Mateo 2:9-11. La verdadera Navidad.

La verdadera Navidad es cuando comprendemos el significado de este día y cuando el pesebre de tu corazón está ocupado por Jesús.

Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.

10 Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo.

11 Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.

Una estrella los guio, asi como hoy el Espiritu Santo te guia hacia Jesus.

Al entrar vieron al niño.

Una estrella guio a estos sabios hasta Jesús, y no tuvieron dudas en seguirla hasta tener ese encuentro con Cristo que los llevo a adorar a ese niño que encontraron envuelto en pañales en un humilde pesebre.

Cuando tienes un encuentro con Jesús, su sola presencia te lleva a adorarle.

Esa noche fue la noche en la que nuestra salvación había llegado.

Navidad con Jesús.

La Navidad de muchas personas que festejan este día, un enorme porcentaje conocen lo que significa, y que es lo que se recuerda, pero, otras cosas han suplantado la esencia de esta noche, y entonces los vemos corriendo detrás de regalos y comida.

Para otros en cambio, para aquellos que hemos tenido ese encuentro con Jesús, es el día en el que celebramos a Cristo y le agradecemos por el regalo de su venida a esta tierra por nosotros.

Ten hoy una feliz Navidad celebrandolo y sabiendo que El es el motivo de esta noche.

Cuál de los dos eres tú?

Anoche meditaba acerca de esto, y me encontré de pronto viendo el cielo en una fresca y hermosa noche, diciéndole “Señor te celebro”.

No sé cómo es tu caso, quizá tienes la bendición de poder compartir tu fe entre tu familia y con aquellos con quienes vas a pasar, y quizá en esa comunión puedas compartir esa alabanza y celebrarlo, o quizá no sea así.

Pero sea como sea que pases hoy, así sea que estés solo en tu fe, o acompañado en la misma, festeja este día, que marcó un antes y un después en la historia de la humanidad, el día en el que el cielo descendió.

Como no adorar y honrar a quien ha decidido dejar su trono y su gloria, para nacer entre nosotros como uno más, tuvo necesidades, corrió como cualquier niño, siendo Dios, y todo hasta llegar a esa cruz que fue nuestra salvación.

Porque esa cruz significo la muerte para el pecado, y la vida para nosotros.

Al brindar hoy, recuerda darle gracias, y abre tu corazon, para que la verdadera escencia de la Navidad llene tu vida.

Jesús vino por ti y por mí.

Por justos y pecadores, por buenos y malos, por sabios o ignorantes, El no hace acepción de personas, no te califica como bueno o malo, se dio a si mismo por ti, y te dio el mejor de los regalos.

No sé si hoy recibirás un regalo, pero, hace más de dos mil años recibiste uno, y grande, se llama Jesús.

Ese Jesús que te conoce aún desde el vientre de tu madre, que sabe de tus alegrías y de tus tristezas, y que conoce hasta lo más íntimo de tu ser.

Ojala puedas hoy celebrar ese nacimiento, porque el ser humano no tenía esperanza de un buen futuro hasta que ese niño nació.

El motivo de la Navidad se llama Jesús, y si tu festejo esta en otras cosas, vuelve a la esencia de esta noche, porque nada hay mejor que tu corazón reciba a Jesús y el pesebre de tu vida este lleno.

Conclusión:

Disfruta esta noche con los seres que amas, quizá en estos difíciles tiempos en los que vivimos has perdido a un ser amado que hoy no estará, o quizá haya escases en tu casa y el festejo será humilde.

Pero recuerda que no hubo un hotel ni un sanatorio para Jesús, y que el más importante de los nacimientos, se dio lugar en un humilde lugar rodeado de animales, porque no se trata de cuanto tenemos sino a quien tenemos.

Jesús fue adorado por todos aquellos a quienes se les anuncio su nacimiento aquella noche, y hoy es adorado por millones que proclamamos su amor y su misericordia.

Hoy celebro a mi Jesús, quien me dio la oportunidad de volver mi prodigo corazón a su regazo, a quien cambio mi lamento en baile y dibujo en mí una sonrisa.

Celebro a Jesús, quien me dio esperanza, el que cambio mi dolor por alegría, mi soledad en abrazos, y mi vacío en una llenura que solo viene del cielo.

Hoy te invito a mirar al cielo, a agradecerle que se negara a sí mismo y venir por nosotros, al Padre que entrego el tesoro del cielo por cada uno de nosotros, y abre tu corazón para que nazca en tu vida una nueva esperanza.

Dile conmigo “Señor Jesús, te doy el trono de mi corazón, entra hoy, perdóname y límpiame y ayúdame a conocerte, gracias por lo que hiciste por nosotros, en el nombre de Jesús, Amen”.

El cielo descendio por ti hace mas de dos mil años, asi que eres valioso y tuviste ya el mejor de los regalos por lo tanto, te deseo Feliz Navidad con Jesus!!

Artículos relacionados:

Juan 1:1-13. El hijo de Dios.

El hijo de Dios, el que no se aferró a su trono, sino que se despojó por amor, nació como uno de nosotros y vino a este mundo a salvarnos.

 1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios.

 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.

Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.

Aquella luz habia llegado a nuestro mundo, y hoy le recordamos y festejamos en esta Navidad.

Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. 10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. 11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.

12 Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

El verbo de Dios.

Jesús es el verbo de Dios, el verbo hecho carne, aquel que creo el mundo y todo lo visible e invisible, pero el mundo no lo recibió, no tenía lugar para El, pero tanto fue el amor de Dios por la humanidad que envió el tesoro del cielo por nosotros.

Estamos próximos a la navidad, un momento en el que recordamos ese nacimiento que se traduce en esperanza para aquellos que hemos creído y lo hemos aceptado.

Hemos sido hechos hijos de Dios, no porque hayamos sido engendrados como lo es cualquier ser humano, sino directamente del Señor quien ha querido adoptarnos como hijos a través de Jesús.

Por tanto este día de Navidad, no olvides lo realmente importante en tu lista navideña, y es el agradecimiento y entendimiento del verdadero festejo y festejado, Jesús.

No es por haberlo merecido ni por merecerlo.

Ninguno de nosotros merecíamos que ese tesoro del cielo, dejara su trono y viniera a nacer en un pesebre, en un lugar rodeado de animales porque sus padres no encontraron lugar para hospedarse estando María ya próxima a dar a luz, sin embargo lo hizo por nosotros.

Por la gracia y el amor de Dios y por aquel acto hoy tenemos esperanza, reconciliación con el Padre, y la convicción de que un día cuando cerremos los ojos en esta tierra los abriremos a su lado.

La biblia nos cuenta una historia, que es más que una historia bonita, es una realidad y por ser una realidad nuestra vida y nuestro futuro cambio.

El cielo esta abierto por El y tenemos acceso al Padre, eleva tu mirada al cielo hoy y recibelo.

Siguiendo una estrella.

