Salmos 51. El nos restaura.

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El nos restaura, y cambiar el corazón para con el Señor, es uno de los desafíos de todo creyente, porque lo malo y lo que contamina sale desde el interior.

51 Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;

Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.

Lávame más y más de mi maldad,

Y límpiame de mi pecado.

Porque yo reconozco mis rebeliones,

Y mi pecado está siempre delante de mí.

Contra ti, contra ti solo he pecado,

Y he hecho lo malo delante de tus ojos;

Para que seas reconocido justo en tu palabra,

Y tenido por puro en tu juicio.

He aquí, en maldad he sido formado,

Y en pecado me concibió mi madre.

He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo

Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.

Cambia Dios nuestros corazones.

Purifícame con hisopo, y seré limpio;

Lávame, y seré más blanco que la nieve.

Hazme oír gozo y alegría,

Y se recrearán los huesos que has abatido.

Esconde tu rostro de mis pecados,

Y borra todas mis maldades.

10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,

Y renueva un espíritu recto dentro de mí.

11 No me eches de delante de ti,

Y no quites de mí tu santo Espíritu.

12 Vuélveme el gozo de tu salvación,

Y espíritu noble me sustente.

Un pecador arrepentido.

Este sin duda es uno de los salmos que más me impacta, porque me identifico mucho con David.

Seguramente tú y todos conocemos a David, este personaje de la vida real que en principio es conocido por la famosa historia de aquel joven bonito que se enfrentó al temible Goliat y que lo derroto con una honda, de la mano del Señor.

Dios había escogido a David desde una edad muy temprana y fue elegido por el Señor para ser el segundo rey de Israel, y de seguro el más importante, quien marcó una época y fue ungido por el mismo Dios.

Pero a pesar de esto, David peco.

Después de haber sido un hombre que siempre había sido respaldado por Dios, y que con corazón sincero lo buscaba, miro a una mujer, que no era su mujer con deseo, y se acostó con ella.

Y no conforme con eso, como esta mujer era casada, ideo un plan para que este hombre, que era un soldado, fuera puesto en la primer línea de batalla para que muriera y así sucedió.

Ese hombre usado por Dios, no solo cometió adulterio, sino también planeo un homicidio.

Y esto obviamente hizo mella en el corazón de David, porque hay un momento en el que el creyente luego de pecar, luego de caer, toma conciencia.

Y este salmo nace un tiempo después de todo esto que te cuento, tiempo en que David tuvo que atravesar por las consecuencias de sus actos.

Las consecuencias que trae el pecado, son inevitables, pero Dios es paciente, lento para la ira y grande en misericordia.

Adán y Eva se escondieron.

Cuando Adán y Eva pecaron en el Edén, las escrituras nos cuentan que a la hora de la tarde cuando acostumbraban conversar con el Señor, ellos estaban escondidos, y le dijeron al Señor que estaban desnudos.

Y por supuesto que el Señor ya sabía lo que había sucedido pero, les estaba dando la oportunidad de confesar.

David peco, y cuando lo hizo no reacciono rápidamente, porque estaba obnubilado por aquella mujer, con la que se casó posteriormente y tuvieron un hijo, el Señor espero por el arrepentimiento de David pero no llego hasta algún tiempo después, y ese primer bebe murió.

Identifiquemos que es lo que nos nubla la visión y nos hace tambalear.

Las consecuencias del pecado.

Siempre el pecado tiene consecuencias, el enemigo entra cuando le abrimos la puerta, y hace estragos, él no se conforma con molestarnos, sino que su pasión es arrasar con todo aquello que valoramos y amamos.

Muchas veces los creyentes abrimos los ojos y el arrepentimiento viene cuando comenzamos a perder todas aquellas bendiciones que teníamos con el Señor.

Otras veces, en el mejor de los casos, cuando lidiamos con una debilidad, con una tentación que puede tener muchas formas, el arrepentimiento y el dolor, por caer en esa pasión, viene enseguida.

David pidió un nuevo corazón.

No es lo que nos rodea lo que nos contamina, sino lo que está en nuestro interior, nuestras pasiones, nuestros malos deseos, tenemos una herencia de pecado que arrastramos.

David fue restaurado por Dios cuando su corazón se rindió a Él.

Pedro fue restaurado por el propio Jesús luego de este haberlo negado, Jesús le busco y Pedro le declaro su amor tres veces, así como tres veces lo negó.

Jesús no fue en su búsqueda para reprocharle, fue a buscarlo para restaurar la relación, y le dijo, si me amas, apacienta mis ovejas, no le hablo del tema, solo de su amor.

En otras palabras, le dijo, si me amas dedícate a mis cosas, yo ya no me acuerdo de lo que hiciste, miro tu vida caminando en mi propósito, y este es su deseo para con nosotros también.

El esta aqui para nosotros.

Mateo 15:19

19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.

Jesús mismo dijo esto, significa que no es lo de afuera lo que nos hace caer, sino lo que hay dentro nuestro, son nuestros malos deseos con los que luchamos.

David lucho con su pasión, y en este hermoso salmo expreso todo aquello que sintió luego de ese tropezón en su vida.

Le pide “purifícame con hisopo”, significa con detalle, en profundidad, que no quede ningún rincón en mí, dame un corazón limpio y renueva un espíritu recto dentro de mí, esa fue su oración.

Y debe ser tu oración y la mía.

No es fácil mantenernos enfocados, pero no es imposible cuando amamos al Señor, queremos que su Espíritu este dentro nuestro y no perderlo.

La verdad es q no hay nadie santo, ninguno de nosotros, y todos luchamos con aquellas cosas que deseamos.

Génesis 39:11-12 cuenta la historia de una huida que salvo la vida de José.

11 aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí. 12 Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y Salió.

José salvo su vida espiritual huyendo de esta mujer que representaba una gran tentación en su vida.

Porque hay huidas que son las que nos salvan, cuando lo que tenemos enfrente nos es difícil de sortear, porque nos significa una gran debilidad.

David se complicó la vida cayendo en su tentación, pero el Señor es misericordioso en ambas situaciones, Él no nos deshecha, sino que nos restaura.

Tú y yo podemos ser restaurados.

Acerquémonos a Él confiados, sabiendo que Él nos ama con amor eterno, y si hemos caido, nos levanta.

No importa tu pecado, ni tu caída, para Dios no es novedad lo que pasaría en nuestra vida, ni en qué cosas nos meteríamos, por supuesto que la obediencia nos salva de pasar por las consecuencias dolorosas del pecado, pero, en ocasiones, debemos pasar por ahí, como David.

Y es en ese momento cuando nos hacemos eco del Salmo 51 y le pedimos al Señor, cámbiame, purifícame con hisopo y dame un corazón nuevo.

A veces no caemos porque no amamos a Dios, sino porque nuestra humanidad nos juega malas pasadas, pero es en ese momento que la gracia dada por el Señor en la cruz se pone a trabajar.

Es en ese momento que el abogado que tenemos en el cielo nos justifica mediante su sangre y nos limpia nuevamente.

Tienes oportunidad.

Hay una voz seguramente en tu interior diciéndote que tú no sirves para seguir a Jesús, pero hay otra voz que viene de lo alto que en 1 de Pedro 2: 9 te grita:

Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.

Porque Dios te da un nombre diferente al que solías tener.

Conclusión:

En esa cruz quedaron clavadas todas aquellas cosas que nos escalvizaron y todo nuestro pecado, El pago por nosotros, esa cruz fue nuestra oportunidad.

El cambio nuestra identidad.

Tu identidad no la marca ni tu debilidad, ni lo que hayas vivido en el pasado, ni tampoco lo que los demás dicen de ti.

Somos lo que Dios dice que somos, esa es nuestra identidad, no por ser santos, sino porque somos justificados por Jesús en la Cruz del Calvario.

