El amor, esa fuerza poderosa que cubre y sana, pero no cualquier amor, sino el que nos lleva a Cristo Jesus, el que nos atrae a El con ese amor inigualable.
7 Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración.
8 Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados.
9 Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones.
10 Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.
El amor que llevo a Jesus a la cruz en nuestro lugar es el unico que sana y libera.
El amor de Dios nos sana.
Es ese amor del Señor que cuando nos acercamos a El, nos restaura, nos perdona y nos seduce.
Podemos estar en la peor de las frialdades espirituales, pero el amor de Dios nos calienta el alma y el corazón y cambia nuestra mirada y pensamiento.
Pueden muchos hablarte en el mundo, sin que tomes la decisión de cambiar, podes tener el mensaje claro que el fin se acerca, y que la venida de Cristo es pronto, pero no es hasta que el amor de Jesus te envuelve que realmente eres seducido.
Oseas 11:4 dice 4 Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida.
Oseas en este pasaje nos pinta este cuadro en donde nos explica claramente como Dios con sus cuerdas de amor nos acerca a su regazo.
El nos atrae a su presencia con cuerdas invisibles de amor.
El nos quita nuestra carga, y nos sirve el alimento que necesitamos.
Ya sea cuando llegamos a Jesus, o cuando volvemos a El después de habernos alejado, El nos atrae con ese amor que solo El puede darnos, y nos libera de esas opresiones con las que el enemigo nos aplasta, y nos da de su palabra que es el alimento que necesitamos para fortalecernos.
El es un Padre amoroso, y ese padre esta interesado en nuestro corazón y en nuestra vida entera, El no es un Dios indiferente.
Quizá no siempre nos libre de atravesar por circunstancias dolorosas que si o si vendrán, pero, de seguro nos acompañara y fortalecerá en la travesia.
Su gran amor cubre nuestras faltas.
Ese gran amor, llevo a Jesus a la cruz por cada uno de nosotros, y es por ese amor que gozamos hoy de esa gracia, que genera que sin merecerlo, tengamos perdón por cada una de nuestras faltas.
Y asi como somos perdonados, debemos perdonar, asi como hemos recibido por gracia el perdón y la liberación, del mismo modo debemos obrar.
Ferviente amor entre todos.
Perdonar y animar a otros igual que nosotros somos animados y perdonados, caminemos juntos en El.
Tambien el amor nos dice Pedro, cubre multitud de faltas, nuestras y ajenas.
La disposición del corazón a amar, nos lleva a perdonar, a pasar por alto los errores de los demás o incluso sus ataques.
El verdadero amor nos hace ser amables con los demás, no porque se lo merezcan, sino porque de lo que tenemos dentro, damos, no puede de un mismo recipiente salir dos bebidas diferentes, si hay agua, sale agua.
Si hay amor, damos amor, porque de eso estamos llenos, y hemos comprendido que todos somos imperfectos, y solo somos justificados mediante la misericordia y gracia de Jesus.
Le damos a los demás de lo que hemos recibido.
Hemos recibido amor y perdón, y como no darlo a los demás?.
El perdón hacia alguien que te ha herido, solo el amor de Dios puede convencerte de ofrecerlo, y no siempre significa que la relación será como antes, pero si significa que quitaste de tu corazón lo que te ensucia y no te pones en el lugar de Dios.
Conclusion:
Deja que el amor de Dios, sensibilize tu corazón y lo llene de una paz y dulzura como ningún otro amor puede hacerlo.
Hay amores humanos egoístas, que buscan su satisfacción propia, pero el amor que viene del cielo, busca nuestra paz y un cambio en nuestra vida.
El amor que viene del cielo, te ayudara a mirar a los que te rodean, sin juicio y sin enojo, mas bien con la misericordia que has recibido.
Si no lo conoces aun , te invito a hacerlo a través de una sencilla oración, dile conmigo:
“Señor Jesus, te abro mi corazón, entra en el, y cambia mi vida, lléname de tu amor y hazme una nueva persona en ti, Amen”.
El dolor es inevitable, no podemos sortearlo, hasta el propio Jesús, paso por ese momento.
36 Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro.
37 Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera.
38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.
39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.
En ese lugar tan conocido por Jesus, fue probado al limite, pero tambien fue la puerta de entrada a la mas grande victoria, despues del dolor, vendra una nueva etapa para tu vida.
Jesús en la prensa de aceite.
Getsemaní significa prensa de aceite, era el lugar donde se procesaban las aceitunas para sacar el aceite de ellas, y era uno de los lugares favoritos de Jesús.
Y este lugar tiene un gran significado, porque es donde Jesús fue a orar en un momento de dolor inimaginable, tanto que si conoces por completo la historia, se describe que gotas de sangre mezcladas con sudor salían de él.
El dolor es la antesala de un gran cambio.
Por lo general cuando sufrimos momentos de dolor, lo que vendrá después es un cambio para nuestras vidas.
Tenemos dolor antes de dar a luz, tenemos dolor las mujeres al amamantar en muchas oportunidades, tiene dolor alguien que corta un vínculo que no le sirve pero al que se acostumbra, o también tenemos dolor cuando dejamos sitios en el que hemos crecido pero vamos a otro lugar desconocido.
Jesús sintió dolor incluso antes de ir a la cruz, de modo que puede comprender perfectamente lo que sientes.
Si has perdido a un ser querido el dolor es inevitable, aun cuando sepamos que ya no sufre y que esta con el Señor.
Pero ese dolor sanara y le dará lugar para un nuevo tiempo en la vida y un nuevo amanecer vendrá.
Hay una popular frase que es muy cierta, cuando mas oscura esta la noche, mas cerca esta el amanecer.
Sobre todo dolor o circunstancia, Él es fiel.
Jesús estaba en la prensa, estaba siendo procesado y presionado y quizá tu estas en una situación en la que te sientes en la prensa como El.
Dios no se ha olvidado de ti, no mira hacia otra parte mientras tu lloras, Jesús conoce lo que es el dolor igual que tú, no lo olvides.
La biblia dice en Filipenses 4: 6-7
6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Todos coincidiremos en que cuando estamos en medio del dolor no es fácil desprendernos de él, pero, tenemos a quien recurrir y podemos llorar delante de nuestro Padre y poner delante de Él, todas nuestras peticiones.
Derrama tu vida delante de tu Padre, Confia en El y El hara.
Y promesa hay para nosotros, que su paz, que no es humanamente entendible, guardara nuestro corazón y nuestra mente en Jesús.
No es humano estar en paz en medio del dolor, sino divino, solo cuando su poder se hace presente podemos en medio del dolor estar en paz.
Jesús derramo su alma, y en su parte humana le pidió al Padre si era posible no pasar por allí, pero acepto su voluntad, y el Padre no miro hacia otro lado, sino que le envió un ángel a fortalecerlo.