Estos famosos personajes, hoy día transformados en los reyes magos, fueron guiados por una estrella, estos estudiosos del cielo para aquella época, visibilizaron aquella estrella que simbolizaba el nacimiento del Mesías y que los guiaría hasta El, y allá fueron a adorarle.

Unos humildes pastores que pastoreaban ovejas también fueron avisados y también se apresuraron a dejarse guiar hasta el Salvador.

Y todos ellos formaron un conjunto de personas, que ajenos a lo que pasaba afuera estuvieron junto a Jesús en cuanto nació, y cuenta la biblia que se postraron y adoraron.

Como no adoraremos nosotros?

Nosotros no tuvimos la posibilidad que ellos tuvieron, o que tuvo Juan que fue quien clamaba a viva voz anunciando que la luz del mundo había llegado, pero, la salvación no es por vista, sino por fe.

Aquel nacimiento había cambiado el mundo y había partido la historia de la humanidad en dos hasta el día de hoy y hasta el fin de los tiempos.

Esa luz del mundo nació por ti y por mí, dejo su trono, su comodidad para nacer como un humano más, sintió hambre, sed, necesito ser amamantado y protegido y finalmente murió en una cruz para resucitar al tercer día y darnos salvación.

No sé cómo estás pasando estos días previos a la Navidad, quizá este año hayas perdido seres queridos, o a lo mejor te sientes muy lejos de Dios, pero como un día Juan anunciaba de Jesús, hoy somos muchos los que anunciamos su salvación.

Hoy somos muchos los que te damos testimonio de que cuando Jesús llega a una vida, la transforma, y como no agradecerle, y como no rendirse a su amor.

Vuelvete a su amor y tu vida cambiara.

No importa si no eres perfecto, ni tampoco importan tus debilidades porque Él es nuestro abogado.

Pídele hoy que limpie tu corazón, que te fortalezca en cada debilidad, en cada área frágil, y deja que el verdadero espíritu de la Navidad entre en tu vida.

Navidad no es sinónimo de Santa Claus, ni de regalos ni de comida, rápidamente el mundo confunde y da nuevos significados a todo, y no significa que este mal, comer o dar los regalos, claro que no, pero no perdamos de vista, cual es el festejo.

El mejor regalo fue dado de parte del cielo aquella noche donde Jesus nacio, es el regalo del cielo para ti.

Conclusión:

Hoy el Señor golpea la puerta de tu corazón, hoy Juan no es quien grita que la luz del mundo ha llegado, pero su legado sigue gritándolo.

Sus palabras aún resuenan, y hoy somos millones los que hemos confiado, creído, y le hemos abierto el corazón a ese Jesús, que no quedo en una tumba sino que está vivo y sentado en su trono.

La Navidad es y será el tiempo en el que nuestro corazón debería estar más sensible y deberíamos reflexionar a cuán grande fue su amor inmerecido para que por su venida a esta tierra como un mortal, tengamos esperanza de una vida eterna con El.

Entrégale hoy tu corazón, dile conmigo “Señor Jesús, te abro mi corazón y te pido que entres en él, perdóname y límpiame y enséñame a conocerte, hazme crecer a tu lado, en el nombre de Jesús, Amen”.

Artículos relacionados:

Mateo 16:24-25. Toma tu cruz.

24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.

 25 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.

Que significa esto?.

Jesús les estaba enseñando a sus discípulos, acerca de tomar cada uno lo que les correspondía y seguirlo, les estaba hablando acerca de negarse a sí mismos.

Porque cuando nos abrazamos a nuestra propia vida, podemos llegar a perderla, pero, si morimos a nuestro yo y a nuestra mala manera de vivir, recién ahí podemos comenzar a vivir en Cristo.

En El, todo comienza de nuevo, lo pasado queda atras y somos hechos de nuevo.

Solo comenzamos una vida plena cuando nacemos nuevamente en Jesús.

Muchos creen que la muerte es el fin de todo, pero eso no es así, la muerte es la finalización de una etapa y el comienzo de otra.

Hay quienes dicen que vida hay una sola y hay que vivirla porque no hay nada más, y yo me pregunto, como lo saben?

Porque testigos de que hay mucho más allá de la vida, solo tenemos uno y se llama Jesús, que fue el único que fue y volvió de la muerte.

Por lo tanto a través de la fe en Jesús, sabemos que morir en esta tierra y en este cuerpo no significa que todo ha terminado.

Pero Jesús no se está refiriendo literalmente a la muerte física, sino a la muerte espiritual, la única manera en la que nuestro espíritu cobra vida es cuando se toca con su creador.

Morir para vivir.

Lo que de algún modo podemos entender cuando Jesús dice que si perdemos la vida por su causa entonces la hallaremos, es que si nos negamos a nosotros mismos o a nuestro “yo” egoísta, entonces podremos hallar vida plena.

Que cosas no estamos entregando para seguir a Jesús?.

Quizá es tu carácter, o algún pecado al que no has renunciado, quizá haya alguna relación que sabes que no te hace bien y que al Señor no le agrada pero no la has entregado, quizá es que no quieres postergar algún proyecto por algo que el Señor te está demandando.

Puede ser el orgullo, o la crítica, o la envidia, tantas cosas que pueden estorbar nuestra relación con Dios, a veces lo vemos y otras no nos damos cuenta.

Pero para eso está el Espíritu Santo, para hacernos ver, lo que no vemos.

Si tu caracter esta a flor de piel, si no logras contenerte o si no puedes hacer uso de tu dominio propio, pidele ayuda, se sincero, eso significa que aun «estas muy vivo», escondete en El.

Morir al Yo.

Nuestro yo, se aferra con todas las fuerzas a eso que le gusta tanto, a nuestros egoismos, la puerta que lleva a la perdición es ancha y espaciosa, pero la puerta que lleva a la salvación es angosta, por lo tanto te va a tocar decirte algunos “no”.

Te vas a dar cuenta que tu “yo” está muy presente en ti, cuando rápidamente tengas malas reacciones, cuando no logres controlar tu carácter ante determinadas situaciones.

Por lo tanto crucifica ese carácter, lleva ese carácter a los pies de Cristo y entrégaselo, comienza a hacer el ejercicio de guardar silencio y hablar solo cuando el Espíritu Santo te diga que decir.

Es a diario.

No es algo que podamos vencer de una vez y para siempre, ya que somos pecadores, somos humanos y todos los días deberemos luchar con nuestra voluntad para ser obedientes.

Si hoy lo logras y mañana caes, no te sientas mal, Dios no te deshecha, más bien El mira tu corazón y sabe si en él hay una verdadera lucha, levántate, ve a los pies de la cruz y comienza de nuevo.

Es muy fácil bajarse de esa cruz, muy fácil soltarla, dejarla por ahí, porque pesa, no es cómoda, no es agradable, para Jesús tampoco lo fue.

No sentimos tomar la cruz, no sentimos decirnos que no cuando estamos frente a algo que sabemos que si lo hacemos estaremos yendo hacia una dirección contraria a la que Dios quiere.