Anímate y acércate a Él, porque Él no te condena ni te deshecha, sino que te abraza, restaura y te ayuda a caminar como un buen padre enseña a sus hijos en los errores y en los aciertos.

Si nunca le abriste el corazón a Jesús, dile conmigo “Señor Jesús, te abro mi corazón, perdóname, límpiame y dame un nuevo corazón conforme a ti, anota mi nombre en el libro de la vida eterna, Amen”.

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Mateo 2:9-11. La verdadera Navidad.

La verdadera Navidad es cuando comprendemos el significado de este día y cuando el pesebre de tu corazón está ocupado por Jesús.

Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.

10 Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo.

11 Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.

Una estrella los guio, asi como hoy el Espiritu Santo te guia hacia Jesus.

Al entrar vieron al niño.

Una estrella guio a estos sabios hasta Jesús, y no tuvieron dudas en seguirla hasta tener ese encuentro con Cristo que los llevo a adorar a ese niño que encontraron envuelto en pañales en un humilde pesebre.

Cuando tienes un encuentro con Jesús, su sola presencia te lleva a adorarle.

Esa noche fue la noche en la que nuestra salvación había llegado.

Navidad con Jesús.

La Navidad de muchas personas que festejan este día, un enorme porcentaje conocen lo que significa, y que es lo que se recuerda, pero, otras cosas han suplantado la esencia de esta noche, y entonces los vemos corriendo detrás de regalos y comida.

Para otros en cambio, para aquellos que hemos tenido ese encuentro con Jesús, es el día en el que celebramos a Cristo y le agradecemos por el regalo de su venida a esta tierra por nosotros.

Ten hoy una feliz Navidad celebrandolo y sabiendo que El es el motivo de esta noche.

Cuál de los dos eres tú?

Anoche meditaba acerca de esto, y me encontré de pronto viendo el cielo en una fresca y hermosa noche, diciéndole “Señor te celebro”.

No sé cómo es tu caso, quizá tienes la bendición de poder compartir tu fe entre tu familia y con aquellos con quienes vas a pasar, y quizá en esa comunión puedas compartir esa alabanza y celebrarlo, o quizá no sea así.

Pero sea como sea que pases hoy, así sea que estés solo en tu fe, o acompañado en la misma, festeja este día, que marcó un antes y un después en la historia de la humanidad, el día en el que el cielo descendió.

Como no adorar y honrar a quien ha decidido dejar su trono y su gloria, para nacer entre nosotros como uno más, tuvo necesidades, corrió como cualquier niño, siendo Dios, y todo hasta llegar a esa cruz que fue nuestra salvación.

Porque esa cruz significo la muerte para el pecado, y la vida para nosotros.

Al brindar hoy, recuerda darle gracias, y abre tu corazon, para que la verdadera escencia de la Navidad llene tu vida.

Jesús vino por ti y por mí.

Por justos y pecadores, por buenos y malos, por sabios o ignorantes, El no hace acepción de personas, no te califica como bueno o malo, se dio a si mismo por ti, y te dio el mejor de los regalos.

No sé si hoy recibirás un regalo, pero, hace más de dos mil años recibiste uno, y grande, se llama Jesús.

Ese Jesús que te conoce aún desde el vientre de tu madre, que sabe de tus alegrías y de tus tristezas, y que conoce hasta lo más íntimo de tu ser.

Ojala puedas hoy celebrar ese nacimiento, porque el ser humano no tenía esperanza de un buen futuro hasta que ese niño nació.

El motivo de la Navidad se llama Jesús, y si tu festejo esta en otras cosas, vuelve a la esencia de esta noche, porque nada hay mejor que tu corazón reciba a Jesús y el pesebre de tu vida este lleno.

Conclusión:

Disfruta esta noche con los seres que amas, quizá en estos difíciles tiempos en los que vivimos has perdido a un ser amado que hoy no estará, o quizá haya escases en tu casa y el festejo será humilde.

Pero recuerda que no hubo un hotel ni un sanatorio para Jesús, y que el más importante de los nacimientos, se dio lugar en un humilde lugar rodeado de animales, porque no se trata de cuanto tenemos sino a quien tenemos.

Jesús fue adorado por todos aquellos a quienes se les anuncio su nacimiento aquella noche, y hoy es adorado por millones que proclamamos su amor y su misericordia.

Hoy celebro a mi Jesús, quien me dio la oportunidad de volver mi prodigo corazón a su regazo, a quien cambio mi lamento en baile y dibujo en mí una sonrisa.

Celebro a Jesús, quien me dio esperanza, el que cambio mi dolor por alegría, mi soledad en abrazos, y mi vacío en una llenura que solo viene del cielo.

Hoy te invito a mirar al cielo, a agradecerle que se negara a sí mismo y venir por nosotros, al Padre que entrego el tesoro del cielo por cada uno de nosotros, y abre tu corazón para que nazca en tu vida una nueva esperanza.

Dile conmigo “Señor Jesús, te doy el trono de mi corazón, entra hoy, perdóname y límpiame y ayúdame a conocerte, gracias por lo que hiciste por nosotros, en el nombre de Jesús, Amen”.

El cielo descendio por ti hace mas de dos mil años, asi que eres valioso y tuviste ya el mejor de los regalos por lo tanto, te deseo Feliz Navidad con Jesus!!

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Juan 1:1-13. El hijo de Dios.

El hijo de Dios, el que no se aferró a su trono, sino que se despojó por amor, nació como uno de nosotros y vino a este mundo a salvarnos.

 1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios.

 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.

Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.

Aquella luz habia llegado a nuestro mundo, y hoy le recordamos y festejamos en esta Navidad.

Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. 10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. 11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.

12 Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

El verbo de Dios.

Jesús es el verbo de Dios, el verbo hecho carne, aquel que creo el mundo y todo lo visible e invisible, pero el mundo no lo recibió, no tenía lugar para El, pero tanto fue el amor de Dios por la humanidad que envió el tesoro del cielo por nosotros.

Estamos próximos a la navidad, un momento en el que recordamos ese nacimiento que se traduce en esperanza para aquellos que hemos creído y lo hemos aceptado.

Hemos sido hechos hijos de Dios, no porque hayamos sido engendrados como lo es cualquier ser humano, sino directamente del Señor quien ha querido adoptarnos como hijos a través de Jesús.

Por tanto este día de Navidad, no olvides lo realmente importante en tu lista navideña, y es el agradecimiento y entendimiento del verdadero festejo y festejado, Jesús.

No es por haberlo merecido ni por merecerlo.

Ninguno de nosotros merecíamos que ese tesoro del cielo, dejara su trono y viniera a nacer en un pesebre, en un lugar rodeado de animales porque sus padres no encontraron lugar para hospedarse estando María ya próxima a dar a luz, sin embargo lo hizo por nosotros.

Por la gracia y el amor de Dios y por aquel acto hoy tenemos esperanza, reconciliación con el Padre, y la convicción de que un día cuando cerremos los ojos en esta tierra los abriremos a su lado.

La biblia nos cuenta una historia, que es más que una historia bonita, es una realidad y por ser una realidad nuestra vida y nuestro futuro cambio.

El cielo esta abierto por El y tenemos acceso al Padre, eleva tu mirada al cielo hoy y recibelo.

Siguiendo una estrella.

Estos famosos personajes, hoy día transformados en los reyes magos, fueron guiados por una estrella, estos estudiosos del cielo para aquella época, visibilizaron aquella estrella que simbolizaba el nacimiento del Mesías y que los guiaría hasta El, y allá fueron a adorarle.

Unos humildes pastores que pastoreaban ovejas también fueron avisados y también se apresuraron a dejarse guiar hasta el Salvador.

