Nuestro redentor vive, y ha limpiado nuestros pecados, Isaías profetizo acerca del Mesías redentor que nos daría redención y ese Mesías ya vino y es Jesús.
21 Acuérdate de estas cosas, oh Jacob, e Israel, porque mi siervo eres. Yo te formé, siervo mío eres tú; Israel, no me olvides.
22 Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí.
Él ha deshecho como si fuera una nube nuestros pecados, me llama la atención esa palabra, otra traducción sustituye esa palabra “deshice” por “borrado” “Yo he borrado”.
Y esto es algo para resaltar, esto no es como las deudas que a veces cuando tardamos en saldar, que a pesar de haber pagado, queda uno como en una lista donde dice que esa persona debió en algún momento, y a pesar de haber pagado pues tarda en que ese registro se borre.
Con Dios no funciona así.
Todo lo que hicimos, por terrible que sea, por pecado enorme que creas que es, si hay arrepentimiento genuino y una entrega de corazón al Señor, Él ha deshecho tu pecado, lo disolvió como si fuera una nube que se dispersa.
Borro tu pecado, no figura más, ni siquiera se acuerda de él, Jesús en la cruz fue la profecía de Isaías hecha realidad, dio cumplimiento a la palabra profetizada, y en esa cruz redimió nuestros pecados y borro nuestras faltas.
Disfruta de la libertad que tiene Dios para ti.
El Padre te invita a ir a él con libertad, sin temor, Él nos ha hecho, nos formó y nos limpió y hoy podemos decir que estamos en una nueva situación frente al Señor.
Yo no sé en qué condición estas al día de hoy, a lo mejor estás leyendo esto y te encuentras lejos del Señor, viviendo tu vida, creyendo que ya no hay posibilidades para ti, déjame decirte que Dios ha borrado tu pecado.
Miqueas 7:19 dice “El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.
Experimentar ese perdón y esa paz que nace en nuestro corazón en el momento mismo en el que doblamos nuestras rodillas y le pedimos perdón e instantáneamente Él nos perdona y borra todas nuestras transgresiones no tiene comparación a nada.
El enemigo seguramente querrá convencerte de que para ti ya no hay oportunidad, que no eres digno, o que no vas a poder permanecer firme en el Señor, no escuches esa voz, si hay oportunidad para ti, hay promesas de Dios para tu vida.
Dios derrite corazones congelados.
A veces aquellos que somos llamados por Dios, le erramos en el camino, caemos y nos alejamos, pero no importa dónde nos tratemos de esconder del Señor, Él nos alcanzara, de alguna o de otra forma, y no importa cuán frio este nuestro corazón, Dios lo derretirá.
El Señor hoy te está diciendo “acuérdate de mí”, acuérdate de lo que alguna vez te hablo el Señor, todos tenemos una palabra dicha por el Espíritu Santo en algún momento de la vida, esa palabra se cumplirá.
Quizá por el contrario jamás conociste al Señor, y hoy estas diciendo pero yo nunca oí de ese Dios, bueno, esta palabra es para ti, estas recibiendo su llamado, Dios quiere cambiar tu vida, restaurar tu corazon, no importa lo que hayas hecho.
Conclusión:
Jesús mientras camino en esta tierra, comía con cobradores de impuestos, hablaba con prostitutas, iba a lugares donde seguramente un religioso no hubiera pisado, es que Él no es un religioso, Él es Dios hecho carne y el creador de todo lo visible lo invisible y vino por ti.
Si hoy reconoces que necesitas a Jesús, es tiempo de que te acerques a Él, permítele borrar y tirar en el fondo del mar todos tus pecados, El ya pago por ti, y todo está cancelado, ábrele hoy tu corazón.
Dile conmigo: “Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados, límpiame y entra a mi corazón, me entrego a ti, hazme una nueva persona y ayúdame a caminar de tu mano y a no soltarme jamás, en el nombre de Jesús, Amen”.