Cara a cara estaba Moisés día a día con Dios, la relación que tenía con Él era una relación de amistad profunda, estar en la presencia de Dios no era para todos.
Pero Moisés cada día o cada vez que Dios lo llamaba estaba cara a cara con El.
32 Viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros;
porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido.
2 Y Aarón les dijo: Apartad los zarcillos de oro que están en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos.
3 Entonces todo el pueblo apartó los zarcillos de oro que tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón;
4 y él los tomó de las manos de ellos, y le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto.
5 Y viendo esto Aarón, edificó un altar delante del becerro; y pregonó Aarón, y dijo: Mañana será fiesta para Jehová.
6 Y al día siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos, y presentaron ofrendas de paz; y se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a regocijarse.
7 Entonces Jehová dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido.
8 Pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y le han ofrecido sacrificios, y han dicho: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto.
9 Dijo más Jehová a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz.
Este pasaje nos cuenta una de las tantas veces donde Moisés tenía grandes charlas con Dios frente a frente, o cara a cara, viendo su gloria y su esplendor, él lo conocía profundamente.
Y en este pasaje vemos a este pueblo, que al ver que Moisés tardaba en descender del monte, enseguida ya estaban pensando en buscarse un dios.
Plantemonos en la presencia del unico Dios que debe y puede ser adorado.
Es muy fácil cuando no estamos bien plantados en la presencia de Dios, confundirnos, y olvidarnos quien es el verdadero Dios, ese que nos ha sacado de la esclavitud y nos ha dado la libertad.
Este pueblo, a quien Dios estaba cada día alimentando, a quienes había librado de Egipto una y otra vez caían en la dureza y rebeldía de su corazón.
Conócelo profundamente.
Para permanecer en El y adorarlo realmente, debemos conocerlo, buscar esa relación íntima y cercana y convertirnos en amigos de Dios.
Él nos ama con un amor eterno, y siempre esta con sus brazos abiertos deseoso de que nos encaminemos y afirmemos.
Me imagino a Dios mirando a ese pueblo al que había librado y que tan rápidamente, al ver que Moisés no bajaba, enseguida corrieron a pedirle a Aarón que les hiciera otros dioses a quien adorar.
Es que cuando el corazón no está firme muy rápido y a veces sin darnos cuenta buscamos algo a que aferrarnos.
Fuimos creados para adorar.
Hemos sido creados para adorar a Dios, todos somos adoradores aunque no lo sepamos, todos somos adoradores.El problema es que si no adoramos al verdadero Dios, seguramente estamos adorando a algo o a alguien más.
Muchas veces lo hacemos de forma inconsciente, y del único modo que evitamos esto, es enfocándonos en el motivo real y en quien verdaderamente es digno de toda adoración.
Si no nos enfocamos.
Cuando estamos mirando constantemente el desierto, o lo que estamos viviendo, es muy fácil caer en la queja y en la rebeldía.
Este pueblo permanentemente estaba quejándose, mirando lo que no tenían, y no lograban enfocarse, y eso les llevaba una y otra vez al estancamiento.
Nos cuenta este pasaje que juntaron sus joyas, sus valores y les dieron la forma de “dioses”, las formas que existían en sus cabezas.
Estas viendo a Dios como realmente es, o te has formado una imagen de El según lo que crees que Él es?
A veces creemos que Él es de tal o de cual manera, y nos hacemos una imagen de El en nuestra mente, pero lo cierto es que El jamás se contradice.
Para saber lo que quiere para ti, debes conocerlo y la única forma de hacerlo es a través de su palabra y de la búsqueda diaria y constante.
Moisés todos los días iba a la presencia de Dios, el propio Jesús todos los días se apartaba a tener su momento con el Padre, porque nosotros, simples seres humanos no lo hacemos?
Conclusión:
En este tiempo de Moisés, el ser humano estaba bajo la ley, y la presencia de Dios era limitada para algunos a quienes el Señor les hablaba y ellos podían transmitir al pueblo la voluntad de Dios.
A partir de Jesús, estamos bajo la gracia, y la presencia de Dios está abierta para todos, tú y yo podemos entrar al lugar santísimo y hablar con nuestro Padre.
Quizá no podamos verlo cara a cara, pero podemos saber que nos oye y atiende a nuestras oraciones.
Si aún no conoces el amor de Dios y no has recibido a Jesús, te invito a hacerlo, dile conmigo:
“Señor Jesús, perdona mis pecados, límpiame con tu sangre y anota mi nombre en el libro de la vida, hazme una nueva criatura y ayúdame a conocerte más, en el nombre de Jesús, Amen”.