Y todos ellos formaron un conjunto de personas, que ajenos a lo que pasaba afuera estuvieron junto a Jesús en cuanto nació, y cuenta la biblia que se postraron y adoraron.

Como no adoraremos nosotros?

Nosotros no tuvimos la posibilidad que ellos tuvieron, o que tuvo Juan que fue quien clamaba a viva voz anunciando que la luz del mundo había llegado, pero, la salvación no es por vista, sino por fe.

Aquel nacimiento había cambiado el mundo y había partido la historia de la humanidad en dos hasta el día de hoy y hasta el fin de los tiempos.

Esa luz del mundo nació por ti y por mí, dejo su trono, su comodidad para nacer como un humano más, sintió hambre, sed, necesito ser amamantado y protegido y finalmente murió en una cruz para resucitar al tercer día y darnos salvación.

No sé cómo estás pasando estos días previos a la Navidad, quizá este año hayas perdido seres queridos, o a lo mejor te sientes muy lejos de Dios, pero como un día Juan anunciaba de Jesús, hoy somos muchos los que anunciamos su salvación.

Hoy somos muchos los que te damos testimonio de que cuando Jesús llega a una vida, la transforma, y como no agradecerle, y como no rendirse a su amor.

Vuelvete a su amor y tu vida cambiara.

No importa si no eres perfecto, ni tampoco importan tus debilidades porque Él es nuestro abogado.

Pídele hoy que limpie tu corazón, que te fortalezca en cada debilidad, en cada área frágil, y deja que el verdadero espíritu de la Navidad entre en tu vida.

Navidad no es sinónimo de Santa Claus, ni de regalos ni de comida, rápidamente el mundo confunde y da nuevos significados a todo, y no significa que este mal, comer o dar los regalos, claro que no, pero no perdamos de vista, cual es el festejo.

El mejor regalo fue dado de parte del cielo aquella noche donde Jesus nacio, es el regalo del cielo para ti.

Conclusión:

Hoy el Señor golpea la puerta de tu corazón, hoy Juan no es quien grita que la luz del mundo ha llegado, pero su legado sigue gritándolo.

Sus palabras aún resuenan, y hoy somos millones los que hemos confiado, creído, y le hemos abierto el corazón a ese Jesús, que no quedo en una tumba sino que está vivo y sentado en su trono.

La Navidad es y será el tiempo en el que nuestro corazón debería estar más sensible y deberíamos reflexionar a cuán grande fue su amor inmerecido para que por su venida a esta tierra como un mortal, tengamos esperanza de una vida eterna con El.

Entrégale hoy tu corazón, dile conmigo “Señor Jesús, te abro mi corazón y te pido que entres en él, perdóname y límpiame y enséñame a conocerte, hazme crecer a tu lado, en el nombre de Jesús, Amen”.

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Mateo 16:24-25. Toma tu cruz.

24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.

 25 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.

Que significa esto?.

Jesús les estaba enseñando a sus discípulos, acerca de tomar cada uno lo que les correspondía y seguirlo, les estaba hablando acerca de negarse a sí mismos.

Porque cuando nos abrazamos a nuestra propia vida, podemos llegar a perderla, pero, si morimos a nuestro yo y a nuestra mala manera de vivir, recién ahí podemos comenzar a vivir en Cristo.

En El, todo comienza de nuevo, lo pasado queda atras y somos hechos de nuevo.

Solo comenzamos una vida plena cuando nacemos nuevamente en Jesús.

Muchos creen que la muerte es el fin de todo, pero eso no es así, la muerte es la finalización de una etapa y el comienzo de otra.

Hay quienes dicen que vida hay una sola y hay que vivirla porque no hay nada más, y yo me pregunto, como lo saben?

Porque testigos de que hay mucho más allá de la vida, solo tenemos uno y se llama Jesús, que fue el único que fue y volvió de la muerte.

Por lo tanto a través de la fe en Jesús, sabemos que morir en esta tierra y en este cuerpo no significa que todo ha terminado.

Pero Jesús no se está refiriendo literalmente a la muerte física, sino a la muerte espiritual, la única manera en la que nuestro espíritu cobra vida es cuando se toca con su creador.

Morir para vivir.

Lo que de algún modo podemos entender cuando Jesús dice que si perdemos la vida por su causa entonces la hallaremos, es que si nos negamos a nosotros mismos o a nuestro “yo” egoísta, entonces podremos hallar vida plena.

Que cosas no estamos entregando para seguir a Jesús?.

Quizá es tu carácter, o algún pecado al que no has renunciado, quizá haya alguna relación que sabes que no te hace bien y que al Señor no le agrada pero no la has entregado, quizá es que no quieres postergar algún proyecto por algo que el Señor te está demandando.

Puede ser el orgullo, o la crítica, o la envidia, tantas cosas que pueden estorbar nuestra relación con Dios, a veces lo vemos y otras no nos damos cuenta.

Pero para eso está el Espíritu Santo, para hacernos ver, lo que no vemos.

Si tu caracter esta a flor de piel, si no logras contenerte o si no puedes hacer uso de tu dominio propio, pidele ayuda, se sincero, eso significa que aun «estas muy vivo», escondete en El.

Morir al Yo.

Nuestro yo, se aferra con todas las fuerzas a eso que le gusta tanto, a nuestros egoismos, la puerta que lleva a la perdición es ancha y espaciosa, pero la puerta que lleva a la salvación es angosta, por lo tanto te va a tocar decirte algunos “no”.

Te vas a dar cuenta que tu “yo” está muy presente en ti, cuando rápidamente tengas malas reacciones, cuando no logres controlar tu carácter ante determinadas situaciones.

Por lo tanto crucifica ese carácter, lleva ese carácter a los pies de Cristo y entrégaselo, comienza a hacer el ejercicio de guardar silencio y hablar solo cuando el Espíritu Santo te diga que decir.

Es a diario.

No es algo que podamos vencer de una vez y para siempre, ya que somos pecadores, somos humanos y todos los días deberemos luchar con nuestra voluntad para ser obedientes.

Si hoy lo logras y mañana caes, no te sientas mal, Dios no te deshecha, más bien El mira tu corazón y sabe si en él hay una verdadera lucha, levántate, ve a los pies de la cruz y comienza de nuevo.

Es muy fácil bajarse de esa cruz, muy fácil soltarla, dejarla por ahí, porque pesa, no es cómoda, no es agradable, para Jesús tampoco lo fue.

No sentimos tomar la cruz, no sentimos decirnos que no cuando estamos frente a algo que sabemos que si lo hacemos estaremos yendo hacia una dirección contraria a la que Dios quiere.

Pero no nos guiamos por lo que sentimos, sino por lo que creemos, y creemos en un Dios firme, amoroso, misericordioso y que quiere lo mejor para nosotros, por lo tanto lo obedecemos aunque eso nos implique una incomodidad momentánea.

Jesus llevo esa cruz hasta el final, no la abandono, lo hizo por cada uno de nosotros, nuestra cruz no se asemeja en nada a la suya, por lo tanto tomemos con valentia nuestra cruz y sigamos a Cristo.

Hay una victoria en tomar la cruz.

Quienes veían a Jesús colgando en esa cruz, a ese Jesús que había hecho milagros, que decía ser el hijo de Dios, pero que no se bajaba de esa cruz, pensaban que había sido derrotado.

Incluso algunos imagino que lo miraban con pena, con lastima, o pensaban algo muy malo ha hecho para estar en esa situación.

Pero lo que no entendían era que una gran victoria estaba por suceder, porque El en esa cruz, clavo nuestros errores, pecados, condenas y miserias.

En esa cruz quedaron todas nuestras derrotas, El el cargo sobre si, y cuando murió, y la tierra tembló, el infierno también lo hizo, porque lo que parecía una derrota, era la más grande victoria.