Pero no nos guiamos por lo que sentimos, sino por lo que creemos, y creemos en un Dios firme, amoroso, misericordioso y que quiere lo mejor para nosotros, por lo tanto lo obedecemos aunque eso nos implique una incomodidad momentánea.

Jesus llevo esa cruz hasta el final, no la abandono, lo hizo por cada uno de nosotros, nuestra cruz no se asemeja en nada a la suya, por lo tanto tomemos con valentia nuestra cruz y sigamos a Cristo.

Hay una victoria en tomar la cruz.

Quienes veían a Jesús colgando en esa cruz, a ese Jesús que había hecho milagros, que decía ser el hijo de Dios, pero que no se bajaba de esa cruz, pensaban que había sido derrotado.

Incluso algunos imagino que lo miraban con pena, con lastima, o pensaban algo muy malo ha hecho para estar en esa situación.

Pero lo que no entendían era que una gran victoria estaba por suceder, porque El en esa cruz, clavo nuestros errores, pecados, condenas y miserias.

En esa cruz quedaron todas nuestras derrotas, El el cargo sobre si, y cuando murió, y la tierra tembló, el infierno también lo hizo, porque lo que parecía una derrota, era la más grande victoria.

Ese es el Dios que tenemos y a quien seguimos.

El que no se bajó de esa cruz pudiendo hacerlo, sino que pensó en ti, en mí y en millones de millones que hoy tienen la posibilidad de confesar su nombre y ser salvos.

Conclusión:

No te abraces a esos deseos o costumbres que te alejan de Dios, más bien ríndelas, rinde esas cosas con las que te cuesta lidiar y deja que el Señor obre en ti a través del Espíritu Santo.

Él te ama y ha dado su vida para hacerte libre y para que tengas hoy la libertad de elegir seguirlo, tomar tu cruz, negarte a las pasiones de este mundo para vivir la vida plena en Jesús.

Te digo por experiencia propia, yo que alguna vez fui incapaz de negarme a mí misma, pude hacerlo cuando tuve un encuentro personal con Jesús.

Porque una vez que EL te toca, y que lo conoces, no hay nada mejor, un toque de Jesús, no equivale a nada conocido que pueda mencionarte, tu vida cambiara, solo debes soltar esas cosas y entregarte a Él.

Dile conmigo “Señor Jesús, perdóname y limpia mis pecados, anota mi nombre en el libro de la vida, y hazme una nueva persona, ayúdame a tomar mi cruz y a seguirte, en el nombre de Jesús, Amen”.

Artículos relacionados:

Isaías 43:1-2. En todos los momentos.

En todos los momentos está el Señor con aquellos que le aman y le buscan.

43  Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.

Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.

Que promesa tremenda para aquellos que sabemos en que Dios confiamos, antes éramos huérfanos, pero desde que le aceptamos en nuestra vida somos hijos.

Y Él es un Padre bueno y amoroso, y todo lo que viene a nuestra vida está regulado por El.

El no nos deja, vayamos con nuestra angustia o nuestro problema a su presencia, nada esta fuera de su vista y control, y tu estas en sus manos.

En las aguas y en el fuego somos calibrados.

A veces me he preguntado porque me toca pasar por aquello o por lo otro, pero desde que Cristo está en mi vida, hay algo que se, y es que todo lo que viene a la vida de un creyente pasa por el filtro del Señor.

Porque Dios permite algunas cosas que a la vista, podrían ser evitadas, quizá no tenga respuesta, solo El sabrá, pero, lo que sí sabemos es que El pasa con nosotros por esas tormentas.

Veíamos en otros artículos la historia de Sadrac, Mesac y Abed-Nego en el horno de fuego, la historia de Daniel en el foso de los leones, y sin ir más lejos, la historia de Jesús y su pasaje por la cruz.

Esa cruz a la que debemos ir todos los días, y aceptar que no todo será como desearía que fuera, pero será como Dios quiere que sea.

En medio de las aguas tormentosas o en el fuego de la prueba, nuestro carácter es moldeado y calibrado.

Es normal que no disfrutemos esos momentos, claro que a veces desearíamos que el Señor no permitiera que algunos eventos vengan a nosotros, pero todo lo que el enemigo planea para molestarnos, el Señor lo torna para nuestro bien.

Romanos 8: 28 dice: 28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

De una cosa estoy segura, y es que aunque no me evite mi pasar por la tormenta o por el fuego, en cualquier desierto por el que me toque pasar, Él va conmigo, Él va contigo.

Una cosa es caminar solo, hay situaciones que pueden robarnos la esperanza y las ganas de vivir, pero cuando sabemos cuan inmenso es su amor, sabemos que no hay nada que Él no sepa, y que no nos soltara jamás, estamos sostenidos y guardados en El.

No significa esto que no podamos llorar, a veces hasta enojarnos, cual niños pequeños haciendo berrinches, pero vamos a aceptar su voluntad o no?.

Nuestra alabanza a Él, es cuando todo está bien, o en cualquier circunstancia?.

En la alegria y en la tristeza, en la bendicion o en la prueba, alaba a Dios porque El es digno.

La verdadera alabanza y adoración, el verdadero amor por nuestro Señor es en todo momento y circunstancia.

Recordemos a los primeros cristianos, que pasaron situaciones de injusticia, muchos murieron por causa de su fe, masacrados injustamente.

Hoy muy rápidamente nos sentimos injustamente atacados a veces, quizá un tema en tu trabajo, te sientes quizá que abusan de ti, o que no te valoran, pero habla con el Señor.

Quizá Dios está calibrando y formando tu carácter a través de esos procesos, que no son fáciles, pero que Dios usa para formar el carácter de Jesús en nosotros.

Hoy pensaba que si Jesús pasó por la injusticia, por el desierto de la traición, del dolor, como nosotros no vamos a pasar por ahí?.

Pero nosotros tenemos un camino abierto, y la victoria ganada en esa cruz por la que Jesús pasó en nuestro lugar.

El justo pago por los injustos.

Así que confiemos en el Dios que tenemos, cobra ánimo, levanta tu cabeza, no en orgullo sino en fe.

Llora delante de su presencia, y luego sécate las lágrimas y confía en tu Padre que tiene cuidado de ti y que mira mucho más allá de lo que tú mismo puedes ver.

Si estás pasando por aguas tormentosas, y la salida no puedes ver, entonces mira a Cristo, fija tu mirada en El, no hagas como Pedro que camino por las aguas hasta que quito su vista de Jesús y miro por donde caminaba.

Fija tus ojos en Jesus y quitalos de la circunstancia, las aguas no podran contigo si tu confianza esta firme.

Vivimos por fe y no por vista.

Quizá ves todo difícil, a lo mejor estás viendo escases, traición, dolor o injusticia en algo en tu vida, el mundo te atacara y las circunstancias vendrán, pero, El pasara contigo por ahí.