Del mismo modo hoy cuando vamos con nuestro dolor a sus pies, la paz y la fortaleza de Jesús, que se hace presente en medio de nuestra debilidad, nos inunda.
Conclusión:
Si estas en medio del dolor, fortalécete en El, busca su refugio y su fortaleza, porque no es con tus fuerzas sino con las del Señor.
Recuerda que el más grande dolor de Jesús, fue la puerta de entrada a una gran victoria donde no solo Él fue engrandecido, sino que nosotros fuimos liberados.
A veces el dolor es inevitable, pero lo que hay después de él, para quienes confiamos y tenemos nuestra vida en sujeción y confianza en Dios, es una nueva oportunidad.
Si nunca lo hiciste ábrele hoy tu corazón conmigo y dale tu dolor, confía en El y El hará dicen las escrituras.
Repite conmigo, “Señor Jesús, te abro mi corazón y te pido me limpies de pecado, te entrego mi vida y mis circunstancias y comienzo una nueva vida de tu mano, en el nombre de Jesús, Amen.”
Encrucijadas, este es el título con el que decidí titular este artículo, porque creo que el creyente atraviesa muchas veces situaciones que lo ponen frente a esta disyuntiva.
11 Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.
12 Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.
13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
Creias que estabas firme y de pronto sientes que no es tan asi?, Dios ya sabia que eso sucederia, porque somos humanos, El te socorrera, no te dejara en ese lugar.
Definamos la palabra encrucijada.
Buscando una definición para dejarles encontré dos opciones muy claras, que obviamente refieren a lo mismo, pero que son las que más se adaptan al tema de hoy.
Una encrucijada puede ser como su nombre lo dice, un cruce de caminos, o también podemos definirla, como estar frente a una situación complicada en el que hay varias posibilidades para actuar pero no se sabe qué hacer.
Y porque enlazo esta palabra a este pasaje bíblico?
Porque cuando nos encontramos con algunas tentaciones que vienen a nuestra vida y prueban nuestra firmeza y fe, nos encontramos de pronto en una situación inesperada en la que tenemos que tomar decisiones.
Queda claro a través de esta palabra en Corintios, que toda tentación es humana, Dios no nos tienta, ni tampoco envía la tentación, pero es algo que viene inevitablemente.
Todos somos tentados con aquellas cosas que nos suponen una gran debilidad, y hasta aquellos que más firmes parecer estar, pueden tambalear, por eso nos dice que quien crea estar firme, que se cuide.
Hay momentos en los que nos creemos tan firmes, que nada nos hara tambalear, pero de pronto algo nos pone en ese cruce de caminos y no podemos creer que estamos en esa situación.
El que este firme…cuidese, siempre alertas.
Varios caminos.
He escrito anteriormente un artículo que habla acerca de elegir cual camino tomar y que esa elección tiene que estar sujeta a la dirección del Espíritu Santo, pero, hay momentos en los que nos turbamos tanto que a veces parece que no podemos oír a Dios.
Quiza la tentacion esta tocando a tu puerta, sin esperarlo te ves en medio de esto y te sientes caer, la fuerza no viene de ti, sino de El, clama por su ayuda, mientras tanto, quedate quieto.
Te ha pasado?
A todos los creyentes nos ha pasado, pero no es el fin, Dios no nos ha soltado ni nos soltara, y junto con la prueba viene la salida.
Hay momentos en los que por alguna razón nos cuesta oírlo, he tenido pasajes en mi vida cristiana en la que me ha costado oír al Señor, y momentos en los que mi mente se distrae.
Y es en ese momento en el que somos vulnerables.
El lobo espera que una oveja se disperse y se aleje de la manada para atacarla, es que atacar cuando la presa esta solitaria es mucho más fácil.
Los animales se mueven en manada, y los seres humanos no hemos sido creados para estar solos y en esa situación es en la que somos más débiles.
A lo mejor en momentos como estos es tiempo de pedir ayuda, oración a los hermanos en la fe, apoyo y consejo.
Lo bueno de todo esto, es que hay una promesa, y es que Dios no nos dejara ser tentados más allá de lo que podamos resistir, sino que nos da la salida.
Entonces en esta encrucijada, en la que estamos frente a dos caminos, por un lado eso que nos tienta y nos está haciendo tambalear y la palabra de Dios, busquemos su socorro.
Una voz que clama.
Quizá sientas que no tienes fuerzas para orar, estas en un desierto y no estás bien, pero Dios te ve, y te oye, aun con tu voz débil.
Aun si metiste la pata, aun si caíste, o si estas a punto de tomar una mala decisión, pero amas a Dios, seguís siendo su hijo/a, y Él no te soltara.
Como no soltó a David después de pecar, como no soltó a Moisés que antes de ser usado por Dios mato a un hombre, Jonás que fue desobediente y rebelde hasta que un pez se lo trago, y aun luego hizo la voluntad de Dios pero protestando.
Tampoco soltó a Lot, el sobrino de Abraham cuando se negaba a dejar su casa en Sodoma y Gomorra y los ángeles tuvieron que sacarlo a empujones casi para que fuera salvado.
No soltó ni deshecho a Pedro que negó a Jesús, después de haber convivido con El, no deshecho a Pablo que persiguió a la iglesia y mato creyentes, y tantos otros personajes de la biblia.
Crees entonces que te soltara a ti?
La ayuda viene del cielo, porque hay promesa, y El cumple sus promesas, clama en medio de tu debilidad, buscalo en medio de tu encrucijada.
Estas en una encrucijada, pues mira al cielo, si no sabes que hacer, pídele al Señor que te de la salida y que seas valiente para confiar.
Aunque no puedas sentir su presencia, El está.
Y aunque te sientas en el borde de esos dos caminos, y te sientes débil o no sabes cómo enfrentar lo que vendrá luego de esa decisión que sabes que debes tomar, confía.
Decisiones difíciles.
No es fácil a veces tomar ciertas decisiones, hay cosas en las que nos metemos por cabezas duras, y nos cuesta luego tomar la decisión de cortar, de pronto es una relación que no nos conviene, o un vínculo.
Pero confiamos en que aquel que nos ama, nos dará la salida.
Él es nuestra fortaleza.
Cuando somos débiles, entonces somos fuertes porque Su fortaleza es la que nos respalda.
Si hay algo que te sientes incapacitado para hacer, entrégaselo a Dios, dile al Espíritu Santo que obre, que venga en tu ayuda, ríndele eso que te aflige.
Y esa encrucijada, esa decisión que tienes por delante, no hagas nada hasta que estés seguro que es exactamente lo que el Señor te está mandando a hacer.
Si estas débil, y no sabes cómo actuar, no actúes, no hagas nada, deja que el poder de Dios se manifieste.
A veces queremos obrar, y la intención es buena, pero, somos humanos y por lo general la embarramos más de lo que limpiamos, entonces, si no estás seguro de poder salir airoso, no hagas nada, solo ora.