Ese es el Dios que tenemos y a quien seguimos.

El que no se bajó de esa cruz pudiendo hacerlo, sino que pensó en ti, en mí y en millones de millones que hoy tienen la posibilidad de confesar su nombre y ser salvos.

Conclusión:

No te abraces a esos deseos o costumbres que te alejan de Dios, más bien ríndelas, rinde esas cosas con las que te cuesta lidiar y deja que el Señor obre en ti a través del Espíritu Santo.

Él te ama y ha dado su vida para hacerte libre y para que tengas hoy la libertad de elegir seguirlo, tomar tu cruz, negarte a las pasiones de este mundo para vivir la vida plena en Jesús.

Te digo por experiencia propia, yo que alguna vez fui incapaz de negarme a mí misma, pude hacerlo cuando tuve un encuentro personal con Jesús.

Porque una vez que EL te toca, y que lo conoces, no hay nada mejor, un toque de Jesús, no equivale a nada conocido que pueda mencionarte, tu vida cambiara, solo debes soltar esas cosas y entregarte a Él.

Dile conmigo “Señor Jesús, perdóname y limpia mis pecados, anota mi nombre en el libro de la vida, y hazme una nueva persona, ayúdame a tomar mi cruz y a seguirte, en el nombre de Jesús, Amen”.

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Isaías 43:1-2. En todos los momentos.

En todos los momentos está el Señor con aquellos que le aman y le buscan.

43  Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.

Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.

Que promesa tremenda para aquellos que sabemos en que Dios confiamos, antes éramos huérfanos, pero desde que le aceptamos en nuestra vida somos hijos.

Y Él es un Padre bueno y amoroso, y todo lo que viene a nuestra vida está regulado por El.

El no nos deja, vayamos con nuestra angustia o nuestro problema a su presencia, nada esta fuera de su vista y control, y tu estas en sus manos.

En las aguas y en el fuego somos calibrados.

A veces me he preguntado porque me toca pasar por aquello o por lo otro, pero desde que Cristo está en mi vida, hay algo que se, y es que todo lo que viene a la vida de un creyente pasa por el filtro del Señor.

Porque Dios permite algunas cosas que a la vista, podrían ser evitadas, quizá no tenga respuesta, solo El sabrá, pero, lo que sí sabemos es que El pasa con nosotros por esas tormentas.

Veíamos en otros artículos la historia de Sadrac, Mesac y Abed-Nego en el horno de fuego, la historia de Daniel en el foso de los leones, y sin ir más lejos, la historia de Jesús y su pasaje por la cruz.

Esa cruz a la que debemos ir todos los días, y aceptar que no todo será como desearía que fuera, pero será como Dios quiere que sea.

En medio de las aguas tormentosas o en el fuego de la prueba, nuestro carácter es moldeado y calibrado.

Es normal que no disfrutemos esos momentos, claro que a veces desearíamos que el Señor no permitiera que algunos eventos vengan a nosotros, pero todo lo que el enemigo planea para molestarnos, el Señor lo torna para nuestro bien.

Romanos 8: 28 dice: 28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

De una cosa estoy segura, y es que aunque no me evite mi pasar por la tormenta o por el fuego, en cualquier desierto por el que me toque pasar, Él va conmigo, Él va contigo.

Una cosa es caminar solo, hay situaciones que pueden robarnos la esperanza y las ganas de vivir, pero cuando sabemos cuan inmenso es su amor, sabemos que no hay nada que Él no sepa, y que no nos soltara jamás, estamos sostenidos y guardados en El.

No significa esto que no podamos llorar, a veces hasta enojarnos, cual niños pequeños haciendo berrinches, pero vamos a aceptar su voluntad o no?.

Nuestra alabanza a Él, es cuando todo está bien, o en cualquier circunstancia?.

En la alegria y en la tristeza, en la bendicion o en la prueba, alaba a Dios porque El es digno.

La verdadera alabanza y adoración, el verdadero amor por nuestro Señor es en todo momento y circunstancia.

Recordemos a los primeros cristianos, que pasaron situaciones de injusticia, muchos murieron por causa de su fe, masacrados injustamente.

Hoy muy rápidamente nos sentimos injustamente atacados a veces, quizá un tema en tu trabajo, te sientes quizá que abusan de ti, o que no te valoran, pero habla con el Señor.

Quizá Dios está calibrando y formando tu carácter a través de esos procesos, que no son fáciles, pero que Dios usa para formar el carácter de Jesús en nosotros.

Hoy pensaba que si Jesús pasó por la injusticia, por el desierto de la traición, del dolor, como nosotros no vamos a pasar por ahí?.

Pero nosotros tenemos un camino abierto, y la victoria ganada en esa cruz por la que Jesús pasó en nuestro lugar.

El justo pago por los injustos.

Así que confiemos en el Dios que tenemos, cobra ánimo, levanta tu cabeza, no en orgullo sino en fe.

Llora delante de su presencia, y luego sécate las lágrimas y confía en tu Padre que tiene cuidado de ti y que mira mucho más allá de lo que tú mismo puedes ver.

Si estás pasando por aguas tormentosas, y la salida no puedes ver, entonces mira a Cristo, fija tu mirada en El, no hagas como Pedro que camino por las aguas hasta que quito su vista de Jesús y miro por donde caminaba.

Fija tus ojos en Jesus y quitalos de la circunstancia, las aguas no podran contigo si tu confianza esta firme.

Vivimos por fe y no por vista.

Quizá ves todo difícil, a lo mejor estás viendo escases, traición, dolor o injusticia en algo en tu vida, el mundo te atacara y las circunstancias vendrán, pero, El pasara contigo por ahí.

Conclusión:

Tú has sido redimido y comprado por la sangre de Jesús en esa cruz en la que pago el precio por tu vida.

Por lo tanto no estas ni estarás solo en nada de lo que te toque atravesar mientras estemos en este mundo.

Ponte en sus manos, refúgiate en sus brazos y si estas débil, su fortaleza es la que te levanta.

Si estas debil o triste o te sientes golpeado por muchas cosas que suceden en tu vida, acercate a Jesus, El te levantara y te acompañara.

Si aún no has conocido a este Dios del que te hablo, acéptalo en tu corazón y dale un lugar para que la esperanza que hoy no tienes pueda inundar tu corazón, dile conmigo:

“Señor Jesús, te pido perdones mis pecados, yo abro mi corazón, entra en él y anota mi nombre en el libro de la vida, ayúdame desde hoy a conocerte más, en el nombre de Jesús, Amen”.

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Job 1:20-21. Dios es bueno.

Dios es bueno en todo tiempo, en tiempos de abundancia o escases, en tiempos de bonanza o en tormentas, El nunca deja de ser bueno.

20 Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró,

21 y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.

Contexto.

Déjame ponerte por encima en contexto para que entiendas este versículo, Job era un hombre  recto, quien amaba a Dios, y era fiel.

Pero un día, cuenta la biblia que Satanás toca sus riquezas, y pierde todo, y no solo eso, sus hijos mueren, todo aquello que podría decirse que representaba su estabilidad económica y emocional desaparece.

Más la biblia nos cuenta que Job, se postro en tierra y adoro! y no dejo de alabar al Señor, porque por encima de todo lo perdido, Job sabía que Dios es bueno en todo tiempo.

Lo adoramos en todo tiempo, momento o circunstancia porque El es bueno.

No adoramos según el momento.

La alabanza y la adoración a nuestro Dios, no se la damos solo cuando las cosas van bien, porque es muy fácil alabar a Dios en los momentos buenos, la verdadera ofrenda de alabanza y adoración es cuando las cosas se ponen mal y tú adoras al rey de reyes.

