Lo que sucede nos impulsa hacia delante. Esa seria una de las lecturas que podríamos darle a este pasaje escrito por el Apostol Pablo, en una de las cartas a su iglesia en Corinto.
17 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria;
18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
Uno puede leer esto y pensar que el Apóstol Pablo mientras escribia esto estaba en el mejor momento de su vida, y que escribia esto porque todo le iba bien, pero es todo lo contrario, estaba en un momento de mucha lucha.
Es que la fé, es probada en el fuego, y es en las luchas mas complejas donde lo que hay dentro del creyente se manifiesta y demuestra cuán fuerte es la confianza en su Dios.
Si comparamos su momento, con el momento que nos ha tocado vivir en este año 2020, es una similar situación, en este año se han vivido situaciones muy difíciles, en los que muchos han perdido seres amados, otros han perdido trabajos o se encuentran atravesando un delicado momento de salud.
Pero Pablo me impácta, porque en este pasaje nos resume como es la verdadera fé de un cristiano puesta en acción.
La fe no brilla en medio de la calma, sino en medio de la tempestad.
Una cosa es creer que hay un Dios, que todo lo ve, y que es omnipotente pero otra cosa muy distinta es tener esa fé viva, que se pone en acción en medio del momento mas duro, y eso, déjame decirte que hace la diferencia.
En 2 Corintios 4: 9 dice “perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos”
Asi estamos muchas veces, perseguidos por los problemas de la vida o atacados, pero jamás desamparados, porque tenemos un Padre Celestial, que vela por nosotros.
Podrá quizá algúna tempestad derribarnos, pero no estamos destruidos, porque el mismo Dios que supo librar a David de las manos de un gigante, el mismo Dios que abrió el mar en dos, ese mismo Dios nos levanta, y es El , quien tiene la última palabra.
Por lo tanto, no mires las cosas que se ven, no mires la situación que tienes delante, enfoca tu mirada en el autor y consumador de la fe, que es Cristo Jesús, cuando tu haces eso, el enemigo pierde y Jesús te da la victoria.
Jesús murió en la cruz del Calvario, y quien mira con ojos de la carne, podría pensar “ pobre Jesus todo lo que le hicieron”, pero quien mira con los ojos del Señor, sabe que ese pasaje por la cruz lo condujo a un peso de Gloria y fue la situación que nos dio a nosotros la esperanza de ser redimidos en el Señor.
Lo que te asusta, lo que ves, quizá te haga tambalear, y el enemigo querra que tiembles de miedo, pero, mira a Jesús, clava tu vista en El, y sigue caminando, pelea la buena batalla, porque tu vas detrás de las cosas que son eternas y no de las que perecen.
El enemigo podrá pensar que te derrotara, pero tu tienes la victoria por anticipado, el proceso no es fácil, nadie dice que lo será, si eres un creyente nadie ha dicho que tu vida será color de rosa, puedes leer la biblia de tapa a tapa y en ningún lugar encontraras esa promesa.
En cambio puedes encontrar otras promesas, que hablan acerca de que siempre y de todas las situaciónes, aun de las mas duras, El Señor nos levantara.
Filipenses 4:13 dice “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”
No es una declaración de corriente positivista, es una declaración de fé y certeza de que en cualquier circunstancia, Él nos levanta, nos fortalece, nos sacude el polvo y nos empuja hacia delante, no importa lo que el mundo diga u opine que sucederá, porque lo que escrito esta, se cumplirá en nuestras vidas.
Conclusión:
No mires cuan grande es la tempestad que te acecha, mira mas bien, cuan grande es el amor de Dios por tí.
Tomate fuerte de la palabra de Dios como nos dice Pablo en la carta a los Romanos 8:39:
39 “ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”
Nada y nunca, podrá separarte de su amor, nada hara que Él te ame menos, y nada hara que Él te suelte de su mano, cree y aférrate al Señor siempre.
Despide este año duro, con la mirada puesta en Él, y tomado de su palabra, creyendo que aunque todo caiga a tu alrededor, a ti no te tocara mal, y si te toca pasar por un momento duro, ten la certeza que tienes de tu lado al dueño de todo lo visible e invisible.
Lo que sucede, nos impulsa hacia delante de la mano de nuestro Dios.