Conclusión:
Todos tenemos momentos difíciles que atravesar, somos humanos, y este no es un tema fácil de tratar, ya que hay una delgada línea entre el comprender esto y tomarnos de que somos humanos para darnos permisos de pecar.
Aquel que ama a Dios cuando esta frente a una encrucijada, entre una debilidad que desagrada a Dios y su amor por El, busca esa ayuda que viene del cielo.
No siempre pecamos porque no amamos a Dios, algunos pecan y les da igual, otros pecan y el dolor por haber desagradado a Dios es más grande que su miedo a perder la salvación.
Te recuerdo que Dios mira tu corazón, había dos hombres colgando al costado de la cruz de Jesús, uno era rebelde y no le importaba nada, el otro, aceptaba su error y pedía clemencia, y aun en ese último instante obtuvo la redención, murio como un hijo y no como un condenado.
Busca a Dios, aunque sea con una debil voz, El te oye.
Pero cuidado de no pasarte de esa línea delgada, y que no se te haga costumbre.
Ríndele a Dios tu debilidad, y pídele ayuda si estas a punto de tomar una mala decisión, o si hay algo que sientes que es más de lo que puedes soportar porque tenemos la promesa de ser ayudados en ese momento.
Y Dios cumple lo que promete.
Si estas en esa situación, oremos juntos, dile conmigo:
“Señor Jesús, límpiame y perdóname, ayúdame en este momento de debilidad y dame la salida, no puedo con esto, Señor te necesito, me pongo en tus manos y confió en ti, en el nombre de Jesús, Amen”.
El nos restaura, y cambiar el corazón para con el Señor, es uno de los desafíos de todo creyente, porque lo malo y lo que contamina sale desde el interior.
51 Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;
Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
2 Lávame más y más de mi maldad,
Y límpiame de mi pecado.
3 Porque yo reconozco mis rebeliones,
Y mi pecado está siempre delante de mí.
4 Contra ti, contra ti solo he pecado,
Y he hecho lo malo delante de tus ojos;
Para que seas reconocido justo en tu palabra,
Y tenido por puro en tu juicio.
5 He aquí, en maldad he sido formado,
Y en pecado me concibió mi madre.
6 He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo
Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
Cambia Dios nuestros corazones.
7 Purifícame con hisopo, y seré limpio;
Lávame, y seré más blanco que la nieve.
8 Hazme oír gozo y alegría,
Y se recrearán los huesos que has abatido.
9 Esconde tu rostro de mis pecados,
Y borra todas mis maldades.
10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
11 No me eches de delante de ti,
Y no quites de mí tu santo Espíritu.
12 Vuélveme el gozo de tu salvación,
Y espíritu noble me sustente.
Un pecador arrepentido.
Este sin duda es uno de los salmos que más me impacta, porque me identifico mucho con David.
Seguramente tú y todos conocemos a David, este personaje de la vida real que en principio es conocido por la famosa historia de aquel joven bonito que se enfrentó al temible Goliat y que lo derroto con una honda, de la mano del Señor.
Dios había escogido a David desde una edad muy temprana y fue elegido por el Señor para ser el segundo rey de Israel, y de seguro el más importante, quien marcó una época y fue ungido por el mismo Dios.
Pero a pesar de esto, David peco.
Después de haber sido un hombre que siempre había sido respaldado por Dios, y que con corazón sincero lo buscaba, miro a una mujer, que no era su mujer con deseo, y se acostó con ella.
Y no conforme con eso, como esta mujer era casada, ideo un plan para que este hombre, que era un soldado, fuera puesto en la primer línea de batalla para que muriera y así sucedió.
Ese hombre usado por Dios, no solo cometió adulterio, sino también planeo un homicidio.
Y esto obviamente hizo mella en el corazón de David, porque hay un momento en el que el creyente luego de pecar, luego de caer, toma conciencia.
Y este salmo nace un tiempo después de todo esto que te cuento, tiempo en que David tuvo que atravesar por las consecuencias de sus actos.
Las consecuencias que trae el pecado, son inevitables, pero Dios es paciente, lento para la ira y grande en misericordia.
Adán y Eva se escondieron.
Cuando Adán y Eva pecaron en el Edén, las escrituras nos cuentan que a la hora de la tarde cuando acostumbraban conversar con el Señor, ellos estaban escondidos, y le dijeron al Señor que estaban desnudos.
Y por supuesto que el Señor ya sabía lo que había sucedido pero, les estaba dando la oportunidad de confesar.
David peco, y cuando lo hizo no reacciono rápidamente, porque estaba obnubilado por aquella mujer, con la que se casó posteriormente y tuvieron un hijo, el Señor espero por el arrepentimiento de David pero no llego hasta algún tiempo después, y ese primer bebe murió.
Identifiquemos que es lo que nos nubla la visión y nos hace tambalear.
Las consecuencias del pecado.
Siempre el pecado tiene consecuencias, el enemigo entra cuando le abrimos la puerta, y hace estragos, él no se conforma con molestarnos, sino que su pasión es arrasar con todo aquello que valoramos y amamos.
Muchas veces los creyentes abrimos los ojos y el arrepentimiento viene cuando comenzamos a perder todas aquellas bendiciones que teníamos con el Señor.
Otras veces, en el mejor de los casos, cuando lidiamos con una debilidad, con una tentación que puede tener muchas formas, el arrepentimiento y el dolor, por caer en esa pasión, viene enseguida.
David pidió un nuevo corazón.
No es lo que nos rodea lo que nos contamina, sino lo que está en nuestro interior, nuestras pasiones, nuestros malos deseos, tenemos una herencia de pecado que arrastramos.
David fue restaurado por Dios cuando su corazón se rindió a Él.
Pedro fue restaurado por el propio Jesús luego de este haberlo negado, Jesús le busco y Pedro le declaro su amor tres veces, así como tres veces lo negó.
Jesús no fue en su búsqueda para reprocharle, fue a buscarlo para restaurar la relación, y le dijo, si me amas, apacienta mis ovejas, no le hablo del tema, solo de su amor.
En otras palabras, le dijo, si me amas dedícate a mis cosas, yo ya no me acuerdo de lo que hiciste, miro tu vida caminando en mi propósito, y este es su deseo para con nosotros también.
El esta aqui para nosotros.
Mateo 15:19
19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.
Jesús mismo dijo esto, significa que no es lo de afuera lo que nos hace caer, sino lo que hay dentro nuestro, son nuestros malos deseos con los que luchamos.
David lucho con su pasión, y en este hermoso salmo expreso todo aquello que sintió luego de ese tropezón en su vida.
Le pide “purifícame con hisopo”, significa con detalle, en profundidad, que no quede ningún rincón en mí, dame un corazón limpio y renueva un espíritu recto dentro de mí, esa fue su oración.