Más adelante la esposa de Job le recrimina que adora a Dios aun cuando no le ha quedado nada, pero él le contesta, entonces solo recibiremos lo bueno, pero lo malo no?

A pesar de lo que estás viviendo Dios sigue siendo bueno.

Lo que estás viviendo no es tu final, es solo un obstáculo en el camino, este que relatamos no fue el final de Job, y no será el tuyo.

Si lees la biblia de tapa a tapa veras que ninguno de los grandes siervos de Dios la pasaron siempre bien, hubo todo tipo de momentos, desde Abraham, Jacob, Job, David hasta el mismo Jesús, pero hay una promesa que es la que alumbra nuestra vida.

En Juan 16:33 Jesús nos ha dicho: Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

Significa que los buenos y los malos momentos serán algo que no es posible no pasar, todos viviremos estas cosas porque estamos en un mundo lleno de muchas cosas, pero la victoria es de aquellos que confiamos en nuestro salvador.

Tu final será bueno, porque Dios es bueno, y no importa cuánto el Diablo amenaza ni todo lo que quiera cacarear, la última palabra le pertenece a quien es el principio y fin, al alfa y la omega.

El final es de quien te dice a través de Isaías 41:13, “no temas, yo te ayudo” y punto.

Ese punto significa que creemos que declaramos que nuestra confianza no está puesta en lo que dice alguien, ni nuestra mirada no está enfocada en lo que vemos sino en el que nos ha pasado de muerte a vida.

Aun lo muerto, vive.

Cuando mandaron a llamar a Jesús, porque Lázaro agonizaba, Jesús no salió corriendo, sino que se tomó su tiempo, Lázaro y su familia pasaron por ese momento duro.

No es que Jesús les ahorro pasar por allí, porque la vida misma no es así, todos pasaremos por ese tipo de momentos, y ellos no eran la excepción, pero, la voluntad de Dios era que Lázaro viviera a pesar de lo que la muerte misma dijera.

Porque el único dueño de la vida de Lázaro era el Señor, y el dueño de tu vida es El.

No hay nada que se resista a la voz del Señor, ni aun la misma muerte, clama y confia en El, porque toda puerta se abre por fe!.

Cuando Jesús llega a la escena se encuentra a una Marta y a María, angustiadas, y era lógico, su hermano había muerto, pero, Jesús les “yo soy la resurrección y la vida”.

Juan 11:43, Jesús se para frente a la tumba de Lázaro y dice:

 43 Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: !!Lázaro, ven fuera!

44 Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.

Yo no sé qué es lo que está pasando en tu vida, quizá perdiste a alguien, o tu familia está mal, o económicamente estas mal, pero, Dios es bueno, y conoce tu dolor.

Rinde tu corazón a Él, agradécele aun en tiempos adversos, porque nada toca más el corazón del Señor que un hijo agradecido aun en tiempos de dificultad.

Adórale porque se lo merece.

Él puede cambiar con una sola palabra todo a tu alrededor, pero Dios moldeara tu carácter a través de lo que vives, El sacara la mejor versión de ti si te dejas enseñar y en vez de enojarte por lo que te toca, le pides aprender de lo que vives.

Y no solo te enseñara sino que te acompañara y fortalecerá en el proceso.

Daniel no fue librado de ir al foso de los leones, pero si fue protegido que ninguno de ellos lo tocara.

Sadrac, Mesac y AbegNego pasaron por el horno de fuego, pero ahí estuvo el Señor con ellos, salieron y ni siquiera olían a humo.

El secreto es que entiendas que a los que Dios aman, todo les ayuda a bien.

Tu fe será fortalecida en medio de la tormenta, y si en medio de ella le buscas el amor de Dios te abrazara tan fuerte como nunca te han abrazado.

Cree y veras la gloria de Dios.

El actúa de maneras que ni tu comprensión ni la mía podrían imaginar, él nos mantiene en el desierto, y ni un solo cabello cae de nuestra cabeza sin que Dios lo sepa dice la palabra.

Por tanto no desfallezcas, fortalécete y declara la bondad de Dios, porque Él te ama, y es bueno.

No te dejara caer.

Conclusión:

Si estas débil, ponte sobre tus rodillas y búscalo, fortalécete en El, y no prestes oído a lo que el enemigo dice de ti, más bien, oye lo que Dios tiene que decir de ti.

Porque Él no te dejara caído, te levantara, porque es bueno, porque te ama en todo tiempo, te ama cuando le das la espalda y cuando lo ves de frente.

Jamás ha dejado de amarte ni dejara de hacerlo, siempre esta con los brazos abiertos para recibirte, aun cuando somos infieles, Él es fiel.

Si nunca lo has recibido te invito a hacerlo hoy, dile conmigo:

“Señor Jesús, te abro mi corazón, entra en El, perdóname y límpiame de todo pecado y ayúdame a conocer tu corazón y tu bondad, en el nombre de Jesús, Amen”.

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Éxodo 4:1-4. Que tienes en tu mano?

Que es lo que tienes en tu mano, tú que me estás leyendo y no me refiero a lo que sostienes, sino a lo que tienes en tu haber y que puedes usar para bendición tuya y de los que te rodean y a veces no vemos.

4  Entonces Moisés respondió diciendo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No te ha aparecido Jehová.

Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara.

Él le dijo: Échala en tierra. Y él la echó en tierra, y se hizo una culebra; y Moisés huía de ella.

Entonces dijo Jehová a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se volvió vara en su mano.

No se cual es tu desafio, pero si se que todos tenemos algo que podemos usar para generar el milagro, pon tu fe en marcha y usala como la llave que abre todas las puertas.

Dios usa hasta lo insignificante.

Una vara puede convertirse en un arma en las manos de un hijo de Dios, y no precisamente para golpear a nadie, sino más bien para generar el milagro, lo que tú ves como insignificante, Dios lo mira como herramienta.

Y por supuesto esto que te digo es un símbolo de aquellas cosas que tú sabes hacer o en las cuales te destacas pero no les das la debida atención.

Moisés tenía un desafío y era liberar a su pueblo de Faraón, pero por un lado, debía convencer a Faraón de dejarlos ir, y no sabía cómo hacerlo, y de algún modo ese pueblo debía ver que podían confiar.

Entonces es cuando Moisés le dice al Señor, en un lenguaje más coloquial le dice “como hago!!”.

Tienes necesidad de algo que no puedes alcanzar aun?.

Quizá estas luchando económicamente y no logras levantar cabeza, o tantas otras cosas que nos pueden estar pasando, en pandemia puedes haberte quedado sin trabajo, pero seguro eres hábil en algo.

A veces las crisis son una oportunidad para algo mejor, algo que no harías o usarías habitualmente, pero cuando Dios permite una prueba, siempre, nos da la salida, el tema es que nuestra vista se alargue.

Mira las herramientas que tienes delante de ti, quiza sean como la de esta imagen o quiza muy distintas, pero en eso que te destacas, eso usara Dios para llevarte mas alla.

Observa tu vida y haz una lista de cosas que sean tu fuerte, y tus debilidades y preséntaselas a Dios, y de seguro encontraras allí la vara que usaras para salir adelante.

Quizá descubras una fortaleza en ti, un amor y una habilidad a la que no le prestas atención y que puede ser la vara que Dios use en tu favor.

La realidad que intimida.

Un poco más adelante en la historia de Moisés lo encontramos, que pudo sacar a su pueblo, pero, en determinado momento de su camino, se encuentra con un obstáculo más grande de lo imaginable, un mar.

Un mar que intimida, nada es más grande que eso, y ese mar puede ser el símbolo de lo que hoy tienes por delante que crees que no puedes traspasar.

Y por supuesto, Moisés hizo lo que muchos haríamos, decirle a Dios en nuestras palabras seria “y ahora qué hago?, aquí sí que nos acaban! así a veces nos acercamos a Dios.

