De dónde vienes, y a dónde vas?
8 Y le dijo: Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes tú, y a dónde vas? Y ella respondió: Huyo de delante de Sarai mi señora”.
Agar es la esclava de Sarai, la esposa de Abram quien al no poder darle hijos le entrega, como es la costumbre de esa época, a su sierva para que esta le dé hijos, de tal manera que Agar queda embarazada y por alguna razón, Sarai comienza a maltratar a Agar, al ver ciertas actitudes, quizá ante su condición de embarazo.
En ese contexto encontramos a Agar que huye de Sarai al desierto, muy angustiada, y ahí es donde el ángel del Señor, la encuentra y surge esa gran pregunta, “ de dónde vienes, y a dónde vas? Hay muchas enseñanzas que podemos encontrar en este versículo 8, pero en esta oportunidad solo me referiré a la pregunta.
Pon tu nombre delante de esa pregunta.
Quizá vengas de un contexto familiar doloroso, con una infancia llena de dolor, o quizá ahora mismo estés pasando momentos duros, y no veas futuro, cuando estamos en soledad o en angustia no vemos claramente el camino a recorrer o cual es la mejor decisión para nuestra vida.
Hay desiertos de distintos tipos por los cuales atravesamos, pero en este caso, Agar se fue sola al desierto aun estando embarazada, a veces nos aislamos por propia decisión en los peores momentos, y debería ser en cambio, en esos momentos donde tendríamos que correr a los brazos de Cristo y a rodearnos del consejo de aquellos que nos aman.
El Señor con todo su amor, le hace esta pregunta, no porque él no supiera la razón de su angustia, sino para darle la oportunidad a Agar de contarle, de sacar hacia afuera el motivo de su dolor y que pudiera desahogarse, y por otro lado le dio la posibilidad de pensar que tenía frente a ella, en ese desierto al que se estaba exponiendo en su búsqueda de escape.
Huir de aquello que te genera dolor solo te hará hundirte más en ese desierto donde no hay el sustento que el ser humano necesita, y te dejara solo y expuesto, sin poder sanar.
Hay momentos donde solo la palabra viva del Dios altísimo puede inyectarnos la vida y la esperanza que necesitamos, para darnos cuenta donde estamos parados, en que desierto estamos y hacia donde iremos si no estamos tomados de su mano.
Si tu vida hoy no tiene un rumbo definido, hay alguien que quiere guiarte y conducirte a un lugar mejor, a donde vas hoy? Entrégale tu camino al Señor.
Como dice el Salmo 37: 5 “Encomienda a Jehová tu camino, confía en él; y él hará.”
No tengas duda que Dios está interesado en tus problemas, en tus angustias y desea que puedas acercarte confiadamente ya que su oído siempre está atento y jamás se duerme.