Y debe ser tu oración y la mía.
No es fácil mantenernos enfocados, pero no es imposible cuando amamos al Señor, queremos que su Espíritu este dentro nuestro y no perderlo.
La verdad es q no hay nadie santo, ninguno de nosotros, y todos luchamos con aquellas cosas que deseamos.
Génesis 39:11-12 cuenta la historia de una huida que salvo la vida de José.
11 aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí.12 Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y Salió.
José salvo su vida espiritual huyendo de esta mujer que representaba una gran tentación en su vida.
Porque hay huidas que son las que nos salvan, cuando lo que tenemos enfrente nos es difícil de sortear, porque nos significa una gran debilidad.
David se complicó la vida cayendo en su tentación, pero el Señor es misericordioso en ambas situaciones, Él no nos deshecha, sino que nos restaura.
Tú y yo podemos ser restaurados.
Acerquémonos a Él confiados, sabiendo que Él nos ama con amor eterno, y si hemos caido, nos levanta.
No importa tu pecado, ni tu caída, para Dios no es novedad lo que pasaría en nuestra vida, ni en qué cosas nos meteríamos, por supuesto que la obediencia nos salva de pasar por las consecuencias dolorosas del pecado, pero, en ocasiones, debemos pasar por ahí, como David.
Y es en ese momento cuando nos hacemos eco del Salmo 51 y le pedimos al Señor, cámbiame, purifícame con hisopo y dame un corazón nuevo.
A veces no caemos porque no amamos a Dios, sino porque nuestra humanidad nos juega malas pasadas, pero es en ese momento que la gracia dada por el Señor en la cruz se pone a trabajar.
Es en ese momento que el abogado que tenemos en el cielo nos justifica mediante su sangre y nos limpia nuevamente.
Tienes oportunidad.
Hay una voz seguramente en tu interior diciéndote que tú no sirves para seguir a Jesús, pero hay otra voz que viene de lo alto que en 1 de Pedro 2: 9 te grita:
9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.
Porque Dios te da un nombre diferente al que solías tener.
Conclusión:
En esa cruz quedaron clavadas todas aquellas cosas que nos escalvizaron y todo nuestro pecado, El pago por nosotros, esa cruz fue nuestra oportunidad.
El cambio nuestra identidad.
Tu identidad no la marca ni tu debilidad, ni lo que hayas vivido en el pasado, ni tampoco lo que los demás dicen de ti.
Somos lo que Dios dice que somos, esa es nuestra identidad, no por ser santos, sino porque somos justificados por Jesús en la Cruz del Calvario.
Anímate y acércate a Él, porque Él no te condena ni te deshecha, sino que te abraza, restaura y te ayuda a caminar como un buen padre enseña a sus hijos en los errores y en los aciertos.
Si nunca le abriste el corazón a Jesús, dile conmigo “Señor Jesús, te abro mi corazón, perdóname, límpiame y dame un nuevo corazón conforme a ti, anota mi nombre en el libro de la vida eterna, Amen”.
La verdadera Navidad es cuando comprendemos el significado de este día y cuando el pesebre de tu corazón está ocupado por Jesús.
9 Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.
10 Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo.
11 Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
Una estrella los guio, asi como hoy el Espiritu Santo te guia hacia Jesus.
Al entrar vieron al niño.
Una estrella guio a estos sabios hasta Jesús, y no tuvieron dudas en seguirla hasta tener ese encuentro con Cristo que los llevo a adorar a ese niño que encontraron envuelto en pañales en un humilde pesebre.
Cuando tienes un encuentro con Jesús, su sola presencia te lleva a adorarle.
Esa noche fue la noche en la que nuestra salvación había llegado.
Navidad con Jesús.
La Navidad de muchas personas que festejan este día, un enorme porcentaje conocen lo que significa, y que es lo que se recuerda, pero, otras cosas han suplantado la esencia de esta noche, y entonces los vemos corriendo detrás de regalos y comida.
Para otros en cambio, para aquellos que hemos tenido ese encuentro con Jesús, es el día en el que celebramos a Cristo y le agradecemos por el regalo de su venida a esta tierra por nosotros.
Ten hoy una feliz Navidad celebrandolo y sabiendo que El es el motivo de esta noche.
Cuál de los dos eres tú?
Anoche meditaba acerca de esto, y me encontré de pronto viendo el cielo en una fresca y hermosa noche, diciéndole “Señor te celebro”.
No sé cómo es tu caso, quizá tienes la bendición de poder compartir tu fe entre tu familia y con aquellos con quienes vas a pasar, y quizá en esa comunión puedas compartir esa alabanza y celebrarlo, o quizá no sea así.
Pero sea como sea que pases hoy, así sea que estés solo en tu fe, o acompañado en la misma, festeja este día, que marcó un antes y un después en la historia de la humanidad, el día en el que el cielo descendió.
Como no adorar y honrar a quien ha decidido dejar su trono y su gloria, para nacer entre nosotros como uno más, tuvo necesidades, corrió como cualquier niño, siendo Dios, y todo hasta llegar a esa cruz que fue nuestra salvación.
Porque esa cruz significo la muerte para el pecado, y la vida para nosotros.
Al brindar hoy, recuerda darle gracias, y abre tu corazon, para que la verdadera escencia de la Navidad llene tu vida.
Jesús vino por ti y por mí.
Por justos y pecadores, por buenos y malos, por sabios o ignorantes, El no hace acepción de personas, no te califica como bueno o malo, se dio a si mismo por ti, y te dio el mejor de los regalos.
No sé si hoy recibirás un regalo, pero, hace más de dos mil años recibiste uno, y grande, se llama Jesús.
Ese Jesús que te conoce aún desde el vientre de tu madre, que sabe de tus alegrías y de tus tristezas, y que conoce hasta lo más íntimo de tu ser.
Ojala puedas hoy celebrar ese nacimiento, porque el ser humano no tenía esperanza de un buen futuro hasta que ese niño nació.
El motivo de la Navidad se llama Jesús, y si tu festejo esta en otras cosas, vuelve a la esencia de esta noche, porque nada hay mejor que tu corazón reciba a Jesús y el pesebre de tu vida este lleno.
Conclusión:
Disfruta esta noche con los seres que amas, quizá en estos difíciles tiempos en los que vivimos has perdido a un ser amado que hoy no estará, o quizá haya escases en tu casa y el festejo será humilde.
Pero recuerda que no hubo un hotel ni un sanatorio para Jesús, y que el más importante de los nacimientos, se dio lugar en un humilde lugar rodeado de animales, porque no se trata de cuanto tenemos sino a quien tenemos.
Jesús fue adorado por todos aquellos a quienes se les anuncio su nacimiento aquella noche, y hoy es adorado por millones que proclamamos su amor y su misericordia.