Pero, el Señor le dijo, porque clamas a mi así?, que tienes en tu mano?

No significa que no debemos clamar a Él, porque siempre debemos acudir al Señor, pero, lo que Dios le estaba diciendo es: Moisés ya te dije como pasar, sigues sin verlo, usa lo que tienes en la mano, por fe, lo imposible será posible.

Éxodo 14:14-16: 14 Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.

15 Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen.

16 Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco.

Si yo hubiera sido Moisés, creo que mi cara hubiera sido reflejo de mi pensamiento, y este hubiera sido: “es broma que con esta vara voy a abrir un mar”.

Pero no era la vara, era la fe y la confianza en un Dios poderoso, como herramienta usada para alcanzar lo que Dios tenia para ellos, y del mismo modo es con nosotros.

Si tienes por delante un obstáculo que sientes como un mar tan grande que es imposible sortearlo, recuerda que eres hijo del Dios que hace posible lo imposible, y que es el dueño de ese mar, por tanto, recurre a Él.

Pregúntale que puedes hacer con lo que tienes en la mano, para prosperar, para salir adelante, para sacar a tu familia a flote, no temas, si tú eres fiel a Él, el Señor no te soltara de la mano.

Escribe tus sueños, tus fortalezas y tus debilidades, y presentate ante el Señor, dile, esto soy, esto tengo, pero en ti soy mas que vencedor.

Vivir el cristianismo como un estilo de vida.

A veces pensamos que ser cristiano es solo ir a la iglesia, de vez en cuando hablarle a alguien del Señor, leer la biblia y orar.

Pero es mucho más, es poner la fe en acción, es todos los días vivir en lo sobrenatural de Dios, y un constante ejercicio de la fe.

Por eso dice Santiago en el nuevo testamento, que la fe sin obras es muerta.

No somos salvos por obras, pero la fe si debe tener obras, ponla en ejercicio, que no sea solo algo que dices tener, sino que la pongas a trabajar, tienes una vara en tu mano que quizá no estas usando.

Usa esa vara, y Dios te respaldara, esa habilidad que no veías, esa fortaleza a la que nunca le diste importancia, son regalos que Dios nos da a cada uno con los cuales podemos sorprendernos.

Conclusión:

Si estás pasando por un momento difícil, un momento en el cual no ves la salida, quizá lo que no estás viendo es lo que tienes en tu mano.

Y lo que sea que simbolice esa vara, ponlo delante de Dios, que El abrirá camino.

Aquel niño que tenía dos panes y cinco peses los presento delante de Jesús, y a él no se le paso por la cabeza el razonamiento de que “son 5 mil personas, no hará nada con esto”.

Él le presento al Señor esos dos panes y cinco peses sabiendo que el Señor haría lo imposible, es la fe de un niño, y esa debe ser nuestra fe, creerle a nuestro Padre sin dudas.

Busca la dirección de Dios para tu vida y Él te guiara a verdes pastos como el mejor de los pastores.

Si nunca le has abierto tu corazón a Jesús, te invito a hacerlo hoy, dile conmigo:

“Señor Jesús, te abro mi corazón, entra en él, perdóname y límpiame y hazme una nueva persona, ayúdame a conocerte más cada día, en el nombre de Jesús, Amen.

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Salmos 27:1. A quien temeremos?

A quien temeremos si el Señor es quien nos guarda y nos defiende?, ese es el tema de este artículo y con el que quiero que meditemos juntos.

27  Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?
    Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?

De quien o a que le tienes temor en esta etapa de tu vida?.

Muchas veces no nos damos cuenta, y nos olvidamos el Dios grande y fuerte que tenemos, y muy comúnmente le tememos a situaciones, o personas o aún hay quienes le temen a lo desconocido, y eso sucede cuando no nos damos cuenta aun de quienes somos en Cristo.

En este Salmo que es precioso, David cantaba acerca de su confianza en Dios, te invito a leerlo completo en tu biblia, hablaba acerca de que cuando se había visto cercado Dios lo protegía.

Nosotros en nuestra vida diaria nos vemos cercados comúnmente, en diferentes áreas, en la económica algunos, cercados por las deudas, a veces olvidando que Dios es nuestro proveedor si nosotros somos obedientes a su palabra.

Cuantas cosas vienen a intentar amedrentarnos y llenarnos de temor.

Muchas cosas vendran a meternos miedo, pero, 1 Juan 4:4 dice: «Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo».

A veces estamos cercados por el temor a ver a nuestros hijos en pecado, o que pierdan su salvación, o quizá temor a una enfermedad, o a la soledad.

Tantas cosas pueden estar queriendo hacerte temer, incluso miedo a lo que no conocemos, a lo que no se puede ver, situaciones a veces podríamos decir “sobrenaturales” que nos infunden temor.

Pero hoy tengo una buena noticia para ti.

Dios es más grande que todo eso, fuerte, poderoso, invencible, y Jesús en la cruz del calvario nos dio la victoria, por tanto, si has entregado tu corazón a Jesús, tu puedes poner todo eso bajo tus pies en el nombre de Jesús y saber que tu Padre celestial te guarda si clamas a Él.

Pero para saber y confiar hay que conocerlo, si tú eres de los creyentes que pocas veces ora, o que pocas veces lee la palabra, que no oyes tampoco palabra de Dios, o que directamente aun no conoces en profundidad quien es Dios o como se manifiesta no puedes confiar.

Porque confiamos en aquello que conocemos, David conocía a su Señor, sabia en quien creía y que no lo soltaba de la mano, viniera la situación que viniera, la atravesaba con el Señor.

1 Juan 4:4 dice: Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

Tomemos conciencia que el Espíritu Santo esta en nosotros, en aquellos que hemos recibido y declarado que Jesús es nuestro Señor y lo hemos recibido, y si aún no lo has hecho hoy es el día.

Más grande es el que habita dentro de nosotros que cualquier  situación u oscuridad que pueda amenazarnos.

Filipenses 1:21 dice Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.

Esto decía Pablo, el también había conocido a Jesús, y sabía que nada era mayor que El, fuera lo que fuera, en este versículo te está hablando un hombre que escribía esto aún desde la cárcel.

Pablo era un Apóstol, un hombre redimido y perdonado por el Señor, que dedicaba su vida a llevar el evangelio, y en este trayecto, había sido apedreado, golpeado, encarcelado, su vida no era fácil, pero sus fuerzas venían de su fe en Jesús.

Hay que conocer su palabra para confiar, Oseas 4:6 dice: «Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento». No seas de esos, preparate, lee, ora, fortalecete en tu Dios.

El miedo se va cuando lo conocemos.

Una vez que realmente comienzas a conocer a Dios en su plenitud, comienzas a amarlo y abres los ojos a que lo que vivimos en esta tierra es pasajero, pero, hay una gloria mayor a su lado, por tanto ya no hay miedo.

Los que le temían a la muerte, dejan de temerle porque sabemos que cuando cerremos los ojos aquí los abriremos en el cielo, sea cual fuera el temor que nos agobiaba comenzamos a verlo en su real dimensión.

El enemigo desde niños nos mete miedo, en las noches, a la oscuridad, lo vemos quizá en nuestros hijos, por eso es tan importante darles a ellos a conocer que Dios tienen y como El los defiende y guarda.

No significa esto que no nos pasara nada malo.

Estamos en el mundo, caminamos en esta tierra, y en esta tierra suceden cosas, porque el que gobierna el mundo es enemigo de los creyentes, pero, sabemos que quizá pueda en alguna cosa hacernos tambalear, pero jamás caer.

Y si te caes, tienes un Dios bueno, que te levanta, fortalece y no te suelta.

Te diré algo de parte del Señor porque lo he sentido en mi espíritu.

No temas del diablo, más bien recuerda que él debe tener temor de ti.

