1 Corintios 12:12-14. Somos uno en el Señor.

Somos uno en el Señor, a pesar de nuestras diferencias, hay algo que nos une.

12 Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.

13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

14 Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos.

Que tenemos en común los cristianos?

No se trata de una amistad, sino que tenemos vínculos más fuertes que las afinidades, porque a pesar de nuestras diferencias somos un solo cuerpo.

Lo que tenemos en común es el saber que Jesús ha venido por todos nosotros y nos ha dado la salvación y perdón de pecados.

Juntos y a pesar de nuestras diferencias, de nacion, raza, o pensamientos,a traves del Espiritu Santo, somos uno en el Señor, somos la iglesia, el cuerpo de Cristo.

Pablo habla acerca de la comunión, una vez que conocemos a Jesús, envía el Señor al Espíritu Santo a nuestra vida, y esto es lo que hace que no perdamos la comunión con Jesús y con nuestros hermanos.

El amor se muestra en la preocupación de los unos por los otros.

Pastorear o guiar a otros en el camino del Señor, no es otra cosa más que cuidar a las personas, pero no ahogarlas, sino cuidarlas.

A veces creemos que  el liderazgo es obligar a las personas a hacer lo que nosotros creemos que está bien, o pretender que hagan las cosas a nuestra manera, pero, no es así, sino que es guiar con amor y respeto, y cuidarlos respetando a los demás.

Jesús es el buen pastor, tomemos ejemplo de su liderazgo.

Cuanto tenemos que aprender aquellos que servimos a Dios, no podemos exigir que el otro piense y haga como lo que le decimos por el hecho de saber que es lo mejor, sino que nuestra función es orar y ministrar para que el otro comprenda que es lo mejor para su vida.

No mires las diferencias y no demos lugar a la division, miremos lo que nos une.

Oremos por madurez en el servicio, cual es el fruto de Dios y cuál es el resultado de nuestros propios pensamientos.

A todos se nos dio el mismo Espíritu.

El Espíritu Santo es lo que ha unido a la iglesia, a pesar de las diferencias, podemos tener distinta raza, distinta nacionalidad o costumbres, pero tenemos un mismo Espíritu que nos une y nos hace pertenecer al cuerpo de Cristo.

Siéntete parte de ese cuerpo, aunque creas que aún no estas apto para servir, si Dios te ha llamado, Él te capacitara para que también tú puedas traer a otros al Señor.

Si tú has recibido el Espíritu Santo, los frutos se verán en tus maneras de hablar, en tus formas, y sobre todo en el amor con el que te acercas a tus hermanos en el Señor y a aquellos que aún no conocen la verdad que libera, restaura y da vida abundante.

Quizá tú me digas, yo creo en Dios, pero no creo en las iglesias, o que no quieres congregarte, Dios te está diciendo, que a pesar de todas las diferencias que podamos tener, pertenecemos a ese cuerpo de Cristo, y necesitas encontrar un lugar donde estar en comunión, para fortalecerte y poder crecer.

Recuerda que somos uno en el Señor a través de su Espíritu.

No hemos sido creados para estar aislados o en soledad, si bien hay momentos privados necesarios, usando el buen sentido común, del mismo modo y por el hecho de que no fuimos creados para la soledad absoluta es bueno que encontremos un lugar donde oír la palabra de Dios y compartir con otros.

Conclusión:

No busques la iglesia perfecta y no mires las diferencias, más bien, busca solamente una iglesia donde la palabra de Dios sea predicada, recuerda que siempre tendrás desacuerdos, porque somos muchos miembros, y a todo Dios nos regaló nuestras maravillosas personalidades, y todos somos únicos.

Él se goza en vernos juntos, a pesar de nuestras diferencias, con lo que nos une y tenemos en común, que es el Espíritu Santo.

Si nunca has recibido a Cristo en tu corazón, te invito a hacerlo hoy, dile conmigo, “Señor Jesús, perdona mis pecados, recíbeme como tu hija/o, hazme una nueva criatura y lléname de tu Espíritu Santo, en el nombre de Jesús. Amen.”

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Salmos 23. El Señor es mi pastor

El Señor es mi pastor, mi socorro viene de lo alto.

«Jehová es mi pastor; nada me faltará.

En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.

Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.

Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tú vara y tu cayado me infundirán aliento.

Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.

Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
«

El Señor es mi pastor

Este es un hermoso salmo de David, en el cual no solo encontramos bellas frases, sino una oración de Fe, dicha y entonada por uno de los hombres de fe más fuertes que encontramos en la biblia.

Muchas veces nos encontramos en tiempos de aflicción y desesperación, no somos ajenos a pasar tiempos difíciles en nuestras vidas, aunque tengamos a Dios, todos pasamos por momentos duros y David no era la excepción.

De hecho David paso todo por lo cual usted y yo pasamos, y aun mas, tuvo hambre, sed, supo lo que era tener enemigos sin merecerlo, sufrió traiciones y hasta lo buscaba para matarlo, su propio suegro, Saúl, que por celos quería asesinarlo.

De modo que si usted pensaba que esta hermosa declaración de David había sido escrita porque la vida le sonreía, pues debo decirle que no es así.

El Señor es mi pastor y es su pastor.

Es en los momentos más sombríos de David, el no elevaba quejas, sino que de su boca salía alabanza y la declaración que la provisión, protección y la misericordia estarían con el todos los días de su vida.

Es muy fácil alabar a Dios cuando todo está bien, pero alabar a Dios en tiempos de prueba y aflicción es toda una declaratoria de la fe que profesamos a diario.

Tenga la seguridad que en medio del desierto que pueda usted estar atravesando, Dios le dará lo necesario para que nada le falte, cubrirá sus necesidades, porque es una promesa dada por El, que nada falta a aquellos que le temen.

Dice este salmo que El Señor confortara nuestra alma, y buscando la definición exacta de esta palabra, encuentro que significa, otorgar fuerza o vigor luego de un esfuerzo físico, y también dar animo o consuelo.

Por lo tanto si usted está cansado, desanimado, o no logra vislumbrar la salida a sus necesidades, mire al cielo porque de allí viene su socorro y su fortaleza.

Poderoso y misericordioso es nuestro Dios que allí donde usted se encuentre, y en la condición que se encuentre.

Si El ve en usted un corazón que sinceramente lo busca, y cree en su palabra Dios lo consolara, lo fortalecerá , al lado de pastos verdes lo pastoreara y suplirá todas sus necesidades.

El mismo Dios que tenía David es el que usted y yo tenemos, Él no ha cambiado y es el que usted y yo debemos conocer cada día.

De modo que levante su ánimo, no mire la circunstancia, mire al cielo, y no se trata de cómo algunos dicen por ahí “vivir en las nubes, o vivir fuera de la realidad”, se trata de vivir por fe.

Porque todo se resume a ello, podemos hacer mucho, pero si no creemos que El aun hoy se mueve a favor de sus hijos, tanto como lo hacía en tiempos de David, entonces es cuando nos encontramos peleando solos.

Luche con el escudo de la palabra, declara «el Señor es mi pastor» y tomado de su fe, y su vida será otra.

Conclusión:

Este salmo dice que el bien y la misericordia nos seguiran todos los días, en otras palabras no andaremos nosotros corriendo detrás de conseguir lo bueno, sino que lo bueno nos va a saeguir y nos alcanzará.

La misericordia de Dios estará siempre para nosotros, entienda algo, Dios es bueno, y desea bendecirnos siempre. Confíale a Dios tu camino.

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