo abusos, el tenía problemas con el alcohol, yo claramente me aleje del Señor, y vino el divorcio.
Pasaron casi 20 años para que junto a dos hijos y un montón de pérdidas materiales, y con más heridas emocionales, pudiera volver a Jesús.
Volver a Jesús, depende de una decisión.
Un día tuve que decidir, si continuaba por mi propio camino, luchando sin descanso sin que nada me saliera y buscando llenar mi vacío con alguien a mi lado, o, recordaba aquella palabra que un día había impactado mi corazón y abrí mi corazón.
Solo puedo decirte que obviamente decidí volver a Jesús, y desde ese momento hasta acá, fue un proceso de sanar heridas, perdonar, perdonarme, reprogramar mi cabeza y mis costumbres y conocer en profundidad a aquel que te dice “no temas yo te ayudo”.
Todos tenemos un momento donde debemos reaccionar y decirle si a Dios y en ese momento Él te regresa al punto de salida y tienes una nueva oportunidad.
El hijo prodigo de Lucas 15:11-32, léelo en tu biblia, dice que hubo en momento donde el “volvió en sí”, o sea que reacciono y recordó lo que tenía junto a su padre.
“De tierras lejanas te llame”.
Cuál es la tierra en la que estas, y desde donde el Señor te está llamando?
Cuando a los 15 años coincidió que estaba en Argentina, yo vivo en Uruguay, y recibí esta palabra, creí que se trataba de esto, pero no, porque a veces las tierras lejanas no son físicas, sino espirituales.
Yo estaba muy lejos de Dios, muy lejos de quien me había hecho hija, de quien me había escogido y tenía propósitos para mí, pero el Señor jamás te olvida, nunca te deshecha.
Puede pasar años, en mi caso, casi 20, cuanto tiempo hace que quizá ignoras a Dios?
O a lo mejor estas yendo a una iglesia local, pero, hay heridas sin sanar en tu corazón porque a pesar de congregarte hay cosas que aún no has entregado.
Hoy mi corazón esta restaurado, mi relación vertical con Dios está sana y mi relación horizontal con aquellos que me rodean está sana.
El hace nuevas todas las cosas, así como lo hizo conmigo quiere hacerlo contigo, no seas indiferente a su llamado.
Si alguna vez abriste tu corazón y te hiciste su hijo/a, Dios no te deshecho por lejos que te hayas ido y por muy terrible que sean hoy tus pecados.
El hombre condena, pero Dios perdona y restaura.
Dios está en el negocio de recibirte siempre, y de sacar tu mejor versión, estas a un paso de eso, solo depende de una decisión.
Por supuesto que hay un momento de inflexión donde no podemos continuar en el mismo sendero, porque la obra de Dios puede hacerse presente en tu vida cuando decides ya no caminar por donde caminabas sino que te das vuelta.
Arrepentirse es eso, pegar la vuelta.
Date la vuelta, todos hemos sido hijos pródigos en algún momento, todos hemos fallado, en mayor o menor medida, el Apóstol Pedro lo hizo, David lo hizo, y tantos otros personajes en la biblia pero, todos en algún instante decidieron arrepentirse.
Hay promesas para ti.
Dios te dice, yo no te he desechado, no temas, acércate porque estoy dispuesto a ayudarte.
Si oyes la voz de Dios llamandote ahora, y respondes, la palabra que ha dicho para tu vida se cumplira porque Dios no es hombre para prometer y no cumplir, nosotros fallamos, El no.
Conclusión:
Isaías 41:8 en adelante se hizo carne en mi vida, y es mi oración que se haga carne en la tuya, el Señor desea ayudarte, sostenerte, atraerte con sus cuerdas de amor, desde esas lejanas tierras por dónde has transitado.
Hay oportunidades en Jesús, El murió por cada uno de nosotros, derramo su sangre para limpiar todos nuestros pecados, Jesús no es un lindo cuento, Él es nuestro salvador.
Cuando Jesús entra, hay sanidad, no solo física, sino sobre todo interior, tus heridas son curadas, y si nunca te sentiste amado, Él te ama.
No importa como estés, así como estas, te recibe, te ha guardado aun sin que lo supieras y te sacara adelante, porque nosotros en nuestra humanidad no podemos, pero El Dios que todo lo puede lo hará.
Vuelve a Jesús, no hay mejor lugar, no te dejes robar más la paz, la salvación y la bendición de una vida limpia y sana, toma tu decisión.
Abre tu corazón, si nunca lo hiciste te invito a hacerlo juntos, y si te has alejado, es tu momento de restauración.
Dile conmigo “Señor Jesús, te abro mi corazón, perdona mis pecados, acéptame como tu hijo/a, y si te falle, perdóname Señor y ayúdame, busco tu rostro, en el nombre de Jesús, Amen”.