El salmo 91:5-7 dice:

No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,

Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya.

Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará.

Nada nos debe dar temor.

No sirve que dejes tu biblia abierta en el salmo 91, sirve que lo conozcas para que puedas confiar en Él y darte cuenta que el enemigo es un perro que ladra pero que se debe arrodillar delante del Señor.

Conclusión:

Comienza a conocer la dimensión de tu Dios, para mirar en perspectiva tus problemas y darte cuenta que no hay ningún dolor que pueda llegar a tu vida que Dios no pueda sanar.

Lo unico que necesitas es mirar al cielo, abrir tu corazon y recibir de El.

Si aún no conoces en profundidad al Dios del que te hablo o jamás le abriste el corazón a Jesús, puedes hacerlo hoy con una simple oración conmigo.

Dile “Señor Jesús, te abro mi corazón, entra en mí y límpiame de todo pecado, perdóname y enséñame a conocerte, pongo mi vida en tus manos, en el nombre de Jesús, Amen”.

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Isaías 41:8-10. Volver a Jesús.

Volver a Jesús, tiene por título este artículo, que está basado ni más ni menos que en mi testimonio con el Señor, un testimonio que espero que sea de bendición para tu vida y si has pasado por algo similar puedas volver a Jesús.

Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo.

Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché.

10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Promesas de Dios.

Ora y busca al Dios que te ama y esta dispuesto a recibirte hoy y cada dia , sin importar tu condicion o lo que hayas hecho, el te ama.

Todos, sin excepciones, en algún momento recibimos una palabra de parte de Dios, una promesa que marcara nuestra vida y nunca la olvidaremos.

A veces es una promesa que se cumplirá enseguida, otras, pueden ser promesas que se harán realidad en otro tiempo.

Yo recibí esta palabra en Isaías a la edad 15 años, cuando en un viaje a Argentina recibí a Cristo, al irme a vivir con mi padre, ya que mis papas se divorciaron a mi corta edad de 3 años.

Mi infancia no fue fácil, mis padres rehicieron sus vidas, cada uno armo su propia familia, y yo quede en medio de esas dos familias sin saber cuál realmente era la mía, cual era mi lugar, un lugar que no encontraba y en su lugar había rechazo.

El rechazo.

Y seguramente tu que me estás leyendo alguna vez hayas sufrido rechazo, y el mismo marca nuestra vida, nuestro comportamiento y por consecuencia todas nuestras relaciones.

Por tanto si estas en una situación como esa, y jamás has sentido el abrazo, la seguridad que te da tener tu lugar y la protección que todo niño merece tener, hay salida y sanidad para esa herida.

En la vida muchas cosas marcan nuestra forma de ser, el tiempo se nos hace eterno y a veces malgastamos nuestra vida lejos de Dios, pero, El nos sana cuando le buscamos de corazon y nos devuelve todo lo que podamos haber perdido en el camino.

No me explayare demasiado en ese tiempo de mi vida, pero si cabe contar que fue muy complicada, un padrastro que no me quería y un padre que se había ido lejos con su nueva familia, de modo que fui a vivir con una tía.

Darte hoy mi testimonio es alentarte a que no importa cuál es tu situación, hay esperanza en Cristo, y este pasaje de Isaías se cumplió en mi vida, más adelante en la lectura lo veras, así como también las promesas de Dios se cumplirán en ti.

Conocer a Jesús en medio de un corto tiempo de viaje en Argentina, marco mi vida y mi destino, porque aunque no me afirme y en mi inmadurez no entendí mucho, si pase a ser una hija de Dios y por fin había un padre para mí.

Hay un Padre para ti.

No sé cómo fue tu infancia, si has crecido sin papa, o puede ser sin mama, no eres huérfano si le abres tu corazón a Jesús, estarás más abrigado que nunca entre los brazos poderosos de un Padre que jamás abandona.

Nosotros somos infieles, El no, nosotros nos alejamos, pero El jamás se aleja.

Pasaron los años, comence a servir en una iglesia pero sin sanidad en mi corazón, deseosa de una familia que jamás había tenido así que apure los tiempos y no me  deje guiar por Dios y me case con alguien que no estaba en los planes de Dios para mí.

Es que a veces podemos ir a una iglesia, y aun servir pero, sin estar realmente sanos, sin rendir rincones oscuros en nuestro corazón.

Por eso es tan importante abrir el corazón hasta en los más pequeños detalles, y dejar que Dios se meta más profundo, sin reservas.

Para resumir lo que vino después, hubo abusos, el tenía problemas con el alcohol, yo claramente me aleje del Señor, y vino el divorcio.

Pasaron casi 20 años para que junto a dos hijos y un montón de pérdidas materiales, y con más heridas emocionales, pudiera volver a Jesús.

Volver a Jesús, depende de una decisión.

Un día tuve que decidir, si continuaba por mi propio camino, luchando sin descanso sin que nada me saliera y buscando llenar mi vacío con alguien a mi lado, o, recordaba aquella palabra que un día había impactado mi corazón y abrí mi corazón.

Solo puedo decirte que obviamente decidí volver a Jesús, y desde ese momento hasta acá, fue un proceso de sanar heridas, perdonar, perdonarme, reprogramar mi cabeza y mis costumbres y conocer en profundidad a aquel que te dice  “no temas yo te ayudo”.

No importa cuan lejos te hayas ido, alli Dios te alcanza y espera que decidas volver, solo tienes que dar un paso y decir si.

Todos tenemos un momento donde debemos reaccionar y decirle si a Dios y en ese momento Él te regresa al punto de salida y tienes una nueva oportunidad.

El hijo prodigo de Lucas 15:11-32, léelo en tu biblia, dice que hubo en momento donde el “volvió en sí”, o sea que reacciono y recordó lo que tenía junto a su padre.

“De tierras lejanas te llame”.

Cuál es la tierra en la que estas, y desde donde el Señor te está llamando?

Cuando a los 15 años coincidió que estaba en Argentina, yo vivo en Uruguay, y recibí esta palabra, creí que se trataba de esto, pero no, porque a veces las tierras lejanas no son físicas, sino espirituales.

Yo estaba muy lejos de Dios, muy lejos de quien me había hecho hija, de quien me había escogido y tenía propósitos para mí, pero el Señor jamás te olvida, nunca te deshecha.

Puede pasar años, en mi caso, casi 20, cuanto tiempo hace que quizá ignoras a Dios?

O a lo mejor estas yendo a una iglesia local, pero, hay heridas sin sanar en tu corazón porque a pesar de congregarte hay cosas que aún no has entregado.

Hoy mi corazón esta restaurado, mi relación vertical con Dios está sana y mi relación horizontal con aquellos que me rodean está sana.

El hace nuevas todas las cosas, así como lo hizo conmigo quiere hacerlo contigo, no seas indiferente a su llamado.

Si alguna vez abriste tu corazón y te hiciste su hijo/a, Dios no te deshecho por lejos que te hayas ido y por muy terrible que sean hoy tus pecados.

El hombre condena, pero Dios perdona y restaura.

Dios está en el negocio de recibirte siempre, y de sacar tu mejor versión, estas a un paso de eso, solo depende de una decisión.

Por supuesto que hay un momento de inflexión donde no podemos continuar en el mismo sendero, porque la obra de Dios puede hacerse presente en tu vida cuando decides ya no caminar por donde caminabas sino que te das vuelta.

Arrepentirse es eso, pegar la vuelta.

Date la vuelta, todos hemos sido hijos pródigos en algún momento, todos hemos fallado, en mayor o menor medida, el Apóstol Pedro lo hizo, David lo hizo, y tantos otros personajes en la biblia pero, todos en algún instante decidieron arrepentirse.

Hay promesas para ti.

