Mateo 18:11-13. Jesús el buen pastor.

Jesús, el buen pastor, mientras que muchos pierden tiempo en juzgar a quien se perdió, él va en busca del perdido, sin acepción de personas.

11 Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido.

12 ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y se descarría una de ellas, ¿no deja las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se había descarriado?

El es el buen pastor, que busca a la que se perdio, y la carga de regreso.

13 Y si acontece que la encuentra, de cierto os digo que se regocija más por aquélla, que por las noventa y nueve que no se descarriaron.

Para El eres importante.

No eres un caso perdido para el Señor, ni tampoco una pérdida de tiempo, ni una molestia, es tanto el amor del Señor por cada uno en forma personal, que aunque este con 100 ovejas, si una se va, pues allí va detrás de ella.

Los pastores de ovejas, si es que alguno queda, supongo que en algunos países si, sabrán que esto es así, y que ellas dependen absolutamente de que alguien las guíe para no exponerse inocentemente al peligro que las acecha.

De algún modo la biblia nos compara con ovejas, porque de alguna manera somos parecidas, a veces vamos de aquí para allá, confiados en que nada nos pasara, que todo está bien, a pesar de que el Espíritu Santo te advierte de mil modos.

No hay nada que hayamos hecho que logre que el Señor te deseche.

El vino a este mundo a darse a sí mismo en obediencia y sacrificio por todos y cada uno de nosotros sin excepción, no solo por los que lo siguen obedientemente sino por cada uno que ves en la calle que quizá caminan sin fe, ni Dios ni esperanza.

Vino a librar a los cautivos, dar vista a los ciegos, y salvación a los perdidos.

Cuando Dios te ha llamado, no te dejara, no importa lo que hagas ni cuanto trabajo le des al Padre, ni que tan rebelde, no se dará por vencido contigo.

Dios cree a veces más en nosotros, que nosotros en El.

Casi obligadamente debo decir que por años me olvide que Dios existía, y camine en los caminos que mi corazón me llevo, pero la palabra de Dios dice muy acertadamente, que engañoso es el corazón más que todas las cosas.

Y lo curioso es que no volví porque una persona me invitara a volver a Dios, volví porque Jesús mismo en su misericordia me busco, me intercepto y cuando Él te busca, tu vida cambia radicalmente.

Jesus esta aqui hoy diciendote, levantate, vuelve a casa, fortalecete en mi, El no te ha olvidado ni abandonado, para Jesus tu eres valioso, seca tus lagrimas y dejate amar por el Señor, consuela tu alma, te perdona y restaura.

Yo no sé cómo estas tu que me estás leyendo hoy, quizá conociste al Señor y te alejaste de Él, quizá hace años no oyes su voz o no oras, o quizá estas yendo a una iglesia, pero tu corazón esta con dudas.

Hoy estás leyendo esto y no es casualidad, Dios te está hablando acerca de su gran amor y misericordia.

Él no te juzgara por tus debilidades, no las aplaude pero te comprende, y te dice “fortalécete en mi”.

Tomate de la mano del Señor, diga el débil fuerte soy, no importa si tu comunidad o tu iglesia te ha entendido o si no te han llamado, Jesús te está llamando.

Tienes hoy una comunicación directa del cielo a tu vida, donde el autor y consumador de la vida, el mismo que murió por ti y resucito y te dio nombre te está llamando, y está yendo en tu búsqueda.

Dios no busca a los perfectos, sino a los dispuestos.

Quizá tu pienses que no eres bueno para Dios, que no tienes nada para dar, que no estas apto para seguir el camino del Señor.

Quiero decirte que Jesús eligió un puñado de apóstoles que no eran estudiosos o instruidos, más bien eran unos rudos pescadores y tenían mucho para mejorar en sus vidas, sino mira los ejemplos de la biblia, tanto en el antiguo como en el nuevo testamento.

Pedro, el impulsivo y con ese difícil carácter, Tomas luchaba con su incredulidad,  Pablo perseguía cristianos, David gran siervo de Dios, derroto a Goliat y fue rey pero, peco deseando la mujer de otro, y tantos ejemplos como esos.

Entonces, Dios desea o aplaude y premia tales acciones?