Conclusión:

Tú has sido redimido y comprado por la sangre de Jesús en esa cruz en la que pago el precio por tu vida.

Por lo tanto no estas ni estarás solo en nada de lo que te toque atravesar mientras estemos en este mundo.

Ponte en sus manos, refúgiate en sus brazos y si estas débil, su fortaleza es la que te levanta.

Si estas debil o triste o te sientes golpeado por muchas cosas que suceden en tu vida, acercate a Jesus, El te levantara y te acompañara.

Si aún no has conocido a este Dios del que te hablo, acéptalo en tu corazón y dale un lugar para que la esperanza que hoy no tienes pueda inundar tu corazón, dile conmigo:

“Señor Jesús, te pido perdones mis pecados, yo abro mi corazón, entra en él y anota mi nombre en el libro de la vida, ayúdame desde hoy a conocerte más, en el nombre de Jesús, Amen”.

Artículos relacionados:

Daniel 3:21-27. En todo tiempo.

En todo tiempo está el Señor con nosotros, siempre nos acompaña y nos fortalece, no siempre nos libra de la prueba pero en todo tiempo El está.

21 Entonces estos varones fueron atados con sus mantos, sus calzas, sus turbantes y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo.

22 Y como la orden del rey era apremiante, y lo habían calentado mucho, la llama del fuego mató a aquellos que habían alzado a Sadrac, Mesac y Abed-nego.

23 Y estos tres varones, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiendo.

24 Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey.

25 Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses.

26 Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego.

27 Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey, para mirar a estos varones, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían.

No importa la circunstancia ni cuan dificil sea, no vivimos por lo que vemos, sino por fe, y El nos ha prometido estar con nosotros hasta el ultimo instante, El no te dejara solo, confia en El.

Contexto.

Esta es la historia de tres amigos, que amaban a Dios, en un tiempo en el que el rey habia ordenado que todos debían arrodillarse delante de la estatua de un Dios pagano.

Sin embargo ellos se negaron, educadamente y sin faltarle al respeto y sin temor de lo que pudiera venir se mantuvo firmes en su fe, sin importar lo que pudiera pasarles.

No siempre Dios nos libra.

A veces Dios nos libra, y otras veces nos acompaña en medio de la prueba.

Cuantos de nosotros hemos tenido muchas veces que responder a esa típica frase que nos dicen a los cristianos “y donde está tu Dios que no te libra?”.

Hay momentos en los que Dios nos libra de pasar por el desierto, y otras en las que va con nosotros.

Estos jóvenes fueron a parar al horno de fuego, ellos estaban seguros que su Dios podía ayudarlos, pero si aún no los libraba del horno sabían que no los iba a abandonar.

Porque no alabamos ni confiamos en Dios solo cuando todo está bien, sino que confiamos en el en todo tiempo, cuando las cosas van bien y cuando todo va mal.

En lo que sea que estes viviendo, no quites tus ojos de Jesus, El esta alli para levantarte, quiza tengas que pasar por ese desierto, pero El Señor no te soltara.

Aun en las peores circunstancias.

El rey en su enojo había mandado a calentar el horno varias veces más de lo normal, tanto que los soldados que metieron a los tres amigos al horno dice que murieron por el calor de las llamas.

Ellos sin embargo dicen que estaban dentro de ese horno, y mientras allí estaban el rey se asomó cuanto pudo y los vio enteros y a su lado a alguien que definió como un Dios.

Esto es lo que en teología se define como una teofania, que es una aparición de Dios en momentos específicos contados en la biblia.

Somos testimonio.

Y a continuación el Rey manda a sacarlos del horno ya que no puede creer lo que está sucediendo y no solamente salieron enteros, sino que todos los que vieron esto creyeron.

Tan grande fue el impacto de este hecho en el Rey que mando a que todo el pueblo adorara al Dios de Sadrac, Mesac y Abed-Nego.

Dios puede librarnos de todo, muchas veces me he preguntado porque tengo que pasar por ciertas cosas de las que El podría evitarme pasar, pero siempre he sentido su mano sobre mi vida infundiéndome la fuerza necesaria.

El abre paso en donde no lo hay, te traza un camino por una senda inexistente, no importa lo que tengas delante, encomienda tu camino al Señor.

A través de nuestras experiencias y nuestros testimonios otros son impactados y tienen la posibilidad de conocer a Jesús.

Tu vida es un espejo del poder de Dios, tú reflejas lo que Jesús hace en tu vida.

Se para otros una luz en medio de la oscuridad y confía en ese Señor que ya te ha demostrado cuanto le importas dando lo que más amaba, su propio hijo en una cruz.

Viendo tu vida y tu testimonio, muchos pueden conocer al Señor, la palabra de Dios dice «te bendecire y seras de bendicion».

Conclusión:

Puedes estar pasando el peor de los momentos, a lo mejor quedaste sin trabajo, o perdiste a alguien amado, o estas luchando por salir adelante en tiempos adversos.

Arrodíllate y busca su voluntad y su presencia en tu vida porque El oye la oración de aquellos que de corazón claman a Él.

Si nunca le has abierto el corazón a Jesús, te invito a hacerlo ahora a través de una sencilla oración que te convertirá en su hijo y permitirá que Jesús entre a tu vida.

Dile conmigo “Señor Jesús, te abro mi corazón, perdona y limpia mis pecados, entra a mi vida, anota mi nombre en el libro de la vida y acompáñame en todas mis situaciones, ayúdame a atravesar el desierto de tu mano, en el nombre de Jesús, Amen”.

Artículos relacionados:

Proverbios 3:5-6. Confiar en Dios.

Confiar en Dios, es ni más ni menos, que tener la certeza absoluta de que en todos nuestros caminos y en todas nuestras cosas, El esta y no pierde el control.

Fíate de Jehová de todo tu corazón,
Y no te apoyes en tu propia prudencia.

Reconócelo en todos tus caminos,
Y él enderezará tus veredas.

Dejarnos caer en sus brazos.

Esa es la imagen que viene a mi mente cuando pienso en confianza absoluta, cuando confiamos podemos dejarnos caer sabiendo que en quien confiamos, nos sostendrá.

Como un hijo entrando al mar junto a su padre, sintiendo la seguridad de que él no lo soltara, que si el agua lo tapa, su padre lo elevara.

El que verdaderamente confía, se afloja, y suelta todo aquello que antes necesitaba tener en control.

Confiar en Dios es estar seguros debajo de la cobertura de su paternidad, al igual que un bebe se siente seguro y confiado en brazos de su madre o padre. Confia en El, porque tiene cuidado de ti, presentale tus necesidades y confia que no te soltara.

David decía, “fíate de Jehová”, lo que en otras traducciones es lo mismo que decir, “confía en Jehová de todo tu corazón”.

Reconozcamos y metamos al Señor en todos nuestros caminos, en todas nuestras situaciones.

Confíale lo que más amas.

