2 Crónicas 7:14 El perdón de Dios para su pueblo arrepentido

14 si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.

Leyendo este pasaje nos damos cuenta que El Señor esta relacionando de manera muy estrecha el arrepentimiento y la humillación ante El de su pueblo, con la sanidad de la tierra.

Vivimos tiempos de mucha aflicción en el que por donde miramos encontramos noticias de enfermedades, desastres naturales, o guerras.

Pero existe un virus, un flagelo, que no solo mata el cuerpo, sino el espíritu y es el pecado y la falta de temor de Dios en el mundo.

Desde el principio de los tiempos y desde que el hombre peco contra Dios, Él los ha llamado al arrepentimiento.

La oracion nos conecta a nuestro Dios

Nuestro corazón es también una tierra en la cual Dios quiere sembrar fe y quitar los espinos que nos estorban y que florezca sano y fuerte.

Y eso solo puede ocurrir cuando hay una intervención divina, a la que solo se puede acceder cuando hay un corazón contrito, arrepentido y humillado ante El.

El Salmo 51:17 dice “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado;

Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”

Tocamos el corazón de Dios cuando desde los cielos, ve a un hijo suyo humillado ante su presencia, quebrantado y sincero.

El no desprecia a quien se acerca en esa actitud y puedes tener la seguridad que si lo buscas de ese modo sentirás el perdón y la libertad que dé El emana.

Este verso en Crónicas es muy claro y nos da tips muy puntuales para saber cuáles son los puntos para recibir ese perdón y esa sanidad.

Primero humíllate, esto significa, confiésale tu debilidad, tu falta y no justifiques tu maldad.

Luego ora, y busca el rostro del Señor y el Espíritu Santo te llenara y te revelara la presencia de Dios.

Por ultimo conviértete, esto significa, cambia de actitud!! Arrepentirse es hablar con palabras acerca de algo que hicimos mal y sentirlo, pero convertirse es decidir deponer la actitud y cambiar los comportamientos.

Dios tiene fijada su mirada en nosotros, en ese pueblo que de corazón lo busca y lo anhela.

Él está buscando a aquellos que tienen un corazón enseñable, y promete oír desde los cielos el clamor y sanar la tierra.

Tu tierra, tu casa, tu familia, tu vida, pidamos ese avivamiento que es el ingrediente que la iglesia necesita para llevar su palabra como Él nos lo dijo, hasta lo último de la tierra.

Pidamos perdón por todas aquellas cosas que nos alejan de Él, tengamos un corazón y un espíritu enseñable que no resista la corrección y la dirección de Dios.

CONCLUSION

Hay personas que constantemente piden perdón por sus pecados, pero continúan cayendo una y otra vez en el mismo pozo, y Dios perdona, es cierto, en su infinita misericordia.

Él nos limpia y nos da oportunidades hasta el último día de nuestra vida.

Pero, si realmente quieres disfrutar de la vida plena y que los propósitos de Dios para tu vida se puedan cumplir, entonces conviértete.

Cambia radicalmente la actitud y decide hacer morir el viejo hombre y  nace de nuevo en el espíritu.

Es una decisión que tú debes tomar, tú y solo tú, Él no te obliga, Él te espera.

Pero si aún dudas en hacerlo, te animo a que no pierdas más tiempo, no resistas a Dios cuando te llama, porque Él no se cansara de buscarte y de llamarte al arrepentimiento.

Te aseguro que vivir bajo su protección cambiara tu vida para bien de forma milagrosa.

Dios está atento al clamor de su pueblo y cercano al quebrantado de corazón y se goza cuando un pecador se arrepiente, yo te animo a declararle tus debilidades, a rendirle tu vida.

Confiésale de corazón todas tus luchas, y el Espíritu Santo hará la obra.

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Génesis 45: 1-15 Perdonar, sanar y confiar

Perdonar para sanar es vital. «No podía ya José contenerse delante de todos los que estaban al lado suyo, y clamó: Haced salir de mi presencia a todos. Y no quedó nadie con él, al darse a conocer José a sus hermanos.

Entonces se dio a llorar a gritos; y oyeron los egipcios, y oyó también la casa de Faraón.

Jose Pudo Perdonar

Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José; ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él.

Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto.

Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros.

Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en los cuales ni habrá arada ni siega.

Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación.

Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto.