Claro que no, pero Dios no deshecha, sino que en tus debilidades te hace fuerte, de tus errores te enseña, y saca lo mejor de ti, Jeremías 15:19 dice:

“19 Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. “

Dios te ama tanto, que te transformara, que sacara lo mejor de ti, separara lo bueno de lo malo, y te potenciara en aquellas cosas que sean lo mejor de ti.

En esa cruz hay perdon y salvacion para ti, en esa cruz El se llevo tu pecado y te dio una esperanza de vida.

Conclusión:

Jesús va por ti, no importa en qué circunstancia te encuentres, si te vuelves a El de todo corazón, si le pides perdón, y dejas que te toque, Él tiene poder para restaurarte.

Nos hizo así como somos, cada uno con nuestro carácter, pero nos debe pulir, en lo que somos débiles, se glorificara dándonos fortaleza, y en nuestros errores se glorificara enderezándonos.

Él es el buen pastor, y un padre bueno, no se cansa de esperar por ti, ni se cansa de tenerte paciencia, pero atiende a su voz, ya no permitas que el enemigo se burle de ti, mira al cielo, y ponte a cuentas con El.

Jesús no te olvida, quizá te hayas golpeado en este tiempo, y a lo mejor sientes que el cielo está en silencio, pero El está hoy diciéndote, estoy cerca, tan cerca que si apenas susurras te responderé.

Si quieres ponerte a cuentas con El, o si nunca le has entregado el corazón, te invito a hacerlo ahora, dile conmigo, “Señor Jesús, abro mi corazón, perdóname y restáurame, ayúdame a seguirte y fortaléceme, en el nombre de Jesús, Amen”.

Artículos relacionados:

Zacarías 4:6. Luchamos con su Espíritu

Luchamos con su Espíritu y Zacarías nos lo expresa así:  Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.

Los seres humanos nos encontramos cada día librando batallas de diversa índole, en cada área de nuestra vida, trabajo o familia.

Los creyentes y quienes hemos aceptado al Señor como nuestro Dios y salvador, muchas veces nos olvidamos este principio que debe estar grabado en nosotros.

Cuando batallamos en nuestras fuerzas, solemos sentirnos agotados o agobiados.

El Espíritu Santo nos guía.

Pero Dios es experto en hacernos recordar que no podemos ganar con nuestras fuerzas, que quien pelea nuestras batallas es El, a través del Espíritu Santo.

Debemos aprender a depender más de su dirección y de su Espíritu, Él nos guía a hablar lo que debemos cuando no sabemos que decir.

O cuando no sabemos cómo resolver determinadas situaciones, es el Espíritu Santo el que te guiara.

Miremos nuestro interior.

Examina hoy tu diario caminar, y pregúntate algo tan sencillo como ¿estoy peleando yo mis batallas o le doy lugar al Señor?

Recuerda que si estas hoy peleando por ganar a tus hijos o esposo/a para Cristo y lo haces en tus fuerzas, te desgastaras en el proceso.

No ganaras batallas, por tus grandes dones o habilidades, o por lo guapo o guapa que eres, o por lo inteligente que puedas ser ni por tus bienes.

Nada de eso tiene ningún valor si lo comparamos con el Dios de los ejércitos que tenemos de nuestro lado.

Las batallas de un creyente las peleamos en el espíritu y a través del Espíritu Santo,luchamos con su espíritu.

Cuantas veces nos olvidamos que tenemos un Dios grande y maravilloso, y ahí nos encontramos en la vida, batallando y quejándonos del cansancio que tenemos o de que las cosas no salen como esperamos.

Si te encuentras en el proceso de servir a Dios y estas predicando o liderando, examina como lo estás haciendo y recuerda que luchamos con su espíritu.

Busca a traves de su palabra llenarte de su espíritu.

No es en nuestra fuerza, es con su fuerza, no es en la carne, es en el espíritu.

Si realmente quieres ganar almas para Cristo, llénate de Él, y pelea de la mano del Espíritu Santo.

Aprende a oír su voz y a dejarte guiar y direccionar.

Él te dará instrucciones específicas y abrirá camino donde no lo hay.

Anímate a confiar ciegamente en el Dios que abre el mar en dos para que su pueblo pase al otro lado, anímate a confiar en el Dios que alimenta a su pueblo en un desierto por cuarenta años.

Conclusión:

Deja que El pelee por ti y te establezca como un siervo/a y use tu vida a favor de aquellos que aún no lo conocen, pero para eso tienes que aprender a usar la fe y ponerla por obra.

