El llamado de Dios para José, fue a través de un sueño o visión que él no entendió en su momento, pero que se llevaría a cabo luego de muchos años y un proceso por el cual tuvo que pasar.
5 Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía.
6 Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado:
7 He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío.
8 Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aún más a causa de sus sueños y sus palabras.
9 Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí.
10 Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti?
11 Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba en esto.
Quien era Jose y que nos enseña su historia?.
Para ponernos en contexto, José era el hijo menor de 12 hijos, de Jacob y Raquel, y era el hijo al que José más amaba, hijo de la mujer que más amaba también, o sea que era muy importante para Jacob, sus hermanos tenían una gran antipatía hacia el por esta causa.
Este sueño que José les cuenta que tuvo lo hizo ver con mayor antipatía, por lo cual creo que no fue del todo prudente que lo contara, pero José era muy joven y todo lo que vino luego, a pesar de lo doloroso fue usado por Dios para bendición.
Sus hermanos al ver esto, idearon un plan para venderlo como esclavo y desaparecerlo y asi lo hicieron.
Y así comienza para José un largo camino en el que por donde fuera que fue brillo, como esclavo fue el mejor, al punto que termina de encargado en la casa de Potifar, donde por haber dicho que no a la esposa de Potifar que se le ofrecía termina en la cárcel, pero también allí brillo.
Es que a veces decir no a lo malo, te puede traer problemas, pero una gran bendición al fin.
Y la historia es larga, estaría bueno que pudieras leerla, pero en resumen, pasa por diferentes situaciones pero en todas fue excelente.
José nunca se quejó ni se auto compadeció, sino que en todo dejo su sello de excelencia y eso lo hizo llegar a palacio y convertirse en gobernador, y que ese sueño que un día tuvo se pudiera llevar a cabo.
Lo que tu decidas en medio de todas las situaciones que se te presenten te llevaran al propósito de Dios o te desviaran de él.
Significa que si decido mal, pierdo el llamado?
No, quizá extiendas el proceso o el camino que te lleva al propósito o al llamado de Dios para tu vida, y hará que debas pasar por cosas que generaran que aprendas y que te endereces, el Señor hará todo lo necesario para encaminarte.
No importa el tiempo que te lleve, Dios es dueño del tiempo y no esta apurado, Él te preparara y te llevara al propósito que tuvo contigo desde antes que nacieras.
A veces pensamos que por nuestras malas decisiones hemos perdido la oportunidad, o que ya no es el tiempo, que es tarde para comenzar, y nunca es tarde, eso es una mentira del enemigo, que quiere desviarte y mediante engaños convencerte que tú no puedes ni podrás.
Pero Dios te dice todo lo contrario, el Señor está ahí contigo y te dice, tú puedes si te rindes a Él y aceptas que te enderece y te enseñe.
Sabes cuál es tu llamado?
Si aún no sabes cuál es tu llamado, busca en la presencia de Dios su propósito para contigo, todos tenemos dones y habilidades puestas por Dios, que cuando las rendimos en la presencia del Señor, El las potencia y será en lo que brillemos.
De esa manera sabrás en que puedes servir al Señor, pon delante de Dios aquello que sabes hacer, por poco o pequeño que creas que sea porque de lo poco Él puede hacer grandes cosas.
Pero el llamado no es para resaltar, sino para salvación de otros.
José tuvo ese llamado y ese sueño, pero no fue para su propia gloria, sino que fue para salvar a muchas personas del hambre y muerte.
Y del mismo modo todos aquellos que somos llamados por Dios para servirlo, sea cual sea el área en la que lo hagas, no es para mostrar tus habilidades ni tampoco para hacerte conocido, sino que es para la salvación de muchos a través de tu vida, ten esto muy claro.
Muchos creen que pueden evitar ciertos procesos que duelen, y llegar al objetivo o al propósito “tomando atajos”, pero eso no es posible, hasta el propio Jesús, tuvo que pasar por la espera de la preparación y por el dolor de la cruz, para recibir posteriormente toda la gloria.
Hay caminos que si o si hay que caminar.
El proceso del dolor a veces es inevitable, y también esperar el momento exacto, así que no bajes los brazos, cuando te canses, piensa que todos aquellos que marcaron la historia debieron esperar.
Abraham espero por su hijo, José tuvo que pasar por un periodo largo que lo preparo para la obra que Dios tenía reservada para él, Ana tuvo que esperar para tener a Samuel y paso dolor viendo a otras mujeres tener hijos y ella no, hasta que rindió su corazón, y así podríamos seguir hasta llegar a Jesús.
Espera y no te rindas, más bien, agradece por cada cosa que pasa en tu vida que te está preparando para el propósito de Dios.
Y cuando tomes decisiones, pon a Dios en medio de esas decisiones para no alargar el tiempo.
Conclusión:
Tenemos un privilegio muy grande en ser parte del pueblo escogido de Dios, nosotros somos el “Israel de Dios”, aunque no seamos israelitas.
Somos hijos de Dios, somos pueblo santo, escogido, real sacerdocio y hemos sido apartados para Dios como dice 1 Pedro 2:9-10.
No significa que estemos fuera del mundo ni que no debamos hablar con nadie, muy por el contrario, abre la cabeza y los ojos a lo que Dios quiere para ti.
Metete entre la gente, se quien lleva una palabra de aliento y no de juicio y quien tiene una palabra de consuelo para los desalentados.
Se ese que no saca la biblia para dar garrote sino quien muestra a Jesús como la esperanza para quien no tiene ninguna.
Y si hoy por primera vez oyes hablar de Jesús, te invito a recibirlo, ábrele tu corazón conmigo dile, “Señor Jesús, perdóname y límpiame, te abro mi corazón, enséñame a caminar contigo, Amen”.