Hoy celebro a mi Jesús, quien me dio la oportunidad de volver mi prodigo corazón a su regazo, a quien cambio mi lamento en baile y dibujo en mí una sonrisa.
Celebro a Jesús, quien me dio esperanza, el que cambio mi dolor por alegría, mi soledad en abrazos, y mi vacío en una llenura que solo viene del cielo.
Hoy te invito a mirar al cielo, a agradecerle que se negara a sí mismo y venir por nosotros, al Padre que entrego el tesoro del cielo por cada uno de nosotros, y abre tu corazón para que nazca en tu vida una nueva esperanza.
Dile conmigo “Señor Jesús, te doy el trono de mi corazón, entra hoy, perdóname y límpiame y ayúdame a conocerte, gracias por lo que hiciste por nosotros, en el nombre de Jesús, Amen”.
El cielo descendio por ti hace mas de dos mil años, asi que eres valioso y tuviste ya el mejor de los regalos por lo tanto, te deseo Feliz Navidad con Jesus!!
El hijo de Dios, el que no se aferró a su trono, sino que se despojó por amor, nació como uno de nosotros y vino a este mundo a salvarnos.
1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con Dios.
3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
6 Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. 7 Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. 8 No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.
Aquella luz habia llegado a nuestro mundo, y hoy le recordamos y festejamos en esta Navidad.
9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. 10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. 11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.
12 Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
El verbo de Dios.
Jesús es el verbo de Dios, el verbo hecho carne, aquel que creo el mundo y todo lo visible e invisible, pero el mundo no lo recibió, no tenía lugar para El, pero tanto fue el amor de Dios por la humanidad que envió el tesoro del cielo por nosotros.
Estamos próximos a la navidad, un momento en el que recordamos ese nacimiento que se traduce en esperanza para aquellos que hemos creído y lo hemos aceptado.
Hemos sido hechos hijos de Dios, no porque hayamos sido engendrados como lo es cualquier ser humano, sino directamente del Señor quien ha querido adoptarnos como hijos a través de Jesús.
Por tanto este día de Navidad, no olvides lo realmente importante en tu lista navideña, y es el agradecimiento y entendimiento del verdadero festejo y festejado, Jesús.
No es por haberlo merecido ni por merecerlo.
Ninguno de nosotros merecíamos que ese tesoro del cielo, dejara su trono y viniera a nacer en un pesebre, en un lugar rodeado de animales porque sus padres no encontraron lugar para hospedarse estando María ya próxima a dar a luz, sin embargo lo hizo por nosotros.
Por la gracia y el amor de Dios y por aquel acto hoy tenemos esperanza, reconciliación con el Padre, y la convicción de que un día cuando cerremos los ojos en esta tierra los abriremos a su lado.
La biblia nos cuenta una historia, que es más que una historia bonita, es una realidad y por ser una realidad nuestra vida y nuestro futuro cambio.
El cielo esta abierto por El y tenemos acceso al Padre, eleva tu mirada al cielo hoy y recibelo.
Siguiendo una estrella.
Estos famosos personajes, hoy día transformados en los reyes magos, fueron guiados por una estrella, estos estudiosos del cielo para aquella época, visibilizaron aquella estrella que simbolizaba el nacimiento del Mesías y que los guiaría hasta El, y allá fueron a adorarle.
Unos humildes pastores que pastoreaban ovejas también fueron avisados y también se apresuraron a dejarse guiar hasta el Salvador.
Y todos ellos formaron un conjunto de personas, que ajenos a lo que pasaba afuera estuvieron junto a Jesús en cuanto nació, y cuenta la biblia que se postraron y adoraron.
Como no adoraremos nosotros?
Nosotros no tuvimos la posibilidad que ellos tuvieron, o que tuvo Juan que fue quien clamaba a viva voz anunciando que la luz del mundo había llegado, pero, la salvación no es por vista, sino por fe.
Aquel nacimiento había cambiado el mundo y había partido la historia de la humanidad en dos hasta el día de hoy y hasta el fin de los tiempos.
Esa luz del mundo nació por ti y por mí, dejo su trono, su comodidad para nacer como un humano más, sintió hambre, sed, necesito ser amamantado y protegido y finalmente murió en una cruz para resucitar al tercer día y darnos salvación.
No sé cómo estás pasando estos días previos a la Navidad, quizá este año hayas perdido seres queridos, o a lo mejor te sientes muy lejos de Dios, pero como un día Juan anunciaba de Jesús, hoy somos muchos los que anunciamos su salvación.
Hoy somos muchos los que te damos testimonio de que cuando Jesús llega a una vida, la transforma, y como no agradecerle, y como no rendirse a su amor.
Vuelvete a su amor y tu vida cambiara.
No importa si no eres perfecto, ni tampoco importan tus debilidades porque Él es nuestro abogado.
Pídele hoy que limpie tu corazón, que te fortalezca en cada debilidad, en cada área frágil, y deja que el verdadero espíritu de la Navidad entre en tu vida.
Navidad no es sinónimo de Santa Claus, ni de regalos ni de comida, rápidamente el mundo confunde y da nuevos significados a todo, y no significa que este mal, comer o dar los regalos, claro que no, pero no perdamos de vista, cual es el festejo.
El mejor regalo fue dado de parte del cielo aquella noche donde Jesus nacio, es el regalo del cielo para ti.
Conclusión:
Hoy el Señor golpea la puerta de tu corazón, hoy Juan no es quien grita que la luz del mundo ha llegado, pero su legado sigue gritándolo.
Sus palabras aún resuenan, y hoy somos millones los que hemos confiado, creído, y le hemos abierto el corazón a ese Jesús, que no quedo en una tumba sino que está vivo y sentado en su trono.
La Navidad es y será el tiempo en el que nuestro corazón debería estar más sensible y deberíamos reflexionar a cuán grande fue su amor inmerecido para que por su venida a esta tierra como un mortal, tengamos esperanza de una vida eterna con El.
Entrégale hoy tu corazón, dile conmigo “Señor Jesús, te abro mi corazón y te pido que entres en él, perdóname y límpiame y enséñame a conocerte, hazme crecer a tu lado, en el nombre de Jesús, Amen”.
24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
25 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.
Que significa esto?.
Jesús les estaba enseñando a sus discípulos, acerca de tomar cada uno lo que les correspondía y seguirlo, les estaba hablando acerca de negarse a sí mismos.
Porque cuando nos abrazamos a nuestra propia vida, podemos llegar a perderla, pero, si morimos a nuestro yo y a nuestra mala manera de vivir, recién ahí podemos comenzar a vivir en Cristo.
En El, todo comienza de nuevo, lo pasado queda atras y somos hechos de nuevo.
Solo comenzamos una vida plena cuando nacemos nuevamente en Jesús.
Muchos creen que la muerte es el fin de todo, pero eso no es así, la muerte es la finalización de una etapa y el comienzo de otra.
