Dios escoge lo que nadie miraría, David era tan menospreciado, que ni siquiera su familia lo había tenido en cuenta, pero, Dios sí.
7 Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.
8 Entonces llamó Isaí a Abonada, y lo hizo pasar delante de Samuel, el cual dijo: Tampoco a éste ha escogido Jehová.
9 Hizo luego pasar Isaí a Sama. Y él dijo: Tampoco a éste ha elegido Jehová.
10 E hizo pasar Isaí siete hijos suyos delante de Samuel; pero Samuel dijo a Isaí: Jehová no ha elegido a éstos.
11 Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí.
12 Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, porque éste es.
13 Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Rama.
Pongámonos en contexto acerca de lo que pasaba en aquel momento, en este tiempo Saúl se encontraba reinando, y Dios había hablado a Samuel a su corazón, Saúl no estaba ya a esas alturas respaldado por el Señor, tanto así, que Dios había decidido levantar otro rey en su lugar.
Dios había dado la orden a Samuel de ir en busca de quien Él había decidido seria el próximo rey.
Cuando es Dios que elige, no se equivoca.
El pueblo se había provisto en su momento de un Rey, Saúl, pero ahora luego del comportamiento del mismo, Dios se iba a proveer Rey para su pueblo.
Y Samuel sale con esta misión, y comienzan a desfilar delante de él los hijos de Isaí, el papa de David, cada uno de los hijos mayores pasó por la vista de Samuel, pero Dios fue muy claro con Samuel, no era por la apariencia, ni por lo alto ni esbelto, Dios no mira como nosotros.
David era invisible a ojos de los suyos.
Y fue ahí cuando él le pregunta a Isaí, estos son todos tus hijos? Y él le dice, queda el más pequeño, pero el solo pastorea ovejas, y Samuel le dice, pues que venga porque aquí nadie come ni se mueve hasta que no llegue.
Podemos notar fácilmente el cuadro que tenemos delante, y cuantos podemos identificarnos con este cuadro, un papa que quizá nos vea como de menos, o quizá no te ha sucedido con tu familia pero si con tu relacionamiento social.
El papa de Isaí, lo veía como de menos, no cabía en su cabeza que “el pastorcillo” pudiera tener ninguna chance, es que podemos saber si leemos la historia que David apenas rondaría los 16 años, era de complexión muy delgado, rubio y pequeño.
El Señor no mira lo que el mundo mira.
Dios no mira como el mundo mira, si alguna vez tú piensas que para ti no puede haber nada, que no podrás llegar a ninguna meta, que no sirves para nada, que no eres todo lo esbelto que este mundo demanda que debes ser.
Atiende la voz de Dios hoy, que te está diciendo, “yo no miro como el mundo mira, y si yo te llamo y yo te he elegido, nadie se puede interponer”.
El mundo elije por conocimientos, por sabiduría, por condiciones, pero Dios elije a aquellos a los que unge con su Espíritu Santo.
En el verso 13 dice que Samuel lo ungió con aceite, y que inmediatamente el Espíritu de Dios vino sobre él.
Hubo un tiempo, si seguimos leyendo la historia, veremos todo lo que David paso desde ese momento hasta llegar al trono, no se dio de un día para el otro, comenzó un proceso donde Dios comenzó a pulir a David.
Dios escoge, lo que le mundo no escogería.
Tu puedes ser el menos visible, el menos capacitado/a o el/la menos agraciado/a, pero Dios está mirando tu corazón, Dios escoge casi siempre lo que nadie elegiría, porque no eres tu quien hará la obra sino El, y esa es su manera de mostrar su poder y su gloria.
1 Corintios 1:27-29 dice “27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;
28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es,
29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.
Al Señor le encanta avergonzar a aquellos que se sienten sabios y que en su soberbia creen que con sus fuerzas pueden hacerlo todo, y no le dan lugar a Dios en sus vidas, sino que ellos mismos se ponen en lugar de dios.
Conclusión:
Lo menospreciado por el mundo, lo que como David, era lo más pequeño, tanto que ni su familia creía en él, así como quizá no crean en ti.
Dios tiene fe, cree que tú vas a hacer su obra mediante tu obediencia a él, por lo cual, si Dios cree en ti, porque tú no le crees a Él?
Si Dios te ha llamado, te capacitara para que hagas la obra para la cual te está llamando, te limpiara y te llevara a otros niveles en Dios.
Pero no olvides que el proceso es necesario, Dios entreno a David para llegar a ser el rey más recordado, y del que posteriormente descendería el propio Jesús, pero tuvo que ser procesado por Dios mediante diversas pruebas.
Permanece en el proceso, cree que si Dios te ha llamado, Él te capacitara.