Daos prisa, id a mi padre y decidle: Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto por señor de todo Egipto; ven a mí, no te detengas.

10 Habitarás en la tierra de Gosén, y estarás cerca de mí, tú y tus hijos, y los hijos de tus hijos, tus ganados y tus vacas, y todo lo que tienes.

11 Y allí te alimentaré, pues aún quedan cinco años de hambre, para que no perezcas de pobreza tú y tu casa, y todo lo que tienes.

12 He aquí, vuestros ojos ven, y los ojos de mi hermano Benjamín, que mi boca os habla.

13 Haréis, pues, saber a mi padre toda mi gloria en Egipto, y todo lo que habéis visto; y daos prisa, y traed a mi padre acá.

14 Y se echó sobre el cuello de Benjamín su hermano, y lloró; y también Benjamín lloró sobre su cuello.

15 Y besó a todos sus hermanos, y lloró sobre ellos; y después sus hermanos hablaron con él.

Perdonar para sanar

Explicación

La historia de José, es la historia de un joven muy amado por su padre, Jacob, ya que era el hijo fruto de su amor con Raquel.

El hecho de ser tan amado y cuidado por su papa, genero tantos celos en sus hermanos que una tarde, estos, lo hacen desaparecer vendiéndolo como esclavo a Egipto.

Esto a simple vista fue una desgracia, pero Dios cambio esa injusticia en el tiempo, en una terrible victoria para José, quien llega a ser Gobernador en Egipto luego de haber pasado por muchos momentos duros.

En medio de esta situación, llega un periodo de 7 años, en los cuales escaseaba la comida y un día, siendo el ya Gobernador llegan sus hermanos en busca de alimento.

Milagrosamente llegan al único lugar donde había comida y era la casa de José, sin saber que están frente a su hermano.

Al principio no se da a conocer, hasta que finalmente les revela que es José, y allí comienza un proceso de perdón y sanidad para todos.

¿Perdonar para sanar es necesario?

Cuando traicionan nuestra confianza y nos hieren, es difícil si no hay una intervención divina sanar, queda en nuestro interior una herida, que aunque los años pasen y creamos que estamos sanos, eso está allí.

Solo el perdón y sacar lo que nos hirió nos permite sanar verdaderamente, y afortunadamente tenemos un Dios que sana corazones heridos.

Por lo general nos volvemos desconfiados, y la base de la desconfianza es el miedo, el miedo a que nos vuelvan a herir y a mentir.

Cuando alguien experimenta desde su infancia abandono, soledad o inseguridad se transformara en alguien con una autoestima baja, y cuando situaciones nuevas lleguen a su vida no podrá recibirlas de forma sana.

Cuando está latente la herida, activa una señal de alerta que se proyecta en la necesidad de protegerse de tal modo que nos volvemos desconfiados e inseguros.

Muchas veces nos volvemos reacios a los cambios aunque estos pudieran representar una posible mejora.

La biblia nos invita siempre a confiar en Dios, y sanar nuestro relacionamiento con nuestros pares es vital, para poder tener una buena relación con El.

Perdonar para sanar

Conclusión

Él quiere sanar tu interior porque el proceso en las vidas es de adentro hacia fuera, tu interior es el que determina, la clase de persona que eres y la forma en que muestras el amor y la obra de Dios en ti.

Dios sano a José, en días de quebrantamiento y lágrimas ante El, y posterior a esto, vemos el proceso de perdón.

Perdonar no es un sentimiento, nadie siente perdonar a alguien que le ha herido, el perdón es una decisión.

José decidió perdonar a sus hermanos, y se vio en el abrazo que les da a cada uno de ellos, y en sus palabras de recibimiento, este acto marca un antes y un después en su vida.

Mateo 6:14-15 dice 14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;

15 más si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

Tan sencillo como eso, pero no te apoyes en tus propias fuerzas si quieres lograrlo, pídele a Él, y te ayudara a perdonar, y recuerda todo lo que también, te ha sido perdonado.

Que perdones no significa que todo será como antes con quien te ha herido, significa que en el mundo espiritual lo soltaste y te liberaste del peso y la atadura del rencor.

Ten presente que el rencor le da lugar al enemigo en tu vida y es una puerta abierta para que pueda tocarte.

Apóyate en tu Padre que te respaldara, y te bendecirá, y permítele sanar tu corazón para comenzar de su mano una vida nueva y abundante.

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