Hay quienes dicen que vida hay una sola y hay que vivirla porque no hay nada más, y yo me pregunto, como lo saben?
Porque testigos de que hay mucho más allá de la vida, solo tenemos uno y se llama Jesús, que fue el único que fue y volvió de la muerte.
Por lo tanto a través de la fe en Jesús, sabemos que morir en esta tierra y en este cuerpo no significa que todo ha terminado.
Pero Jesús no se está refiriendo literalmente a la muerte física, sino a la muerte espiritual, la única manera en la que nuestro espíritu cobra vida es cuando se toca con su creador.
Morir para vivir.
Lo que de algún modo podemos entender cuando Jesús dice que si perdemos la vida por su causa entonces la hallaremos, es que si nos negamos a nosotros mismos o a nuestro “yo” egoísta, entonces podremos hallar vida plena.
Que cosas no estamos entregando para seguir a Jesús?.
Quizá es tu carácter, o algún pecado al que no has renunciado, quizá haya alguna relación que sabes que no te hace bien y que al Señor no le agrada pero no la has entregado, quizá es que no quieres postergar algún proyecto por algo que el Señor te está demandando.
Puede ser el orgullo, o la crítica, o la envidia, tantas cosas que pueden estorbar nuestra relación con Dios, a veces lo vemos y otras no nos damos cuenta.
Pero para eso está el Espíritu Santo, para hacernos ver, lo que no vemos.
Si tu caracter esta a flor de piel, si no logras contenerte o si no puedes hacer uso de tu dominio propio, pidele ayuda, se sincero, eso significa que aun «estas muy vivo», escondete en El.
Morir al Yo.
Nuestro yo, se aferra con todas las fuerzas a eso que le gusta tanto, a nuestros egoismos, la puerta que lleva a la perdición es ancha y espaciosa, pero la puerta que lleva a la salvación es angosta, por lo tanto te va a tocar decirte algunos “no”.
Te vas a dar cuenta que tu “yo” está muy presente en ti, cuando rápidamente tengas malas reacciones, cuando no logres controlar tu carácter ante determinadas situaciones.
Por lo tanto crucifica ese carácter, lleva ese carácter a los pies de Cristo y entrégaselo, comienza a hacer el ejercicio de guardar silencio y hablar solo cuando el Espíritu Santo te diga que decir.
Es a diario.
No es algo que podamos vencer de una vez y para siempre, ya que somos pecadores, somos humanos y todos los días deberemos luchar con nuestra voluntad para ser obedientes.
Si hoy lo logras y mañana caes, no te sientas mal, Dios no te deshecha, más bien El mira tu corazón y sabe si en él hay una verdadera lucha, levántate, ve a los pies de la cruz y comienza de nuevo.
Es muy fácil bajarse de esa cruz, muy fácil soltarla, dejarla por ahí, porque pesa, no es cómoda, no es agradable, para Jesús tampoco lo fue.
No sentimos tomar la cruz, no sentimos decirnos que no cuando estamos frente a algo que sabemos que si lo hacemos estaremos yendo hacia una dirección contraria a la que Dios quiere.
Pero no nos guiamos por lo que sentimos, sino por lo que creemos, y creemos en un Dios firme, amoroso, misericordioso y que quiere lo mejor para nosotros, por lo tanto lo obedecemos aunque eso nos implique una incomodidad momentánea.
Jesus llevo esa cruz hasta el final, no la abandono, lo hizo por cada uno de nosotros, nuestra cruz no se asemeja en nada a la suya, por lo tanto tomemos con valentia nuestra cruz y sigamos a Cristo.
Hay una victoria en tomar la cruz.
Quienes veían a Jesús colgando en esa cruz, a ese Jesús que había hecho milagros, que decía ser el hijo de Dios, pero que no se bajaba de esa cruz, pensaban que había sido derrotado.
Incluso algunos imagino que lo miraban con pena, con lastima, o pensaban algo muy malo ha hecho para estar en esa situación.
Pero lo que no entendían era que una gran victoria estaba por suceder, porque El en esa cruz, clavo nuestros errores, pecados, condenas y miserias.
En esa cruz quedaron todas nuestras derrotas, El el cargo sobre si, y cuando murió, y la tierra tembló, el infierno también lo hizo, porque lo que parecía una derrota, era la más grande victoria.
Ese es el Dios que tenemos y a quien seguimos.
El que no se bajó de esa cruz pudiendo hacerlo, sino que pensó en ti, en mí y en millones de millones que hoy tienen la posibilidad de confesar su nombre y ser salvos.
Conclusión:
No te abraces a esos deseos o costumbres que te alejan de Dios, más bien ríndelas, rinde esas cosas con las que te cuesta lidiar y deja que el Señor obre en ti a través del Espíritu Santo.
Él te ama y ha dado su vida para hacerte libre y para que tengas hoy la libertad de elegir seguirlo, tomar tu cruz, negarte a las pasiones de este mundo para vivir la vida plena en Jesús.
Te digo por experiencia propia, yo que alguna vez fui incapaz de negarme a mí misma, pude hacerlo cuando tuve un encuentro personal con Jesús.
Porque una vez que EL te toca, y que lo conoces, no hay nada mejor, un toque de Jesús, no equivale a nada conocido que pueda mencionarte, tu vida cambiara, solo debes soltar esas cosas y entregarte a Él.
Dile conmigo “Señor Jesús, perdóname y limpia mis pecados, anota mi nombre en el libro de la vida, y hazme una nueva persona, ayúdame a tomar mi cruz y a seguirte, en el nombre de Jesús, Amen”.
En todos los momentos está el Señor con aquellos que le aman y le buscan.
43 Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.
2 Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
Que promesa tremenda para aquellos que sabemos en que Dios confiamos, antes éramos huérfanos, pero desde que le aceptamos en nuestra vida somos hijos.
Y Él es un Padre bueno y amoroso, y todo lo que viene a nuestra vida está regulado por El.
El no nos deja, vayamos con nuestra angustia o nuestro problema a su presencia, nada esta fuera de su vista y control, y tu estas en sus manos.
En las aguas y en el fuego somos calibrados.
A veces me he preguntado porque me toca pasar por aquello o por lo otro, pero desde que Cristo está en mi vida, hay algo que se, y es que todo lo que viene a la vida de un creyente pasa por el filtro del Señor.
Porque Dios permite algunas cosas que a la vista, podrían ser evitadas, quizá no tenga respuesta, solo El sabrá, pero, lo que sí sabemos es que El pasa con nosotros por esas tormentas.
Veíamos en otros artículos la historia de Sadrac, Mesac y Abed-Nego en el horno de fuego, la historia de Daniel en el foso de los leones, y sin ir más lejos, la historia de Jesús y su pasaje por la cruz.