Confiar ciegamente, como lo hace un niño con su padre.

Luchamos con Su Espíritu, el mismo Espíritu que levanto a Jesús de entre los muertos es el que tú y yo tenemos con nosotros cada día.

Artículos Relacionados:

Marcos 5:25-34 La Fe de una mujer.

La fe de una mujer que toca a Jesús entre una multitud es parte de la historia del caminar de Cristo en la tierra y que nos deja una gran enseñanza.

“25 Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre,

26 y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor,

27 cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto.

28 Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva.

29 Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote.

La fe trae a tu vida el milagro.

La fe mueve la mano de Dios a tu favor.

30 Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?

31 Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado?

32 Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto.

33 Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad.

34 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.”

Venia Jesús de liberar un endemoniado y de predicar del otro lado del mar de Galilea, y al llegar al otro lado luego de navegar, hay una gran multitud esperándolo.

Es que las noticias corren rápido, y Jesús es en todas partes conocido por los milagros que hacía, por el amor que entregaba y muchísimas personas querían ver y tocar al maestro.

La fe viene por oir la palabra de Dios, oye y lée

Entre ellos había una mujer, luchando con una enfermedad por años, que para aquella época la mantenía aislada y mal anímicamente ya que había visitado médicos y nadie había podido ayudarla.

Lee con atención la historia, y mira como ella fue sana, pero principalmente que cosas hizo para recibir su milagro.

Ella fue a Jesús, lo busco, entre la multitud, no le importó esperar, abrirse paso, busco desesperadamente llegar a Él.

Me pongo a pensar y si había una gran multitud, era porque todos buscaban milagros, pero no todos los recibían, quizá no tengamos registros de todos, solo tenemos algunos, como el de esta mujer.

También creo que es porque muchos buscan a Jesús pero realmente no tienen lo que es necesario para recibir de Él, y es nada más ni nada menos que Fe.

Conquistas la victoria cuando pones en marcha tu Fe.

Todos lo tocaban, era imposible que no lo hicieran, y de pronto Él dice “quien me toco? a lo que sus discípulos, me imagino que hasta con sonrisas le dijeron maestro todos te están tocando.

Pero Jesús les dijo, no, alguien me toco con fe, porque poder salió de Mi.

Es que la fe, mueve, si o si, el poder de Dios en tu vida.

En ese momento ella se adelantó y asumió que ella había sido, se postro delante de Él, y me imagino a Jesús con su amor y su misericordia infinita consolando a esta mujer y le dice tu fe te ha hecho salva y sana.

O sea que no solo fue sanada, sino que ha sido salvada.

Acerquémonos a Jesús con esa fe, que genera el poder de Dios en nuestras vidas, conoce al Señor en estas historias, mira cómo se mueve, como habla y como esta de interesado en nosotros.

Amor demostrado en esa cruz

Es que su amor es tan grande que El busca que tú lo busques, porque quiere bendecir tu vida, sanarte y salvarte.

Quizá hayas buscado tu milagro en otros lugares, en médicos, psicólogos o tarot o vaya a saber dónde has ido en busca de ayuda.

Esto no quiere decir que no debamos ir al médico, todo lo contrario, los médicos están puestos por Dios para ayudarnos y debemos seguir sus instrucciones y ser obedientes en nuestros tratamientos, pero a la misma vez sabemos que tenemos el medico de los médicos.

Conclusión:

Así que busca tocar el manto de Jesús, esta mujer sabía que no hacía falta que Jesús le impusiera manos, ni siquiera que tuvieran una charla, ella sabía que con solo tocarlo bastaba.

A veces pensamos que si no hablamos con un pastor, o que si el pastor ora entonces recibiré más rápido, pero esto es un error, lo único que tenemos que hacer es acercarnos y tocar el manto del  Señor con fe, en oración.

Él nos oye, a cada uno de nosotros, y sabe cuándo hay fe en nuestros corazones.

Por la fe de una mujer, en este caso recibió su bendición, lucha por tu bendición a través de tu fe en El.

Arrebata tu bendición para tu vida, acércate al dador de la vida, al alfa y la omega, el principio y el fin.

Dobla tus rodillas, humíllate bajo la poderosa mano de Dios, toca su manto y recibe tu milagro.

Artículos Relacionados:

Salir de la versión móvil