Porque dándole lo que más amas, le estas diciendo, “tú eres el dueño de mi vida”.

Quizá en el pasado, todo te tocaba resolverlo, quizá la carga era sobre ti siempre, y en tu mente se formó la percepción de que eres responsable por todo.

Y por supuesto que la responsabilidad es un atributo de los hijos de Dios, que guardan un buen testimonio, pero si comenzamos a poner nuestras cosas en las manos de nuestro Padre, la carga será más ligera.

Aprendamos a buscar en la palabra la respuesta a todas nuestras dificultades y decisiones que debemos tomar.

Cuando involucramos a Dios en todas nuestras situaciones, entonces Él va delante de nosotros y su Espíritu Santo es quien nos guía.

En el Salmo 23: 3 David cantaba:

Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.

Él nos guía a verdes pastos, nos guía y nos lleva por el camino más seguro, porque nos ama, y porque Él le es fiel a su palabra, no promete algo que no cumplirá, si nos ha dicho, lo hará.

No dudemos de la fidelidad y la misericordia de Dios para con nosotros, confiemos en que en aquellas cosas que no podemos generar un cambio con nuestras fuerzas, Él lo hará por nosotros.

Tú no puedes convencer a nadie para que acepte a Jesús o crea en El, el Espíritu Santo es quien convence.

No podemos obligar a nadie a oírnos, pero podemos orar por misericordia y para que los oídos sean abiertos.

Cree a su palabra y habla con tu Padre que te oye atento, pon delante de su trono todas tus cosas, Confia en El, y El hara dice la palabra.

Filipenses 4:6-7 dice:

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Vale decir que por nada debemos estar angustiados, o ansiosos, sino más bien, vayamos con esas angustias, ansiedades, necesidades y sueños delante del trono de nuestro Padre, y presentémoslas, incluso agradeciendo por anticipado todo lo que Dios hará acerca de ellas.

Entonces es cuando la paz de Dios se manifiesta y se hace tangible en nuestra vida.

Solo en ese momento te dejas caer sabiendo que alguien te sostiene.

Mientras nos aferramos a la lucha, y hacemos cosas sin parar porque estamos empeñados en lograr un resultado en nuestras fuerzas, entonces nos desgastamos y agotamos.

Pero cuando aprendemos a orar y confiar en que nuestras oraciones son oídas, comenzamos a caminar de un modo distinto, esa carga pesada se la lleva el Señor, y es suplantada por la ligera carga del Señor.

No significa que oramos y no hacemos más nada, significa que oramos y hacemos con las fuerzas que Dios nos da, y con la tranquilidad que el resultado no depende de cuan bien yo lo haga sino en cuanto creo en mi Padre que ha oído mi necesidad.

No sé cuál es tu problema, o necesidad hoy, o ese sueño, esa meta que quieres alcanzar, pero si se, que si te presentas a diario ante la presencia de Dios, y te expones a ella, tu mente será renovada y por ende tu vida misma.

Conclusión:

Usa las armas que Dios te ha dado y ora, ora y haz, pero no hagas sin orar, ni hagas según tu voluntad o fuerzas, busca su voluntad y entonces, Él te dará de sus fuerzas.

El guiara tu camino si buscas su voluntad y si le das el timon de tu vida.

Existen principios básicos que no podemos desconocer, y ese es uno, y para conocer como obra Dios debemos acercarnos todos los días a Él, y conocer como obra.

Si quieres cambiar tu vida y proyectar esa luz a quienes te rodean, entonces, tienes que exponerte más al Espíritu Santo.

No se trata de sentirlo, se trata de saber que está allí para ti.

Hace poco oí una frase que resume lo que te estoy diciendo, exponerte al Espíritu Santo es como tirarse al sol en un día nublado, no lo ves, pero te quemara.

Si estas lejos de Él, acércate, y si no lo has conocido te invito a hacerlo mediante una sencilla oración:

“Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados, entra a mi corazón, límpiame y dame nuevas fuerzas, y enséñame a conocerte y a confiar más en ti, en el nombre de Jesús, Amen”.

Artículos relacionados.

Job 1:20-21. Dios es bueno.

Dios es bueno en todo tiempo, en tiempos de abundancia o escases, en tiempos de bonanza o en tormentas, El nunca deja de ser bueno.

20 Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró,

21 y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.

Contexto.

Déjame ponerte por encima en contexto para que entiendas este versículo, Job era un hombre  recto, quien amaba a Dios, y era fiel.

Pero un día, cuenta la biblia que Satanás toca sus riquezas, y pierde todo, y no solo eso, sus hijos mueren, todo aquello que podría decirse que representaba su estabilidad económica y emocional desaparece.

Más la biblia nos cuenta que Job, se postro en tierra y adoro! y no dejo de alabar al Señor, porque por encima de todo lo perdido, Job sabía que Dios es bueno en todo tiempo.

Lo adoramos en todo tiempo, momento o circunstancia porque El es bueno.

No adoramos según el momento.

La alabanza y la adoración a nuestro Dios, no se la damos solo cuando las cosas van bien, porque es muy fácil alabar a Dios en los momentos buenos, la verdadera ofrenda de alabanza y adoración es cuando las cosas se ponen mal y tú adoras al rey de reyes.

Más adelante la esposa de Job le recrimina que adora a Dios aun cuando no le ha quedado nada, pero él le contesta, entonces solo recibiremos lo bueno, pero lo malo no?

A pesar de lo que estás viviendo Dios sigue siendo bueno.

Lo que estás viviendo no es tu final, es solo un obstáculo en el camino, este que relatamos no fue el final de Job, y no será el tuyo.

Si lees la biblia de tapa a tapa veras que ninguno de los grandes siervos de Dios la pasaron siempre bien, hubo todo tipo de momentos, desde Abraham, Jacob, Job, David hasta el mismo Jesús, pero hay una promesa que es la que alumbra nuestra vida.

En Juan 16:33 Jesús nos ha dicho: Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

Significa que los buenos y los malos momentos serán algo que no es posible no pasar, todos viviremos estas cosas porque estamos en un mundo lleno de muchas cosas, pero la victoria es de aquellos que confiamos en nuestro salvador.

Tu final será bueno, porque Dios es bueno, y no importa cuánto el Diablo amenaza ni todo lo que quiera cacarear, la última palabra le pertenece a quien es el principio y fin, al alfa y la omega.

El final es de quien te dice a través de Isaías 41:13, “no temas, yo te ayudo” y punto.

Ese punto significa que creemos que declaramos que nuestra confianza no está puesta en lo que dice alguien, ni nuestra mirada no está enfocada en lo que vemos sino en el que nos ha pasado de muerte a vida.

Aun lo muerto, vive.

Cuando mandaron a llamar a Jesús, porque Lázaro agonizaba, Jesús no salió corriendo, sino que se tomó su tiempo, Lázaro y su familia pasaron por ese momento duro.