Esa cruz a la que debemos ir todos los días, y aceptar que no todo será como desearía que fuera, pero será como Dios quiere que sea.
En medio de las aguas tormentosas o en el fuego de la prueba, nuestro carácter es moldeado y calibrado.
Es normal que no disfrutemos esos momentos, claro que a veces desearíamos que el Señor no permitiera que algunos eventos vengan a nosotros, pero todo lo que el enemigo planea para molestarnos, el Señor lo torna para nuestro bien.
Romanos 8: 28 dice: 28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
De una cosa estoy segura, y es que aunque no me evite mi pasar por la tormenta o por el fuego, en cualquier desierto por el que me toque pasar, Él va conmigo, Él va contigo.
Una cosa es caminar solo, hay situaciones que pueden robarnos la esperanza y las ganas de vivir, pero cuando sabemos cuan inmenso es su amor, sabemos que no hay nada que Él no sepa, y que no nos soltara jamás, estamos sostenidos y guardados en El.
No significa esto que no podamos llorar, a veces hasta enojarnos, cual niños pequeños haciendo berrinches, pero vamos a aceptar su voluntad o no?.
Nuestra alabanza a Él, es cuando todo está bien, o en cualquier circunstancia?.
En la alegria y en la tristeza, en la bendicion o en la prueba, alaba a Dios porque El es digno.
La verdadera alabanza y adoración, el verdadero amor por nuestro Señor es en todo momento y circunstancia.
Recordemos a los primeros cristianos, que pasaron situaciones de injusticia, muchos murieron por causa de su fe, masacrados injustamente.
Hoy muy rápidamente nos sentimos injustamente atacados a veces, quizá un tema en tu trabajo, te sientes quizá que abusan de ti, o que no te valoran, pero habla con el Señor.
Quizá Dios está calibrando y formando tu carácter a través de esos procesos, que no son fáciles, pero que Dios usa para formar el carácter de Jesús en nosotros.
Hoy pensaba que si Jesús pasó por la injusticia, por el desierto de la traición, del dolor, como nosotros no vamos a pasar por ahí?.
Pero nosotros tenemos un camino abierto, y la victoria ganada en esa cruz por la que Jesús pasó en nuestro lugar.
El justo pago por los injustos.
Así que confiemos en el Dios que tenemos, cobra ánimo, levanta tu cabeza, no en orgullo sino en fe.
Llora delante de su presencia, y luego sécate las lágrimas y confía en tu Padre que tiene cuidado de ti y que mira mucho más allá de lo que tú mismo puedes ver.
Si estás pasando por aguas tormentosas, y la salida no puedes ver, entonces mira a Cristo, fija tu mirada en El, no hagas como Pedro que camino por las aguas hasta que quito su vista de Jesús y miro por donde caminaba.
Fija tus ojos en Jesus y quitalos de la circunstancia, las aguas no podran contigo si tu confianza esta firme.
Vivimos por fe y no por vista.
Quizá ves todo difícil, a lo mejor estás viendo escases, traición, dolor o injusticia en algo en tu vida, el mundo te atacara y las circunstancias vendrán, pero, El pasara contigo por ahí.
Conclusión:
Tú has sido redimido y comprado por la sangre de Jesús en esa cruz en la que pago el precio por tu vida.
Por lo tanto no estas ni estarás solo en nada de lo que te toque atravesar mientras estemos en este mundo.
Ponte en sus manos, refúgiate en sus brazos y si estas débil, su fortaleza es la que te levanta.
Si estas debil o triste o te sientes golpeado por muchas cosas que suceden en tu vida, acercate a Jesus, El te levantara y te acompañara.
Si aún no has conocido a este Dios del que te hablo, acéptalo en tu corazón y dale un lugar para que la esperanza que hoy no tienes pueda inundar tu corazón, dile conmigo:
“Señor Jesús, te pido perdones mis pecados, yo abro mi corazón, entra en él y anota mi nombre en el libro de la vida, ayúdame desde hoy a conocerte más, en el nombre de Jesús, Amen”.
En todo tiempo está el Señor con nosotros, siempre nos acompaña y nos fortalece, no siempre nos libra de la prueba pero en todo tiempo El está.
21 Entonces estos varones fueron atados con sus mantos, sus calzas, sus turbantes y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo.
22 Y como la orden del rey era apremiante, y lo habían calentado mucho, la llama del fuego mató a aquellos que habían alzado a Sadrac, Mesac y Abed-nego.
23 Y estos tres varones, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiendo.
24 Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey.
25 Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses.
26 Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego.
27 Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey, para mirar a estos varones, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían.
No importa la circunstancia ni cuan dificil sea, no vivimos por lo que vemos, sino por fe, y El nos ha prometido estar con nosotros hasta el ultimo instante, El no te dejarasolo, confia en El.
Contexto.
Esta es la historia de tres amigos, que amaban a Dios, en un tiempo en el que el rey habia ordenado que todos debían arrodillarse delante de la estatua de un Dios pagano.
Sin embargo ellos se negaron, educadamente y sin faltarle al respeto y sin temor de lo que pudiera venir se mantuvo firmes en su fe, sin importar lo que pudiera pasarles.
No siempre Dios nos libra.
A veces Dios nos libra, y otras veces nos acompaña en medio de la prueba.
Cuantos de nosotros hemos tenido muchas veces que responder a esa típica frase que nos dicen a los cristianos “y donde está tu Dios que no te libra?”.
Hay momentos en los que Dios nos libra de pasar por el desierto, y otras en las que va con nosotros.
Estos jóvenes fueron a parar al horno de fuego, ellos estaban seguros que su Dios podía ayudarlos, pero si aún no los libraba del horno sabían que no los iba a abandonar.
Porque no alabamos ni confiamos en Dios solo cuando todo está bien, sino que confiamos en el en todo tiempo, cuando las cosas van bien y cuando todo va mal.
En lo que sea que estes viviendo, no quites tus ojos de Jesus, El esta alli para levantarte, quiza tengas que pasar por ese desierto, pero El Señor no te soltara.
Aun en las peores circunstancias.
El rey en su enojo había mandado a calentar el horno varias veces más de lo normal, tanto que los soldados que metieron a los tres amigos al horno dice que murieron por el calor de las llamas.
Ellos sin embargo dicen que estaban dentro de ese horno, y mientras allí estaban el rey se asomó cuanto pudo y los vio enteros y a su lado a alguien que definió como un Dios.
Esto es lo que en teología se define como una teofania, que es una aparición de Dios en momentos específicos contados en la biblia.
Somos testimonio.
Y a continuación el Rey manda a sacarlos del horno ya que no puede creer lo que está sucediendo y no solamente salieron enteros, sino que todos los que vieron esto creyeron.
Tan grande fue el impacto de este hecho en el Rey que mando a que todo el pueblo adorara al Dios de Sadrac, Mesac y Abed-Nego.
