Biblia, Versículos

1 Samuel 1:10-18. Solo la presencia.

Solo la presencia de Dios nos cambia, nos sana y nos restaura, no es la religión que sigas ni que costumbres tengas, es cuanto estas realmente en su presencia buscando conectar con El.

10 ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente.

11 E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.

Ana derramo su alma, dejo en el trono de Dios todo su dolor, se acerco por primera vez a El sin reglas ni siguiendo normas, sino desde el corazon y declarandole su dependencia absoluta de El, eso le genero comenzar una relacion con Dios y recibio su milagro.

12 Mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de ella.

13 Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria.

14 Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino.

Ana derramo su corazón ante Dios.

15 Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová.

16 No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora.

Derramar el corazon es rendirse y declarar dependencia completamente delante de Dios.

17 Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho.

18 Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste.

Pongámonos en contexto.

Ana estaba casada con Elcana, con quien no tenía hijos, él además estaba casado también con Penina con quien si tenía hijos, recordemos que en aquella época esto estaba permitido, eran sus costumbres.

Claramente Ana tenía un vacío en el corazón y un dolor muy profundo por la falta de hijos que además en ese tiempo para una mujer no tener hijos pasaba a ser hasta mal visto.

Ella tenía el amor de Elcana, pero no tenia lo que más quería, si lees la historia cuenta que todos los años ellos como familia iban al templo a llevar sus ofrendas y ofrecer sacrificios, cumplían rigurosamente todas las normas y leyes religiosas.

Como alcanzamos el milagro.

Pero aun así no había milagros en la vida de Ana, porque los actos religiosos no mueven la mano de DIos, pero alguien que lo busque con el corazon si.

Donde estes, como estes, no importa el lugar, Dios puede oirte y puedes recurrir a El.

Porque el milagro no se genera en todo lo que el ser humano haga, o cuantos ritos cumpla, se genera solo cuando la presencia viva del Dios altísimo desciende sobre una vida.

Hemos estado hablando en anteriores artículos acerca de la diferencia entre tener una vida en Cristo y ser llenos del Espíritu Santo, y vivir una vida religiosa.

Y la vida de Ana es un claro reflejo de esto que el Espíritu Santo me ha estado inquietando para que comparta.

Ana no fue la misma a partir de ese día.

Ella fue ese día al templo, no a llevar ofrendas ni a hacer sacrificios, no fue a cumplir una regla, fue a llorar espontáneamente delante de la presencia del Dios en el que creía.

Significa que podemos acercarnos a Dios sin las reglas que nos imponen las leyes humanas y ahí es cuando el Padre que está en los cielos, dice, mi hijo/a me está buscando.

En el final de este pasaje dice que Ana volvió a su casa, comió y no estuvo más triste.

Ese dolor que le impedía hasta comer desapareció, y si continuas la lectura veras que Ana queda embarazada y da a luz nada más ni nada menos que a uno de los profetas más importantes en Israel, a Samuel.

Ana despues de ese encuentro tuvo a Samuel, yo no se cual es tu necesidad, pero pon esa necesidad delante del trono de Dios y entabla una relacion con El porque si lo que necesitas es justo, El desea proveerte.

Samuel que posteriormente muchos años después es quien unge a David como rey y quien fue un buscador de la presencia del Dios vivo de su madre, fue la bendicion por esa cercana nueva relacion de su madre con Dios.

Busca su presencia.

Y no solo es buscarla en un momento de adoración o de oración, sino es permanecer en ella.

Eso sí es un reto para cada uno de nosotros, que fácilmente nos distraemos, o que las circunstancias como que nos bajan a la tierra de un solo golpe y ahí adiós presencia de Dios.

Por eso la fe y la confianza que tengamos en quien y como actúa nuestro Dios es fundamental, debemos conocerlo más, escudriñar su palabra, y fijar nuestros ojos en Jesús, que es quien nos fortalece en nuestra debilidad.

Dios nos oye.

Ten la seguridad que el Señor te escucha, cada palabra que sale de tu boca, cada vez que entonas una adoración  a su nombre, o cuando lo invocas, Él te oye.

En la intimidad de tu casa, en el calor de la iglesia rodeado del pueblo de Dios, en cada rincón donde estés, no puedes esconderte de la presencia de Dios, y aunque no lo sientas, El está.

No hay nadie que pueda darle paz y abrigo a tu alma como nuestro Dios

Afírmate en su presencia.

Dile como una vez Moisés lo hizo, cuando Dios estaba liberando a su pueblo, le dijo en Éxodo 33:15:

15 Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.

No hay nada mejor que habitar en su presencia y quedarnos ahí, sabemos que todo lo que necesitamos y la seguridad que anhelamos están en la presencia de nuestro Señor.

El mundo te dirá, tienes que hacer esto o aquello, o quizá te juzguen, Eli miraba a Ana y creía que estaba ebria.

Porque Eli estaba acostumbrado al rito, a la religión, no entendía de un fluir espontaneo donde un hijo se conecta con Su Padre celestial.

Dios no necesita ni te pide que hagas nada, no necesitas prender cinco incienzos ni caminar de rodillas, ni ningun tipo de acto religioso, porque todo eso es religion, y no buscamos religion, sino relacion.

Comienza una etapa distinta con el Señor a partir de hoy, llena tu corazon de su presencia, Dios te quiere libre y cercano, tomate de su mano y emprende este viaje de la vida con El.

Conclusión:

Si estas triste, si sientes que te has dedicado a ir a una iglesia porque se supone que tienes que ir pero no tienes presencia, te está faltando el ingrediente más importante en la vida de un creyente, el Espíritu Santo.

Ese mismo Espíritu que habito en Jesús y que es el que llena a cada hijo de Dios, y que te acerca a la voz del Padre, acércate a Dios, derrama tal y como Ana lo hizo tu corazón delante de Él, y déjalo entrar.

Olvídate de la religión, busca al Dios vivo en tu vida.

Si nunca lo hiciste te invito a abrir tu corazón, dile conmigo “Señor Jesús, perdóname y límpiame, creo en ti, entra a mi vida y cámbiame, lléname de ti, en el nombre de Jesús, Amen”.

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