No es que Jesús les ahorro pasar por allí, porque la vida misma no es así, todos pasaremos por ese tipo de momentos, y ellos no eran la excepción, pero, la voluntad de Dios era que Lázaro viviera a pesar de lo que la muerte misma dijera.

Porque el único dueño de la vida de Lázaro era el Señor, y el dueño de tu vida es El.

No hay nada que se resista a la voz del Señor, ni aun la misma muerte, clama y confia en El, porque toda puerta se abre por fe!.

Cuando Jesús llega a la escena se encuentra a una Marta y a María, angustiadas, y era lógico, su hermano había muerto, pero, Jesús les “yo soy la resurrección y la vida”.

Juan 11:43, Jesús se para frente a la tumba de Lázaro y dice:

 43 Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: !!Lázaro, ven fuera!

44 Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.

Yo no sé qué es lo que está pasando en tu vida, quizá perdiste a alguien, o tu familia está mal, o económicamente estas mal, pero, Dios es bueno, y conoce tu dolor.

Rinde tu corazón a Él, agradécele aun en tiempos adversos, porque nada toca más el corazón del Señor que un hijo agradecido aun en tiempos de dificultad.

Adórale porque se lo merece.

Él puede cambiar con una sola palabra todo a tu alrededor, pero Dios moldeara tu carácter a través de lo que vives, El sacara la mejor versión de ti si te dejas enseñar y en vez de enojarte por lo que te toca, le pides aprender de lo que vives.

Y no solo te enseñara sino que te acompañara y fortalecerá en el proceso.

Daniel no fue librado de ir al foso de los leones, pero si fue protegido que ninguno de ellos lo tocara.

Sadrac, Mesac y AbegNego pasaron por el horno de fuego, pero ahí estuvo el Señor con ellos, salieron y ni siquiera olían a humo.

El secreto es que entiendas que a los que Dios aman, todo les ayuda a bien.

Tu fe será fortalecida en medio de la tormenta, y si en medio de ella le buscas el amor de Dios te abrazara tan fuerte como nunca te han abrazado.

Cree y veras la gloria de Dios.

El actúa de maneras que ni tu comprensión ni la mía podrían imaginar, él nos mantiene en el desierto, y ni un solo cabello cae de nuestra cabeza sin que Dios lo sepa dice la palabra.

Por tanto no desfallezcas, fortalécete y declara la bondad de Dios, porque Él te ama, y es bueno.

No te dejara caer.

Conclusión:

Si estas débil, ponte sobre tus rodillas y búscalo, fortalécete en El, y no prestes oído a lo que el enemigo dice de ti, más bien, oye lo que Dios tiene que decir de ti.

Porque Él no te dejara caído, te levantara, porque es bueno, porque te ama en todo tiempo, te ama cuando le das la espalda y cuando lo ves de frente.

Jamás ha dejado de amarte ni dejara de hacerlo, siempre esta con los brazos abiertos para recibirte, aun cuando somos infieles, Él es fiel.

Si nunca lo has recibido te invito a hacerlo hoy, dile conmigo:

“Señor Jesús, te abro mi corazón, entra en El, perdóname y límpiame de todo pecado y ayúdame a conocer tu corazón y tu bondad, en el nombre de Jesús, Amen”.

Artículos relacionados:

Éxodo 4:1-4. Que tienes en tu mano?

Que es lo que tienes en tu mano, tú que me estás leyendo y no me refiero a lo que sostienes, sino a lo que tienes en tu haber y que puedes usar para bendición tuya y de los que te rodean y a veces no vemos.

4  Entonces Moisés respondió diciendo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No te ha aparecido Jehová.

Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara.

Él le dijo: Échala en tierra. Y él la echó en tierra, y se hizo una culebra; y Moisés huía de ella.

Entonces dijo Jehová a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se volvió vara en su mano.

No se cual es tu desafio, pero si se que todos tenemos algo que podemos usar para generar el milagro, pon tu fe en marcha y usala como la llave que abre todas las puertas.

Dios usa hasta lo insignificante.

Una vara puede convertirse en un arma en las manos de un hijo de Dios, y no precisamente para golpear a nadie, sino más bien para generar el milagro, lo que tú ves como insignificante, Dios lo mira como herramienta.

Y por supuesto esto que te digo es un símbolo de aquellas cosas que tú sabes hacer o en las cuales te destacas pero no les das la debida atención.

Moisés tenía un desafío y era liberar a su pueblo de Faraón, pero por un lado, debía convencer a Faraón de dejarlos ir, y no sabía cómo hacerlo, y de algún modo ese pueblo debía ver que podían confiar.

Entonces es cuando Moisés le dice al Señor, en un lenguaje más coloquial le dice “como hago!!”.

Tienes necesidad de algo que no puedes alcanzar aun?.

Quizá estas luchando económicamente y no logras levantar cabeza, o tantas otras cosas que nos pueden estar pasando, en pandemia puedes haberte quedado sin trabajo, pero seguro eres hábil en algo.

A veces las crisis son una oportunidad para algo mejor, algo que no harías o usarías habitualmente, pero cuando Dios permite una prueba, siempre, nos da la salida, el tema es que nuestra vista se alargue.

Mira las herramientas que tienes delante de ti, quiza sean como la de esta imagen o quiza muy distintas, pero en eso que te destacas, eso usara Dios para llevarte mas alla.

Observa tu vida y haz una lista de cosas que sean tu fuerte, y tus debilidades y preséntaselas a Dios, y de seguro encontraras allí la vara que usaras para salir adelante.

Quizá descubras una fortaleza en ti, un amor y una habilidad a la que no le prestas atención y que puede ser la vara que Dios use en tu favor.

La realidad que intimida.

Un poco más adelante en la historia de Moisés lo encontramos, que pudo sacar a su pueblo, pero, en determinado momento de su camino, se encuentra con un obstáculo más grande de lo imaginable, un mar.

Un mar que intimida, nada es más grande que eso, y ese mar puede ser el símbolo de lo que hoy tienes por delante que crees que no puedes traspasar.

Y por supuesto, Moisés hizo lo que muchos haríamos, decirle a Dios en nuestras palabras seria “y ahora qué hago?, aquí sí que nos acaban! así a veces nos acercamos a Dios.

Pero, el Señor le dijo, porque clamas a mi así?, que tienes en tu mano?

No significa que no debemos clamar a Él, porque siempre debemos acudir al Señor, pero, lo que Dios le estaba diciendo es: Moisés ya te dije como pasar, sigues sin verlo, usa lo que tienes en la mano, por fe, lo imposible será posible.

Éxodo 14:14-16: 14 Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.

15 Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen.

16 Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco.

Si yo hubiera sido Moisés, creo que mi cara hubiera sido reflejo de mi pensamiento, y este hubiera sido: “es broma que con esta vara voy a abrir un mar”.

Pero no era la vara, era la fe y la confianza en un Dios poderoso, como herramienta usada para alcanzar lo que Dios tenia para ellos, y del mismo modo es con nosotros.