Dios puede librarnos de todo, muchas veces me he preguntado porque tengo que pasar por ciertas cosas de las que El podría evitarme pasar, pero siempre he sentido su mano sobre mi vida infundiéndome la fuerza necesaria.
El abre paso en donde no lo hay, te traza un camino por una senda inexistente, no importa lo que tengas delante, encomienda tu camino al Señor.
A través de nuestras experiencias y nuestros testimonios otros son impactados y tienen la posibilidad de conocer a Jesús.
Tu vida es un espejo del poder de Dios, tú reflejas lo que Jesús hace en tu vida.
Se para otros una luz en medio de la oscuridad y confía en ese Señor que ya te ha demostrado cuanto le importas dando lo que más amaba, su propio hijo en una cruz.
Viendo tu vida y tu testimonio, muchos pueden conocer al Señor, la palabra de Dios dice «te bendecire y seras de bendicion».
Conclusión:
Puedes estar pasando el peor de los momentos, a lo mejor quedaste sin trabajo, o perdiste a alguien amado, o estas luchando por salir adelante en tiempos adversos.
Arrodíllate y busca su voluntad y su presencia en tu vida porque El oye la oración de aquellos que de corazón claman a Él.
Si nunca le has abierto el corazón a Jesús, te invito a hacerlo ahora a través de una sencilla oración que te convertirá en su hijo y permitirá que Jesús entre a tu vida.
Dile conmigo “Señor Jesús, te abro mi corazón, perdona y limpia mis pecados, entra a mi vida, anota mi nombre en el libro de la vida y acompáñame en todas mis situaciones, ayúdame a atravesar el desierto de tu mano, en el nombre de Jesús, Amen”.
Confiar en Dios, es ni más ni menos, que tener la certeza absoluta de que en todos nuestros caminos y en todas nuestras cosas, El esta y no pierde el control.
5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia.
6 Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.
Dejarnos caer en sus brazos.
Esa es la imagen que viene a mi mente cuando pienso en confianza absoluta, cuando confiamos podemos dejarnos caer sabiendo que en quien confiamos, nos sostendrá.
Como un hijo entrando al mar junto a su padre, sintiendo la seguridad de que él no lo soltara, que si el agua lo tapa, su padre lo elevara.
El que verdaderamente confía, se afloja, y suelta todo aquello que antes necesitaba tener en control.
Confiar en Dios es estar seguros debajo de la cobertura de su paternidad, al igual que un bebe se siente seguro y confiado en brazos de su madre o padre. Confia en El, porque tiene cuidado de ti, presentale tus necesidades y confia que no te soltara.
David decía, “fíate de Jehová”, lo que en otras traducciones es lo mismo que decir, “confía en Jehová de todo tu corazón”.
Reconozcamos y metamos al Señor en todos nuestros caminos, en todas nuestras situaciones.
Confíale lo que más amas.
Porque dándole lo que más amas, le estas diciendo, “tú eres el dueño de mi vida”.
Quizá en el pasado, todo te tocaba resolverlo, quizá la carga era sobre ti siempre, y en tu mente se formó la percepción de que eres responsable por todo.
Y por supuesto que la responsabilidad es un atributo de los hijos de Dios, que guardan un buen testimonio, pero si comenzamos a poner nuestras cosas en las manos de nuestro Padre, la carga será más ligera.
Aprendamos a buscar en la palabra la respuesta a todas nuestras dificultades y decisiones que debemos tomar.
Cuando involucramos a Dios en todas nuestras situaciones, entonces Él va delante de nosotros y su Espíritu Santo es quien nos guía.
En el Salmo 23: 3 David cantaba:
Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Él nos guía a verdes pastos, nos guía y nos lleva por el camino más seguro, porque nos ama, y porque Él le es fiel a su palabra, no promete algo que no cumplirá, si nos ha dicho, lo hará.
No dudemos de la fidelidad y la misericordia de Dios para con nosotros, confiemos en que en aquellas cosas que no podemos generar un cambio con nuestras fuerzas, Él lo hará por nosotros.
Tú no puedes convencer a nadie para que acepte a Jesús o crea en El, el Espíritu Santo es quien convence.
No podemos obligar a nadie a oírnos, pero podemos orar por misericordia y para que los oídos sean abiertos.
Cree a su palabra y habla con tu Padre que te oye atento, pon delante de su trono todas tus cosas, Confia en El, y El hara dice la palabra.
Filipenses 4:6-7 dice:
6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Vale decir que por nada debemos estar angustiados, o ansiosos, sino más bien, vayamos con esas angustias, ansiedades, necesidades y sueños delante del trono de nuestro Padre, y presentémoslas, incluso agradeciendo por anticipado todo lo que Dios hará acerca de ellas.
Entonces es cuando la paz de Dios se manifiesta y se hace tangible en nuestra vida.
Solo en ese momento te dejas caer sabiendo que alguien te sostiene.
Mientras nos aferramos a la lucha, y hacemos cosas sin parar porque estamos empeñados en lograr un resultado en nuestras fuerzas, entonces nos desgastamos y agotamos.
Pero cuando aprendemos a orar y confiar en que nuestras oraciones son oídas, comenzamos a caminar de un modo distinto, esa carga pesada se la lleva el Señor, y es suplantada por la ligera carga del Señor.
No significa que oramos y no hacemos más nada, significa que oramos y hacemos con las fuerzas que Dios nos da, y con la tranquilidad que el resultado no depende de cuan bien yo lo haga sino en cuanto creo en mi Padre que ha oído mi necesidad.
No sé cuál es tu problema, o necesidad hoy, o ese sueño, esa meta que quieres alcanzar, pero si se, que si te presentas a diario ante la presencia de Dios, y te expones a ella, tu mente será renovada y por ende tu vida misma.
Conclusión:
Usa las armas que Dios te ha dado y ora, ora y haz, pero no hagas sin orar, ni hagas según tu voluntad o fuerzas, busca su voluntad y entonces, Él te dará de sus fuerzas.
El guiara tu camino si buscas su voluntad y si le das el timon de tu vida.
Existen principios básicos que no podemos desconocer, y ese es uno, y para conocer como obra Dios debemos acercarnos todos los días a Él, y conocer como obra.
Si quieres cambiar tu vida y proyectar esa luz a quienes te rodean, entonces, tienes que exponerte más al Espíritu Santo.
No se trata de sentirlo, se trata de saber que está allí para ti.
Hace poco oí una frase que resume lo que te estoy diciendo, exponerte al Espíritu Santo es como tirarse al sol en un día nublado, no lo ves, pero te quemara.
Si estas lejos de Él, acércate, y si no lo has conocido te invito a hacerlo mediante una sencilla oración:
“Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados, entra a mi corazón, límpiame y dame nuevas fuerzas, y enséñame a conocerte y a confiar más en ti, en el nombre de Jesús, Amen”.