Busca a Dios, el está cerca de quienes lo buscan de corazón.
6 Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.
7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.
8 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
Sus pensamientos son mas altos.
9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
10 Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come,
11 así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envie.
El libro del profeta Isaías, lo encuentras en el antiguo testamento y es uno de los profetas que cientos de años antes de que Cristo viniera, profetizo acerca de la venida del Señor, de cómo nacería, hablo acerca de su padecimiento y acerca de su victoria, y acerca de lo que esta victoria y cruz significaría para nosotros.
Por lo cual te invito a pedirle al Espíritu Santo discernimiento y entendimiento para comprender este libro y a leerlo y conocer más acerca de la palabra de Dios.
En este pasaje, nos invita a buscar a Dios, mientras pueda ser hallado, El desea que lo busquemos, pero me pregunto, Dios se ha perdido?
No..., El sabe exactamente donde estas tú, y donde está El, y el está muy cerca de ti, aunque no te des cuenta.
Busca a Dios.
El desea que te acerques, con un corazón sincero y humilde, porque él no resiste a quien le busca de corazón.
Cuando un hijo se acerca a un padre con un corazón sincero y le habla desde el corazón , no hay buen padre que se resista, así es nuestro Dios.
El está cerca de ti, más cerca de lo que crees, cuando estas solo y crees que nadie te ve, pues El está viendo, sabe de cada lagrima derramada, de cada dolor, lucha o tentación en tu vida.
Cuando nos convertimos, significa que nos volvemos de nuestros malos caminos, nos damos vuelta, eso quiere decir, por lo tanto, el Señor desea que dejes lo malo que estés haciendo, y que te vuelvas de tus malos deseos o de aquellas cosas que haces sabiendo que están mal y decidas hacer las cosas bien.
Aunque te cueste, aunque algunas veces falles, Él te fortalecerá para que puedas realmente afirmarte en las cosas de Dios.
Él te mira y piensa de ti con bendición.
Él no te juzgara por lo que has hecho, sino que te limpiara y restaurara, El no mira como nosotros miramos, ni piensa como nosotros que solemos mirar con juicio y pensar mal de otros.
El mira mas allá, busca a Dios, vuélvete de tu pecado, y tomate de su palabra, de sus promesas.
Su palabra, la biblia dice que es viva y eficaz, jamás vuelve vacía, si Él te ha prometido restauración, no dudes que lo hará, si te ha hablado y te ha dicho que eres un llamado, un escogido del Señor, pues eso será así, pase el tiempo que pase, porque el llamado no se revoca.
Él no dice una cosa hoy y otra mañana, lo que te ha dicho, lo mantiene, porque el Señor tiene palabra, eso que hoy en día, no sucede entre los humanos, que en tiempos antiguos la palabra tenía otro valor y que el ser humano ha perdido esa sana costumbre.
Dios no la ha perdido, su palabra sigue siendo la misma, ayer, hoy y por los siglos.
Conclusión:
Si Dios te ha dicho que serás salvo tú y toda tu casa, créele, obedécele y no te canses de luchar y permanecer en Cristo, porque esa promesa será hecha.
No pierdas más el tiempo, porque nada hay afuera para ti, no hay nada fuera de Él, donde podamos encontrar paz, amor, y vida eterna.
Existen muchas doctrinas humanas, pero ninguna te dará la garantía de salvación y la promesa de un Espíritu Santo que estará contigo todos los días de tu vida, y te llevara a la misma presencia de Dios.
Busca a Dios mientras puede ser hallado, este es el momento, si aún no lo conoces, haz una sencilla oración donde puedes entregarle tu corazón, dile “Señor entra en mi corazón, limpia y perdona mi pecado, cambia mi vida, te reconozco como mi Señor y Salvador. En el nombre de Jesús. Amen”
Hoy es el momento de Dios para tu vida.