Si tienes por delante un obstáculo que sientes como un mar tan grande que es imposible sortearlo, recuerda que eres hijo del Dios que hace posible lo imposible, y que es el dueño de ese mar, por tanto, recurre a Él.

Pregúntale que puedes hacer con lo que tienes en la mano, para prosperar, para salir adelante, para sacar a tu familia a flote, no temas, si tú eres fiel a Él, el Señor no te soltara de la mano.

Escribe tus sueños, tus fortalezas y tus debilidades, y presentate ante el Señor, dile, esto soy, esto tengo, pero en ti soy mas que vencedor.

Vivir el cristianismo como un estilo de vida.

A veces pensamos que ser cristiano es solo ir a la iglesia, de vez en cuando hablarle a alguien del Señor, leer la biblia y orar.

Pero es mucho más, es poner la fe en acción, es todos los días vivir en lo sobrenatural de Dios, y un constante ejercicio de la fe.

Por eso dice Santiago en el nuevo testamento, que la fe sin obras es muerta.

No somos salvos por obras, pero la fe si debe tener obras, ponla en ejercicio, que no sea solo algo que dices tener, sino que la pongas a trabajar, tienes una vara en tu mano que quizá no estas usando.

Usa esa vara, y Dios te respaldara, esa habilidad que no veías, esa fortaleza a la que nunca le diste importancia, son regalos que Dios nos da a cada uno con los cuales podemos sorprendernos.

Conclusión:

Si estás pasando por un momento difícil, un momento en el cual no ves la salida, quizá lo que no estás viendo es lo que tienes en tu mano.

Y lo que sea que simbolice esa vara, ponlo delante de Dios, que El abrirá camino.

Aquel niño que tenía dos panes y cinco peses los presento delante de Jesús, y a él no se le paso por la cabeza el razonamiento de que “son 5 mil personas, no hará nada con esto”.

Él le presento al Señor esos dos panes y cinco peses sabiendo que el Señor haría lo imposible, es la fe de un niño, y esa debe ser nuestra fe, creerle a nuestro Padre sin dudas.

Busca la dirección de Dios para tu vida y Él te guiara a verdes pastos como el mejor de los pastores.

Si nunca le has abierto tu corazón a Jesús, te invito a hacerlo hoy, dile conmigo:

“Señor Jesús, te abro mi corazón, entra en él, perdóname y límpiame y hazme una nueva persona, ayúdame a conocerte más cada día, en el nombre de Jesús, Amen.

Artículos relacionados:

Salmos 27:1. A quien temeremos?

A quien temeremos si el Señor es quien nos guarda y nos defiende?, ese es el tema de este artículo y con el que quiero que meditemos juntos.

27  Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?
    Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?

De quien o a que le tienes temor en esta etapa de tu vida?.

Muchas veces no nos damos cuenta, y nos olvidamos el Dios grande y fuerte que tenemos, y muy comúnmente le tememos a situaciones, o personas o aún hay quienes le temen a lo desconocido, y eso sucede cuando no nos damos cuenta aun de quienes somos en Cristo.

En este Salmo que es precioso, David cantaba acerca de su confianza en Dios, te invito a leerlo completo en tu biblia, hablaba acerca de que cuando se había visto cercado Dios lo protegía.

Nosotros en nuestra vida diaria nos vemos cercados comúnmente, en diferentes áreas, en la económica algunos, cercados por las deudas, a veces olvidando que Dios es nuestro proveedor si nosotros somos obedientes a su palabra.

Cuantas cosas vienen a intentar amedrentarnos y llenarnos de temor.

Muchas cosas vendran a meternos miedo, pero, 1 Juan 4:4 dice: «Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo».

A veces estamos cercados por el temor a ver a nuestros hijos en pecado, o que pierdan su salvación, o quizá temor a una enfermedad, o a la soledad.

Tantas cosas pueden estar queriendo hacerte temer, incluso miedo a lo que no conocemos, a lo que no se puede ver, situaciones a veces podríamos decir “sobrenaturales” que nos infunden temor.

Pero hoy tengo una buena noticia para ti.

Dios es más grande que todo eso, fuerte, poderoso, invencible, y Jesús en la cruz del calvario nos dio la victoria, por tanto, si has entregado tu corazón a Jesús, tu puedes poner todo eso bajo tus pies en el nombre de Jesús y saber que tu Padre celestial te guarda si clamas a Él.

Pero para saber y confiar hay que conocerlo, si tú eres de los creyentes que pocas veces ora, o que pocas veces lee la palabra, que no oyes tampoco palabra de Dios, o que directamente aun no conoces en profundidad quien es Dios o como se manifiesta no puedes confiar.

Porque confiamos en aquello que conocemos, David conocía a su Señor, sabia en quien creía y que no lo soltaba de la mano, viniera la situación que viniera, la atravesaba con el Señor.

1 Juan 4:4 dice: Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

Tomemos conciencia que el Espíritu Santo esta en nosotros, en aquellos que hemos recibido y declarado que Jesús es nuestro Señor y lo hemos recibido, y si aún no lo has hecho hoy es el día.

Más grande es el que habita dentro de nosotros que cualquier  situación u oscuridad que pueda amenazarnos.

Filipenses 1:21 dice Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.

Esto decía Pablo, el también había conocido a Jesús, y sabía que nada era mayor que El, fuera lo que fuera, en este versículo te está hablando un hombre que escribía esto aún desde la cárcel.

Pablo era un Apóstol, un hombre redimido y perdonado por el Señor, que dedicaba su vida a llevar el evangelio, y en este trayecto, había sido apedreado, golpeado, encarcelado, su vida no era fácil, pero sus fuerzas venían de su fe en Jesús.

Hay que conocer su palabra para confiar, Oseas 4:6 dice: «Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento». No seas de esos, preparate, lee, ora, fortalecete en tu Dios.

El miedo se va cuando lo conocemos.

Una vez que realmente comienzas a conocer a Dios en su plenitud, comienzas a amarlo y abres los ojos a que lo que vivimos en esta tierra es pasajero, pero, hay una gloria mayor a su lado, por tanto ya no hay miedo.

Los que le temían a la muerte, dejan de temerle porque sabemos que cuando cerremos los ojos aquí los abriremos en el cielo, sea cual fuera el temor que nos agobiaba comenzamos a verlo en su real dimensión.

El enemigo desde niños nos mete miedo, en las noches, a la oscuridad, lo vemos quizá en nuestros hijos, por eso es tan importante darles a ellos a conocer que Dios tienen y como El los defiende y guarda.

No significa esto que no nos pasara nada malo.

Estamos en el mundo, caminamos en esta tierra, y en esta tierra suceden cosas, porque el que gobierna el mundo es enemigo de los creyentes, pero, sabemos que quizá pueda en alguna cosa hacernos tambalear, pero jamás caer.

Y si te caes, tienes un Dios bueno, que te levanta, fortalece y no te suelta.