Dios te dice, yo no te he desechado, no temas, acércate porque estoy dispuesto a ayudarte.

Si oyes la voz de Dios llamandote ahora, y respondes, la palabra que ha dicho para tu vida se cumplira porque Dios no es hombre para prometer y no cumplir, nosotros fallamos, El no.

Vuelve , porque no hay mejor lugar para ti y para los tuyos, vuelve a su regazo, a su proteccion y busca su voz, El es el buen pastor, y sus ovejas oyen su voz dice la palabra.

Conclusión:

Isaías 41:8 en adelante se hizo carne en mi vida, y es mi oración que se haga carne en la tuya, el Señor desea ayudarte, sostenerte, atraerte con sus cuerdas de amor, desde esas lejanas tierras por dónde has transitado.

Hay oportunidades en Jesús, El murió por cada uno de nosotros, derramo su sangre para limpiar todos nuestros pecados, Jesús no es un lindo cuento, Él es nuestro salvador.

Cuando Jesús entra, hay sanidad, no solo física, sino sobre todo interior, tus heridas son curadas, y si nunca te sentiste amado, Él te ama.

No importa como estés, así como estas, te recibe, te ha guardado aun sin que lo supieras y te sacara adelante, porque nosotros en nuestra humanidad no podemos, pero El Dios que todo lo puede lo hará.

Vuelve a Jesús, no hay mejor lugar, no te dejes robar más la paz, la salvación y la bendición de una vida limpia y sana, toma tu decisión.

Abre tu corazón, si nunca lo hiciste te invito a hacerlo juntos, y si te has alejado, es tu momento de restauración.

Dile conmigo “Señor Jesús, te abro mi corazón, perdona mis pecados, acéptame como tu hijo/a, y si te falle, perdóname Señor y ayúdame, busco tu rostro, en el nombre de Jesús, Amen”.

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Salmos 34:7-8. Él nos defiende.

Él nos defiende, ese es el mensaje que traigo para ti en este artículo, a través de este pasaje del Salmo 34.

El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen,
Y los defiende.

Gustad, y ved que es bueno Jehová;
Dichoso el hombre que confía en él.

Resiste el temor, confía en El.

Aunque a veces vienen momentos que nos asustan, nuestra confianza esta en El, no temas, El no te dejara.

Es muy claro y directo el Señor cuando nos dice que a nada debemos temer, porque Él nos defiende, Él es bueno, y cuando lo conocemos sabemos que podemos dejarnos caer en sus brazos.

Quiero ilustrarte esto con una experiencia personal, una noche me sentía intranquila, pocas veces me tocaba estar sola en la casa en la noche, y por alguna razón no estaba descansando bien.

A cuantos de nosotros nos ha pasado algo por el estilo, creo que a todos en mayor o menor medida alguna vez sentimos como cierto temor que nos invade, ya sea a la soledad, a la oscuridad o tantas cosas que vienen a nuestra mente cuando estamos un poco vulnerables.

Pero, el Espíritu Santo, nunca duerme, y siempre nos habla, y trajo a mi mente esa palabra que me alentó y me dio la seguridad de que no hay nada a lo que yo deba temer porque aunque creo que estoy sola, en realidad no lo estoy.

Él nunca nos deja.

El Señor como poderoso gigante y el mejor de los padres, siempre esta y nunca nos deja, Él siempre sabe lo que nos sucede, pensamos o sentimos y cuando lo llamamos se hace presente.

Pero hay un principio que no puedes desconocer.

Cuando tú te sometes a Dios primeramente, dice la palabra que es entonces cuando puedes resistir al enemigo y huira de ti.

Santiago 4:7 dice Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.

Y como la palabra jamás se contradice, tanto este pasaje del Salmo, como acabamos leer en Santiago 4, siempre el secreto es primero estar bajo la cobertura del Señor.

Y como estamos bajo la cobertura?

Sometiéndonos diariamente al Señor, reconociéndolo en todas las áreas de nuestra vida, y que nuestro temor sea El.

Reconocelo en todos tus caminos, que El sea tu temor, por encima de cualquier cosa, estas escondido en su mano.

Si tienes temor de Dios, entonces ahí estas cumpliendo este principio.

Que es temer a Dios?.

No significa tenerle miedo, ni tampoco hacer cosas o seguirlo por miedo a ningún tipo de juicio, eso no es temer a Dios, y son acciones que realmente no tienen ningún beneficio.

Cuando la palabra de Dios habla acerca de tener temor de Dios, no habla de miedo, está hablando de respeto, se refiere al lugar y la posición en la que tengo a Dios en mi vida.

Se refiere al lugar que ocupa en mi corazón y mente, por esta causa y porque Él es lo primero para mí, dependo de El en todo.

Y entonces sé que estoy esculpido en su mano, que mi vida es suya, y no me soltara jamás.

Dios todo lo ve.

Sé que nunca me voy de su vista, y que nada de lo que me suceda le es ajeno.

Nuestra vida está escondida en El, conoce todos nuestros movimientos y nada de lo que me pasa se le sale de control, entonces podemos saber que nuestra vida, solo nos la da, y nos la quita El.

El enemigo no tiene poder sobre aquellos hijos de Dios que tenemos al Señor en primer lugar.

Ningún temor puede quitarte el sueño, si tienes a Dios de tu lado y te pones diariamente debajo de su cobertura, echa fuera el temor.

Del cielo viene nuestro socorro, nuestro pronto auxilio en toda situacion.

Somos humanos.

Todos tenemos momentos en nuestra humanidad en los cuales el temor nos ronda y el enemigo aprovecha a querer meternos miedo, nos ronda, pero no puede tocarnos.

Hay situaciones o viejos temores que quizá siempre nos molestaron, cosas o debilidades que por momentos pueden venir a molestarnos.

Por ejemplo, de niña me asustaba la oscuridad, aun hoy no me gusta, pero sé que mayor es el que está conmigo que el que está en el mundo.

Quiza sientes que eres muy pequeño frente a una situacion tan grande y temible, pero, recuerda, mayor es el que esta contigo que el que esta contra ti.

Un conocido pastor diría, “el ángel de Dios acampa alrededor de los que le temen y los defiende” y agregaría “y se acabó”.

No hay lugar a dudas.

La palabra es clara, y las promesas de Dios son fieles, Él no dice una cosa y hace otra como los seres humanos.

Si hoy te sientes temeroso de cosas que vienen a tu mente, o a situaciones de las que no sabes cómo salir, quizá estas sin trabajo, o a lo mejor durante la pandemia has perdido seres amados y no sabes cómo seguir adelante.

Yo te animo a que confíes en ese Dios maravilloso del que te hablo y que te ama profundamente, como nunca nadie te ha amado.

Conclusión:

Si hoy estas en alguna encrucijada en la vida y decides que tu temor principal sea El, y que el único Dios al que adoraras sea El, te puedo asegurar que tu historia cambiara.

Todos los que hoy le gritamos al mundo que la única salida es Jesús, somos personas que en algún momento también vivíamos empujados por nuestras emociones humanas y también sabemos lo que es vivir situaciones de desesperanza.

Pero un día decidimos seguir a Cristo y conocer a ese Dios del que alguna vez oímos hablar, pero no un Dios que cuelga en una cruz, sino en ese que estuvo en esa cruz pero se levantó, tuvo la victoria y esa victoria también es nuestra por El.

Si nunca lo hiciste entrégale tu corazón a Jesús, y permítele obrar un cambio en tu vida, dale una oportunidad a quien te está llamando por tu nombre hoy.

Dile conmigo, “Señor Jesús, te entrego mi corazón y mi vida, entra en ella y cámbiame, ayúdame a conocerte más y guía mis pasos, anota mi nombre en el libro de la vida, en el nombre de Jesús, Amen”.

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