Te diré algo de parte del Señor porque lo he sentido en mi espíritu.

No temas del diablo, más bien recuerda que él debe tener temor de ti.

El salmo 91:5-7 dice:

No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,

Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya.

Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará.

Nada nos debe dar temor.

No sirve que dejes tu biblia abierta en el salmo 91, sirve que lo conozcas para que puedas confiar en Él y darte cuenta que el enemigo es un perro que ladra pero que se debe arrodillar delante del Señor.

Conclusión:

Comienza a conocer la dimensión de tu Dios, para mirar en perspectiva tus problemas y darte cuenta que no hay ningún dolor que pueda llegar a tu vida que Dios no pueda sanar.

Lo unico que necesitas es mirar al cielo, abrir tu corazon y recibir de El.

Si aún no conoces en profundidad al Dios del que te hablo o jamás le abriste el corazón a Jesús, puedes hacerlo hoy con una simple oración conmigo.

Dile “Señor Jesús, te abro mi corazón, entra en mí y límpiame de todo pecado, perdóname y enséñame a conocerte, pongo mi vida en tus manos, en el nombre de Jesús, Amen”.

Artículos relacionados:

Hechos 1:8. El espíritu Santo.

El espíritu Santo, hemos hablado de él en otros artículos, pero estamos viviendo en un tiempo en el que más que nunca lo necesitamos y es momento de buscarlo.

pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

Es cuando El está presente.

Como seres humanos estamos expuestos a la debilidad, al desánimo, y tantas cosas que nos afectan cuando en vez de fijar nuestros ojos en Jesús, lo hacemos en las situaciones.

Si quieres pasar de la debilidad y el desanimo a un estado de fortaleza, busca al Señor y deja que el Espiritu Santo te llene de poder, porque no es con tus fuerzas, sino con las de El.

Pero en este pasaje nos deja muy claro como es el proceso de pasar de un estado de debilidad a uno de fortaleza, y no es yendo al gimnasio, ni tampoco tomando energizantes, a pesar de que todo eso también este bien, es buscando el poder que viene del cielo.

El desea habitar en nosotros.

1 Corintios 3:16 dice ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?

Nuestra victoria en ciertas áreas de la vida, no depende de cuan fuerte somos, sino de cuanto estemos conectados con el Espíritu Santo, que está ahí para guiarnos, corregirnos y darnos fortaleza.

Somos templo del Espíritu Santo y a veces no nos damos cuenta de lo que esto significa, y nos ensuciamos o lo ignoramos, en otras palabras no tomamos la real dimensión de lo que significa que su Espíritu habite dentro de nosotros, como lo hizo en Jesús.

Es una promesa cumplida.

La promesa de Jesús antes de ascender al cielo, fue no dejarnos solos, fue darnos esta promesa de que cuando el Espíritu Santo descendiera sobre nosotros entonces tendríamos poder para ser testigos de lo que Él es.

No es con tus fuerzas,, en tu humanidad no podrias, pero con las de El, no hay gigante que te derrote u obstaculo que te frene.

Si estas débil, si sientes que no puedes, que estás cansado o agotado, y más en este tiempo de pandemia que de algún modo nos ha afectado a todos, deja de mirar la circunstancia o lo que te rodea, más bien, busca al Espíritu Santo.

Hace poco escuche a un pastor al que sigo, decir algo muy sabio que me hizo despertar a esta realidad que todos conocemos, pero a veces no la vivimos en su totalidad.

Lo oí decir que exponerse al Espíritu Santo, a pesar de a veces no sentirlo o no tener ganas va a generar un efecto en nosotros positivo, porque es como exponerse al sol en un día nublado.

Quizá veas que no hay sol y creas que no te quemara, pero al final del día veras que si te quemo.

Así mismo es la relación con el Espíritu Santo, aunque creas que nada pasa, veras que si lo buscas, vendrá.

Te propongo que te pongas la meta de buscarlo todos los días, un rato, alaba, ora y lee la palabra, busca un momento del día en el que puedas apartar un rato para esto.

Y veras al cabo de unos días, si el cielo no se abre y la fortaleza y el poder de Dios no generan un cambio en tu vida.

A lo mejor no lo veras enseguida, pero el cambio vendrá.

El enemigo batalla para que no oremos, para que no busquemos la llenura del Espíritu Santo, porque sabe que cuando comenzamos a tener comunión con El, todas sus obras caen por tierra.

No te dejes robar más, no dejes que robe tu paz, tu ánimo, ponte firme y comienza a utilizar las armas espirituales que el Señor te ha dejado y debes comenzar buscando al Espíritu santo.

Te invito, y te desafio, a que te hagas un plan diario de busqueda de su fuego y su poder a traves de su palabra, de oracion y de alabanza, y veras el resultado de ese pequeño rato expuesto a su Espiritu Santo, animate y decidete, pruebalo!.

Es tiempo de llenarnos.

El momento ha llegado en el cual, hay que mirar para el cielo, no mires las cosas que te rodean porque en tu humanidad sentirás desanimo, pero si buscas esa relación vertical con Dios, todas las relaciones horizontales con quienes tienes alrededor cambiaran.

Como busco esa llenura?

Como te dije un poco más arriba, ármate un plan de lectura de la biblia, aunque sea un rato pequeño por día, comienza a hablar con Dios, cuéntale de ti, no es que Él no lo sepa, pero anhela oírlo de tu boca.

Canta, declara con tu boca victoria sobre tu vida, y alabarlo es darle gracias por anticipado y poner a Dios en el lugar que le corresponde por encima de cualquier cosa.

Aunque tu carne no sienta ganas, sujétala, y en el ejercicio diario de esta actividad te será más fácil cada día, como cuando comenzamos a ir al gimnasio.

Costará al principio, pero veras un cambio en tu carácter, en tu ánimo y en todas tus cosas cuando el Espíritu Santo comienza a obrar en ti, cuando aprendas a oírlo y a obedecerlo.

Conclusión:

Ha llegado la hora en que la iglesia se ponga en marcha, y como decía Pablo, se baste en la gracia y en la fortaleza que viene del Señor.

El Apóstol Pablo era débil también, pero el Señor fue claro, “Pablo no es con tus fuerzas, sino con las mías”.

Hay cosas que tú y yo no podemos lograr solos, no cambiaremos a nadie, y a lo mejor no lograremos que oigan lo que decimos, pero si buscamos al que todo lo puede, lo que hagamos prosperara.

Y si nunca le has abierto el corazón a Jesús, te invito a hacerlo conmigo ahora, y darle la oportunidad de habitar en ti, y de que poco a poco vaya transformando tu vida para bien, mediante su Espíritu Santo.

Dile conmigo, “Señor Jesús, te abro mi corazón, entra en él y perdona mis faltas, cámbiame y lléname de tu Espíritu Santo, y si estuve frio, hazme arder en tu presencia, en el nombre de Jesús, Amen”.

Artículos relacionados:

Salir de la versión móvil